lunes, 18 de julio de 2011

SOLAR

Ian McEwan vuelve por sus fueros, con una novela muy bien estructurada, de trama interesante y muy actual, y personajes perfectamente reconocibles en cuanto miremos un poco alrededor con detenimiento. En "Solar" el protagonista, Michael Beard, es un físico de prestigio, que hace unos años recibió el premio Nobel, no se sabe si por error, y que desde entonces va viviendo más o menos del cuento, siempre recibiendo parabienes y prebendas y subido al carro de las conferencias, los viajes y las invitaciones a seminarios, todo muy bien pagado. Está en la cincuentena, en su quinto matrimonio, que entra en crisis, y a partir de ahí se le hace un seguimiento casi al día. Ian McEwan se sumerge así en una historia tragicómica en la que el héroe tiene cada vez mas tinte de villano, en la que todo se disparata, y en la que el autor aprovecha para hacer una crítica muy dura a ciertos estamentos de poder y científicos y todo ello girando en torno al calentamiento global y como pararlo. Un personaje aparentemente sin mucho brillo, el becario que llega al centro de investigación que dirige Beard, tendrá un papel determinante en casi todo lo que ocurre a partir de la mitad de la historia y en su desenlace, tanto en su vida privada como pública. De forma descarnada, y a medida que los acontecimientos se precipitan, traza un cuadro muy pesimista sobre la honradez de políticos, estamentos académicos y de investigación, inversores y hasta medios de comunicación. La vida misma, y ahora mismo. Y para hacerlo se requiere mucho talento. El que tiene Ian McEwan.

lunes, 11 de julio de 2011

VIDAS ERRÁTICAS

Empezar a leer "Vidas erráticas"es sumergirte en aguas, en terreno conocido. Desde la primera página, el ambiente te resulta muy cercano. No por vivido, sino por visto o leído. Es algo así como una vuelta actualizada al neorrealismo italiano, a aquellos barrios que tan bien restrataron De Sica, Rosselini, Fellini e incluso Pasolini. Gianni Celati, un escritor de larga trayectoria en Italia, presenta una novela, casi una recopilación de cuentos, muy sencilla, y no es fácil, con un lenguaje muy coloquial y una mirada mas que amable amigable de una ciudad de provincias italiana en los años cincuenta. Con los precedentes cinematográficos no cuesta nada visualizar de inmediato esas calles grises y sus gentes, con personajes a menudo singulares que ponen un poco de sal en medio de tanta grisura.
Celati pone el foco, en las tres partes en que divide la novela, en otros tantos personajes especialmente singulares. Por un lado está Pucci, un chaval silencioso donde los haya, que vaga todo lo que puede por la ciudad, acompañado de un gordo sin complejos Bordignoni, obsesionado con las mujeres con tetas abundantes y en concreto con la madre de Pucci. El segundo personaje es Zoffi, un joven metido a estanquero a la fuerza, tras la muerte de su padre, que se pasa el día filosofando con la panda de jubilados que se reúne en el local. Y Por último Tritone, un escritor de novela histórica, gloria nacional de las letras, que no sabe si le alaban por la calidad de su obra o solo para alagarle y que duda de que muchos de los que le aplauden y jalean hayan leído siquiera una línea de sus textos.
En fin, una hermosa inmersión en el pasado, perfectamente digerible y que deja un regusto agridulce, más por nostalgia que por la situación contada.