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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

miércoles, 29 de octubre de 2008

UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD


Paul Auster vuelve por sus fueros. Su última novela recupera el esquema al que nos tiene acostumbrados, una historia envolviendo otra y esta a otra, como si se tratara de una matrioska rusa. Hay dos ejes centrales: uno, que servirá de narrador, lo protagoniza August Brill, quien tras sufrir un accidente de coche se instala en casa de su hija, divorciada reciente, y Katya, su nieta y viuda reciente. Junto a la descripción del drama propio, Brill vive una realidad paralela, que esboza en las largas noches de insomnio, cuando, para combatirlo, inventa historias. Sobre una de estas gira el otro eje de la novela: la alucinante historia que protagoniza, contra voluntad, un mago neoyorquino que se convertirá en el elegido para, con un asesinato, resolver la guerra civíl que asuela Estados Unidos. El mago, Owen Brick, vive a su vez en dos realidades paralelas: la de su tranquila y organizada vida en Nueva York y la otra, sueño o realidad, en la que se ve inmerso cuando despierta en un foso del que no puede salir sin ayuda: Una ayuda que llega pero que sólo será el arranque de la pesadilla.Auster, me confieso admirador desde hace tiempo, saca toda su artillería pesada, lo mejor de su narrativa, para deslumbrarnos de nuevo tras el receso de Viajes por el Scriptorium, para mí una de sus peores obras. No faltan referencias de actualidad, como la guerra de Iraq, ejemplificada en el video que miran, desde el horror y la fascinación, en el que el novio de su nieta Katya es asesinado. Lo dicho, de lo mejor de Auster y un auténtico gustazo que nos anima a seguir confiando en que nos traerá más regalos parecidos.

jueves, 16 de octubre de 2008

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES


Me encanta el título elegido para la traducción al castellano. Creo que engancha más que el original sueco, que literalmente sería Los hombres que odiaban a las mujeres. Es esta una novela que habla de eso, de odios, viscerales, asesinos, descontrolados e impunes. El desaparecido Stieg Larsson traza una detallada crónica de los desmanes de dos individuos, padre e hijo, de la poderosa familia Vanger, que a lo largo de unos cuantos decenios se ceban en inmigrantes, mujeres más o menos desarraigadas, para someterlas a torturas atroces y asesinarlas después, sabedores de que nadie las echará de menos. Será, sin embargo, la desaparición de su hija y hermana, también sufridora de sus atenciones, lo que permitirá tirar parcialmente del hilo, aunque no necesariamente para que se haga justicia. Quien lo hace es un periodista que atraviesa un serio bache profesional, condenado por difamación contra un financiero de éxito, por encargo de uno de los "buenos" de la familia Vanger, un anciano desesperado por conocer qué le pasó a su sobrina Harriet, convencido como está de que fue asesinada y que su asesino se recochinea de él enviandole flores en un cuadro cada año por su cumpleaños. La novela da para mucho más. No en vano son más de seiscientas páginas que te atrapan desde el primer momento y, con un lenguaje muy cinematográfico te enganchan hasta que llegas al final, y con la esperanza de más historia. La habrá porque "Los hombres que no amaban a las mujeres" es la primera de las tres novelas que integran la trilogía Millenium. Es más, para dentro de unas semanas se espera la aparición de la segunda, "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina". La que hoy comento ha tenido un éxito inesperado y fulgurante no solo en Suecia, sino en varios países europeos. Y no es para menos, tiene todos los ingredientes de un gran éxito, en esa combinación de novela de suspense, policiaca y de denuncia. Un cóctel estupendo para pasarlo bien, aunque tampoco creo que sean de las novelas que pasen a la historia de la literatura.

lunes, 13 de octubre de 2008

13,99

Frederic Beigbeder sorprendió a colegas , medios de comunicación y público en general, en francia, con este panfleto casi suicida en el que denuncia el mundo de la publicidad, los excesos de los directivos y el derroche de imaginación y dinero en una actividad destinada a comerle el coco a todo el mundo y sin la que ya no es concebible nuestra sociedad. Destripa el mundo publicitario desde dentro, en una especie de operación a corazón abierto y sin anestesia hasta el punto que, cuentan, que la novela le costó el despido de su agencia de publicidad. Si estaba la mitad de pasado que el protagonista fue un mal menor, teniendo en cuenta el calibre de los epítetos, insultos y denuncias que contiene. En todo caso, despedido o no, no creo que sus cuentas se hayan resentido, ya que la novela en cuestión fue todo un bombazo en Francia, con ediciones de muchos miles de ejemplares y éxito repetido por toda Europa. Publicidad, según esta obra, es el sumum de la manipulación de masas, del consumismo, del fomento de la desigualdad social. Un mundo adobado con sexo y drogas y en el que no queda excluida la violencia. Hay una frase demoledora en el libro "la diferencia entre ricos y pobres es que estos venden droga para comprarse unas Nike y los ricos venden las Nike para comprar droga". La obra se vuelve por momentos confusa por el uso y abuso de distintos tiempos verbales en la voz del narrador y se desmelena al final con un desenlace que parece más bien fruto de una fuerte dosis de narcóticos. Es indudablemente un palo, desde dentro, muy duro a una de las profesiones mas glamurosas de nuestra sociedad contemporánea y que podría animar a otros, desde otros mundos similares, a hacer una disección parecida. Merece la pena echarle un vistazo.