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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

viernes, 23 de abril de 2010

EL OFICINISTA

Unos amigos argentinos me han pasado esta obra de Guillermo Saccomanno, autor que solo conocía de nombre y que tiene escasa difusión en España. Esperemos que el premio Biblioteca Breve de este año que le ha correspondido ayude a normalizar la difusión de sus obras.
Dicho lo cual apuntaré primero que estamos ante una novela que nos sumerge en un mundo oscuro, el interior del protagonista, el oficinista, y el exterior, el de una ciudad sumida casi siempre en la penumbra, sobre la que cae lluvia ácida, sobrevolada permanentemente por helicópteros artillados, con una plaga de murciélagos que se estampan contra las cristaleras, otra plaga, de perros clonados, que campan a sus anchas por las calles y la amenaza constante de un terrorismo cuyo origen o razón no se nos explica. Lo único que sabemos es que estamos ante una sociedad, la de esa ciudad, que vive una auténtica pesadilla, en la que hay muchos excluidos, y en la que todos parecen guiarse por el miedo, el miedo a perder la vida, el trabajo, por lo que callan, agachan la cabeza y otorgan. Todo para no caer en ese mundo paralelo de perdedores que pueblan las calles, ahítos y encogidos por el hambre.
Sabemos poco del oficinas, ni siquiera su nombre. Está casado y se reconoce como cobarde. Su obsesión es pasar lo más desapercibido posible para evitar que le despidan. De momento lo consigue, pero todo empieza a cambiar cuando tras el autorreconocimiento de su cobardía se autoconvence de que podría sorprender a todos con otro yo, radicalmente distinto, que incluso podría ser violento, y pillarles por sorpresa. Atrapado por la infelicidad de un hogar bien distinto al que pensaba, y atenazado por las sospechas que él mismo genera sobre la actitud de un compañero de oficina, el oficinista hallará la oportunidad de ponerse a prueba al iniciar una relación con la secretaria del jefe.
La atmósfera que crea Saccomanno es un tanto asfixiante y desde el principio nos deja claro que el desenlace no puede ser feliz. Hay mucho de ciencia ficción en la ciudad que nos describe, y algo orwelliano en la oficina en la que trabaja. Es un drama de tonos apocalípticos, desesperanzado y que nos alerta ante un futuro posible que no estaría demasiado lejos. No es una novela optimista, ni mucho menos, pero se lee de un tirón y hasta se agradece su brevedad.