miércoles, 23 de diciembre de 2009

VÍA REVOLUCIONARIA

Tuve que llegar casi a la mitad de la novela, para recordar que lo que estaba leyendo no me sonaba por casualidad, sino que era una historia más completa, con más pegada, de otra que había visto en el cine. Al final todo encajó: Revolutionary Road de Sam Mendes; una película con Di Caprio y Kate Winslet que no estaba mal, pero que, conocido el original, quedaba lejos de la historia que había escrito bastantes años antes Richard Yates. Y es que la novela es de una enorme profundidad, es una operación a corazón abierto difícilmente transmisible a través de otras vías que no sea el encuentro del lector con el texto y las proyecciones de la imaginación.
Fue "Vía Revolucionaria" la primera novela del inquieto Yates, literato y periodista norteamericano de vida intensa que no le impidió pararse y detectar los males profundos arraigados en una sociedad estadounidense que gusta de las apariencias y esconde, tras el cartón piedra, mil y un dramas e insatisfacciones. Y es que la novela va de eso, de vidas que caen en picado por el tedio y la insatisfacción, por el conformismo que les impone la sociedad del bienestar, por la trampa que suponen los apacibles suburbios, con sus blancas casas con jardín, tras las que se viven silencios, incomprensiones, frustraciones, y entierros de aspiraciones propias y compartidas.
Yates hace una profunda disecciónn de la pareja Frank y April Wheeler, empeñados,a nivel teórico, en ser distintos a los demás, mientras las circunstancias y el entorno les van atrapando poco a poco y van derribando unos sueños que pronto se tornan inalcanzables o quiméricos.El American Way of Life acaba en esta novela muy malparado y probablemente de forma injusta. Pero es bueno que alguien nos recuerde, aunque sea desde un argumento situado en los cincuenta del pasado siglo, que seguimos reproduciendo los mismos o parecidos casos de aislamiento y de incomunicación, que, para no renunciar a la comodidad que nos brinda la sociedad, dejamos a un lado valores e ideas y nos justificamos y atrincheramos en las debilidades.
En definitiva, un aldabonazo interesante para los que estamos instalados en la agradable sociedad occidental.

lunes, 7 de diciembre de 2009

CRÓNICAS MARCIANAS

He recuperado, en esta ocasión, un clásico del siglo XX, las Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, colección de relatos que tienen en común la supuesta colonización de Marte a partir del año 2000. Es esta una obra precursora de la línea que Bradbury imprimiría a su obra, especialmente brillante cuando se torna especulativa, encuadrándose en la ciencia ficción, para denunciar al tiempo los errores que una y otra vez repetimos los habitantes de la Tierra. Es una crónica escrita tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en la que aparecen muchos de los temores tan vigentes entonces, como el de una guerra atómica, y se recrea en la especulación tan en boga por aquel tiempo de buscar un lugar donde la humanidad, abocada a la catástrofe pueda encontrar un refugio. La única alternativa está en el espacio y Marte parece un buen destino para buscar esa otra oportunidad.
Vista a estas alturas la obra incluye un montón de ingenuidades, como la existencia de una civilización marciana o la previsión de unos avances tecnológicos que visto lo visto todavía nos quedan un poco lejos. Pero las Crónicas son sobre todo una excusa para reflexionar sobre la tozudez del ser humano en el error, como tropezamos una y otra vez en la misma piedra, como arruinamos lo diferente, lo distinto, por miedo. No estamos dispuestos a cambiar, por el contrario parecemos decididos a reproducir una y otra vez unas formas y modos que,visto desde la perspectiva de entonces, y quien sabe si desde la de ahora, sólo conducen a la autodestrucción.
Crónicas marcianas es una obra pesimista. Por ejemplo en el relato titulado "Aunque siga brillando la luna", que cuenta la llegada de una de las expediciones a Marte, el capitán asegura "No arruinaremos este planeta. Es demasiado grande y hermoso"...y el tripulante Spender le contesta "¿Cree usted que no?. Nosotros, los habitantes de la Tierra, tenemos un talento especial para arruinar las cosas grandes y hermosas".
Hay otro relato "Usher 2" que adelanta ya uno de los temas más destacados de su obra más conocida "Farenheit 451" donde un régimen totalitario, para mejorar el control de la población opta por la quema de libros. En este relato, magnífico, un rebelde reconstruye en Marte, aunque sea de forma efímera, una casa donde revive a personajes de algunos de los libros quemados, sabiendo que juega contra el tiempo y que más temprano que tarde la mano inquisidora arrasará su obra.
En definitiva Crónicas Marcianas recopila unos relatos que, más allá de la ingenuidad y de la ciencia-ficción, reflexionan sobre el ser humano, sobre sus debilidades y temores, sobre la incapacidad para respetar lo diferente. Cada relato es como una pequeña bomba de profundidad que nos obliga a mirar lo que menos nos gusta de nosotros mismo. En fin, deslumbrante.