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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

CUATRO AMIGOS


Me acerco de nuevo a una novela de David Trueba, por aquello de apostar seguro por la frescura, y esta vez es "Cuatro amigos", que ya va a cumplir los doce añitos pero que se deja leer y mantiene su plena vigencia. Quizá porque eso de los amigos es algo de lo que todos sabemos y también porque, en algún momento, todos hemos caído en la tentación o hubieramos querido caer en ella de largarnos por ahí a recuperar no se sabe qué, probablemente ese espíritu adolescente que se va desmoronando cuando los veinteañeros se despeñan hacia la treintena.
Ese es el meollo de esta novela, cuatro amigos que deciden largarse de viaje un verano, sin rumbo fijo, más como una huída que como la búsqueda de algo. Los personajes, esos cuatro amigos, presentan rasgos que en mayor o menos medida podemos reconocer en algunos de los nuestros, son casi universales y ahí Trueba acierta de pleno.
El narrador, Solo, está más despistado que una mona, está harto, decidido a abandonar el trabajo que su padre le consiguió en un periódico y que le aburre soberanamente y rumiando la estupidez de abandonar a su chica, a pesar de que sabía que se equivocaba. Junto a él Claudio, el típico chulito que se tira todo lo que se mueve, ayudado por un buen físco y poca cabeza. A Blas le toca el papel de gordito a la búsqueda desesperada del amor; y finalmente Raúl, el único casado, desbordado por su estado y atormentado por la culpa y la necesidad de largarse.
La ruta por la que transitan es un puro disparate, pero sirve para recrearse en situaciones mil veces vividas, algunas exprimidas en exceso, pero que nos mantienen una sonrisa permanente cuando no nos arrancan la carcajada.
Trueba echa mano del oficio, se nota esa tensión casi fílmica que tiene todo buen guionista y ofrece un retrato previsible pero estupendo de esos años en los que se adivina ya la crisis de los treinta en ese ejercicio de "irresponsabilidad" adolescente , en ese quemar los últimos cartuchos. En fin, un buen entretenimiento que es de lo que se trata.

lunes, 14 de febrero de 2011

UNION ATLANTIC

Inmersos como estamos todavía en esta devastadora crisis económica, el que alguien aporte algo de luz a cómo se fraguó el desastre es de agradecer. y si lo hace en formato novela, y por tanto en términos meridianamente claros, aún más. Es el caso de esta "Union Atlantic" de Adam Haslett que según dicen se entregó al editor unos días antes de la caída de Lehman Brothers, que marcó la confirmación de la catástrofe que se nos venía encima. Por tanto tiene la novela algo de premonitorio y, lo que es peor, era algo que al parecer se sabía pero a lo que nadie quiso hacer mucho caso, sobre todo en Estados Unidos, donde razones patrióticas superiores aconsejaban tapar las debilidades del sistema. No vamos a entrar aquí en debates sobre el origen y causas de la crisis, pero si recomendar esta novela que retrata con un realismo que pone los pelos de punta, la falta de escrúpulos de esos tiburones financieros para quienes no había ley alguna que se interpusiera a su ambición ni barrera que les frenara en su enloquecida carrera para ganar la mayor cantidad de dinero, cifras desorbitadas, en el menor tiempo posible. Haslett retrata magnificamente a uno de esos tiburones, Doug Fanning, un tipo venido a mas, consentido y alentado por Holland, el dueño del grupo financiero y miembro de la aristocracia bostoniana, especializado en nadar y guardar la ropa y salir indemne de todos los atropellos que consintíó y de los que tanto se benefició.
Doug es el típico norteamericano hecho a sí mismo, salido del nivel social más bajo y enriquecido en poco tiempo. Lo quiere demostrar al mundo construyendose una mansión hortera y ostentosa en un terreno municipal, para lo que, a golpe de cheque, rompe todas las resistencias, excepto la de Charlotte, una vieja profesora de historia, cuya familia fue propietaria del terreno luego donado para mejores fines al municipio, que emprenderá una desigual batalla legal. Dos personajes interesantes más: Nate, alumno de Charlotte, y con el que Doug mantendrá una relación cada vez más estrecha, y Henry hermano de la profesora y director de la Reserva Federal de Nueva York. A través de este conoceremos los entresijos del sistema, como se tapan los agujeros y como se responde al comienzo de las crisis con malas decisiones que solo pueden conducir al desastre. Lo que nos deja claro la novela es algo que ya sabemos bien, que los delincuentes de corbata siempre salen ganando, y más incluso cuando se produce una crisis tan devastadora que pagaremos los de siempre, clases medias y bajas y con un coste terrible de empleo. No hay que perdérsela.

miércoles, 9 de febrero de 2011

AGOSTO, OCTUBRE


No llega a 150 páginas esta novela cor de Andrés Barba, jovenescritor madrileño, que ya tiene otras cinco obras anteriores, una de ellas compartida. "Agosto, octubre" aborda el un tanto manido mundo de la adolescencia, sus vivencias apasionadas y extremas, pero lo hace con una cercanía que es de agradecer, especialmente en la primera parte de la novela, cuando alcanza sus mejores momentos en la descripción de los sentimientos, pasiones, temores y vivencias de Tomás, ese joven de catorce años que, como era de esperar, aprenderá de todo en esas vacaciones de verano que disfrutará con su familia y en las que cambiará todo, desde su visión de la gente que le rodea engeneral a su familia en particular y su forma de relacionarse consigo mismo.
El mundo de Tomás se va a poner practicamente al revés al llegar a ese lugar de vacaciones, el de todos los años, en un pequeño pueblo costero donde reside una tía, gravemente enferma.A los apretones propios de la edad, la obsesión sexual, las relaciones con la gente de su edad, la más próxima y la que viene envuelta en un halo de violencia, se le une el cambio de percepción de sus más cercanos, su padre y hermana, y el paso de la muerte muy cerca, quizá su primera vez para comprobar lo efímero de la vida.
Andrés Barba trata con cariño a todos los personajes, incluso lo más agresivos, y eso le permite trazarnos unos perfiles muy cercanos, algunos hasta reconocibles . No está de sobra una novela de este tipo de cuando en cuando, aunque el primer vistazo nos eche para atrás. Demuestra que nunca está todo dicho.

martes, 8 de febrero de 2011

SECRETOS INÚTILES

Mirko Lauer es un escritor peruano de origen checoeslovaco que además de novelista es poeta, editor y periodista. No había ni siquiera oído hablar de él y, sin embargo, es una de la voces más conocidas e interesantes de la literatura de Perú. Esta novela, que pertenece a un ciclo más amplio sobre Cerro Azul, el autor ejerce de periodista, con su nombre, y nos acerca una conversación extensa, y a veces enloquecida, en San Francisco, con uno de esos personajes tan típicos, esos ricos peruanos de ascendencia anglosajona, que nunca se molestaron en aprender castellano y que a la primera de cambio abandonan el país, eso sí con todo su dinero. El personaje en cuestión es un tal Clayton Archimbaud, que reside en San Francisco y al que el periodista-escritor Mirko Lauer quiere entrevistar por su relación, amorosa, con una escritora muy conocida que además era su tía. Según los rumores que corrían por Líma, Clayton y su tía estuvieron liados durante muchos años y desde su adolescencia en Cerro Azul, una amplia zona propiedad de la familia que incluía distintas explotaciones además de un puerto. La entrevista, que en principio parece que no aportará muchas novedades, por la aparente reserva de Clayton, se vuelve por momentos enloquecida, y el entrevistado va dando distintas versiones de la misma historia, acercándose desde distintos ángulos, a cual más desconcertante y que al final sirven para constatar que nada fue lo que se decía, ni nada lo que parecía. Curiosísimo el personaje de Clayton Archimbaud, rico hasta decir basta, y al que por tanto hay que permitirle todo tipo de excentricidades.
La novela, excelente, nos permite sumergirnos en una larga noche de alcohol y revelaciones sorprendentes que no defraudan en ningún momento.

jueves, 3 de febrero de 2011

LOS INFINITOS

Novela del irlandés John Banville, conocido sobre todo por "El eclipse" y "El mar", conserva el estilo habitual del autor y sus peculiares ensoñaciones. En este caso la acción, más bien lenta, transcurre a lo largo de un día de verano en una casa de campo en algún lugar de Irlanda. En la cama, en estado de coma y moribundo, yace Adam, que vive en la residencia Arden con su mujer Úrsula, que se pasa el día en un duermevela por sus excesos alcohólicos, con su hija Petra, extremadamente sensible y huidiza pero con metas propias, la sirvienta Ivy, descendiente de la familia bien propietaria de la casa, y Duffy, el campesino que se ocupa de cuidar las tierras. El día de autos acuden además el hijo, Adam y su esposa Helen y dos personajes mas:el extraño y ambiguo novio de Petra y Benny, un personaje mitad dios mitad humano que tuvo una gran ascendencia sobre el viejo Adam.
Más allá de la anunciada muerte del cabeza de familia, nada parece perturbar la calma y el aburrimiento de la jornada en ese lugar apartado, lo que permite al autor darnos pinceladas de las peculiares personalidades de los distintos personajes. Y utiliza para ello una curiosa estructura narrativa, en la que la voz cantante la llevan el viejo comatoso o Hermes, sí uno de los dioses del Olímpo que se dedica a fisgonear lo que hacen los humanos y de paso contener como puede los apetitos sexuales de su padre, Zéus, cada vez más atrevido en sus incursiones entre los humanos. Con la inclusión de esos dioses de la mitología griega, el autor tiene la excusa perfecta para reflexionar sobre asuntos de tanta enjundia como la inmortalidad o, más de andar por casa, la forma acomodaticia en la que algunos viven.
Más allá de la forma elegida para narrar esta historia, la novela aburre, con tanto detallismo, casi puntillismo, en la descripción de la casa o los alrededores. Es innegable la arrolladora capacidad de Banville para describir cualquier nimiedad con un vocabulario rico y expresivo, pero falta acción y la historia en sí no tiene mayor interés. En fin, solo para aficionados a deleitarse con un texto muy bien escrito.