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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

sábado, 31 de agosto de 2013

TIERRA

TIERRA, nueva novela de David Vann, el escritor que empezó a ser conocido por sus cuentos y narraciones basados en su tierra natal, Alaska. Ahora el escenario elegido es un árido valle de California, estado en el que se ha asentado y donde es profesor, pero como en las anteriores entregas, se revela como un maestro en presentar una naturaleza omnipresente que enmarca todo y que, contradictoriamente, puede crear un ambiente hasta cierto punto claustrofóbico.
TIERRA es el día a día de una peculiar familia que vive de las rentas, de un fideicomiso, y por tanto bastante al margen de la realidad social que les rodea. De hecho en el texto no aparecerán más que los cinco personajes de esta familia: Galen, un joven de 22 años, atrapado en una relación demasiado estrecha con su madre, que le ha impedido hasta ahora ir a la universidad, y cuya holganza diaria dedica a la meditación y la búsqueda de la iluminación, leyendo poesía de Gibran o el Juan Salvador Gaviota, buscando sensaciones extremas en el contacto o el ayuno, ajeno al mundo que le rodea, y cada vez más irritado a medida que es consciente de que está varado y sin posibilidad de salir de ese círculo vicioso; la madre de Galen, especialista en resolver problemas a base de ignorarlos, generadora de buen-rollismo y administradora secreta de los cuantiosos fondos familiares, algo que desconocen el resto de los miembros de la familia; la abuela, enviada a una residencia por padecer Alzheimer, aparentemente fuerte pero con una sórdida historia de maltrato por parte de su marido que apenas aparece insinuada; y la mafia, madre e hija, tía y prima respectivamente de Galen, cuyo comportamiento irá mutando peligrosamente a lo largo de la novela. Casi toda la acción transcurre en una gran finca de nogales, de las pocas grandes que quedan en la zona, donde viven Galen y su madre. En una de las pocas salidas que hacen, con el resto de la familia, a una cabaña en las montañas, se romperá la aparente paz familiar y se desencadenarán los demonios que afectan a todos y cada uno de los miembros, derivando hacia una catástrofe imprevisible. David Vann se supera a sí mismo, pero a mi me produce desasosiego esta historia. Sigo prefiriendo su Caribou Island, menos asfixiante y, entonces, más original.

domingo, 25 de agosto de 2013

EL CONDOTIERO

Una vez más un cuadro protagoniza o,al menos, es parte fundamental del argumento de una novela. En este caso es El Condotiero, una obra mayor de Antonello da Messina que se encuentra en el museo del Louvre. El cuadro, que aparece en la portada de la novela, se convierte en la gran obsesión de Gaspard Winckler, un falsificador de todo tipo de obras de arte que, por razones que se explican a lo largo de la obra, se atasca en su intento de hacer una copia perfecta. Todo el proceso para realizar esa copia es un lujoso acercamiento al cuadro, que nos permite apreciar detalles que, sin duda, se nos escaparían si lo tuviéramos delante y nadie nos alertara sobre los mismos. Pero la historia está contada de forma más compleja. De hecho comienza con el asesinato de Anatole Madera, el marchante y delincuente bien visto que le realiza los encargos y le mantiene con un buen tren de vida y dedicado en exclusiva a esa falsificación de altura que pocos podrían descubrir. El asesino es no otro que el propio Gaspard, pero no desvelo nada importante porque la novela arranca precisamente sobre ese asesinato, y no será la policía a la que veremos desentrañando las razones de ese crimen, sino el seguimiento de los actos del propio Gaspard, sus dudas, el repaso a su vida, y las claves, si es que las hay, que le llevaron a matar a su protector y mecenas. La estructura de la novela es a veces complicada, puede provocar aburrimiento, cuando no aturdimiento, pero al final te atrapa con esa inmersión, por ejemplo, en el cuadro que te hace ver lo leído con otros ojos. El autor , Georges Perec, francés, murió en 1982 y fue su primera novela, perdida durante un tiempo, y donde críticos y lectores han encontrado el armazón básico de su forma de narrar que luego desarrollaría en sus obras más conocidas y en especial en LA VIDA INSTRUCCIONES DE USO, con la que ganó el premio Médicis en 1978.

sábado, 24 de agosto de 2013

Saliendo de la estación de Atocha

Saliendo de la estación de Atocha ,es un divertido acercamiento a Madrid de la mano de un guiri, en este caso norteamericano, que pasan una de esas temporadas en la ciudad con la excusa de unos estudios o una investigación, siempre con el respaldo de una generosa beca. Es la primera novela de Ben Lerner, hasta ahora conocido como poeta, y su estreno ha recibido nota muy alta de la crítica estadounidense que, seguro, apreciará sutilezas que puedan escapársenos a nosotros. Adam Gordon, Adán para los locales, es un joven norteamericano que, como tantos al acabar la universidad, deciden tomarse un año sabático y lo disfrazan como pueden. En este caso declarándole poeta, aunque ni él mismo se lo cree, consigue una beca para instalarse en Madrid y trabajar, supuestamente, en un proyecto poético ambicioso en el que mezcla guerra civil, postguerra y poetas, de los que apenas sabe nada y tampoco tiene demasiado interés. Se instala en un estudio buhardilla en la plaza Santa Ana y desde allí, bien dotado de barbitúricos varios, porros y vino en abundancia, irá dándonos retazos de una ciudad que en muchos casos le resbala pero que le sirve de escenario para su ingente pérdida de tiempo que, en realidad, es a lo que se dedica. Entre porros, tranquilizantes, cafés varios y charlas con gente en las que Penas se entera, su español es más que deficiente, transcurren los días. Apenas escribe unos cuantos poemas que,al final, le servirán para salvar más o menos la cara, más gracias a intervenciones externas que a la calidad misma de su trabajo. A medida que avanza la novela cobra fuerza el papel de Teresa, su traductora, amiga y amante sin sexo, con la que vivirá las horas más duras de la ciudad, el atentado del 11-M. Aparte esa enorme tragedia, que nos acerca con sensibilidad, el personaje creador por Lerner es todo un corolario de los tópicos que tenemos y tienen ellos mismos, los norteamericanos. La novela destila ironía y juega con momentos hilarantes como cuando va a Barcelona, sale a comprar un par de cafés, se distrae y pierde todo el día por la ciudad porque no encuentra el hotel. Divertida, se lee de un tirón y logra emocionar, sin aspavientos, ante el atentado más grave que ha sufrido la ciudad desde la guerra civil.