viernes, 27 de febrero de 2015

LA NIETA DEL SEÑOR LINH, de Philippe Claudel

Es más que un relato, se queda en novela corta y se lee de un tirón. Porque, una vez empezada, no hay forma de dejarla.Es una de esas historias que remueven, que hablan de un desastre, de una tragedia, pero en las que flota la esperanza de que todo no es tan malo como parece. Philippe Claudel  cuenta con emoción apenas contenida el amor de un abuelo por su nieta, el despliegue de sus disminuidas fuerzas hasta la extenuación para protegerla. Huyen de una guerra que les ha privado del resto de la familia, de sus vecinos, de sus casas, de su pueblo, de su país...Se convierten, sin quererlo, en refugiados en una tierra lejana y muy extraña. Nada es como en su pueblo, nada es reconocible y la lengua también es distinta. Pero hay que sobrevivir y la máxima prioridad en momentos tan adversos es la nieta, que se pasa la mayor parte del tiempo dormitando en brazos de su abuelo. Es emocionante la incansable búsqueda por una ciudad desconocida que el abuelo Linh , con su nieta en brazos, emprende para buscar al único amigo que ha hecho desde que ha llegado: un hombre gordo, habitante de la ciudad, que recientemente ha perdido a su esposa, y con el que ha logrado comunicarse de una manera especial ya que no hablan el mismo idioma. Una búsqueda incansable del amigo, al que ha perdido porque los servicios sociales les trasladaron a otro lugar de esa gran ciudad que desconoce.
Emocionante, tierna, esperanzadora. Un maravilla de novela, cortísima, de un Philippe Claudel en estado de gracia, después de su maravillosa "Almas grises" y antes del impactante "El informe Brodeck". Genial el francés.

viernes, 20 de febrero de 2015

OJALÁ NOS PERDONEN, de A.M.Homes

LLeva diez libros hasta la fecha, pero este es el primero al que me acerco. Y lo hago porque desde hace tiempo me asalta su portada desde los puestos de novedades de las librerías. Y ha sido un hallazgo. Y un hallazgo curioso, porque sin sorprender, y con personajes reconocibles (más que nada por costumbre de tantas series y películas norteamericanas que nos hemos tragado) se lee con interés  y se sobrevuelan situaciones realmente dramáticas sin que ese dramatismo nos sobrecoja.
Es una maestra Homes. Y no es para menos, porque al parecer lleva diez novelas en su haber y todas  de gran éxito.
Como decía, ni el escenario ni los personajes nos sorprenden, a pesar de sernos tan extraños. La memoria audiovisual la tenemos acostumbrada a las rarezas norteamericanas, e insistir en esos modelos es lo que parece que se le da pero que muy bien a la escritora estadounidense.
Esta novela tiene más de seiscientas páginas, pero es difícil saltarse ni siquiera una. La historia atrapa, a pesar de las excentricidades y las situaciones que, entendemos, solo pueden darse en la sociedad norteamericana. Abarca desde un día de Acción de Gracias hasta la misma celebración del año siguiente. Un año que pondrá patas arriba las vidas de los personajes, que, a pesar de todo, sobrellevan los cambios dramáticos con toda naturalidad.
En el primer festejo, la insinuación sexual que Jane hace a su cuñado, el hermano mayor de George, en la cocina ya nos pone en alerta de que algo va a suceder muy pronto. Y apenas unas páginas después la acción se acelera increiblemente. Un atropello con víctimas, un niño huérfano, su causante víctima d  un fuerte desequilibrio psíquico, que le venía de antes, más huérfanos y un cambio de vida brutal para todos ellos, en especial para Harry, el hermano mayor. Él nos servirá de eje en toda la narración, porque además de ver lo que ocurre a través de él, está en todas las salsas y es coprotagonista del episodio que trastornará  y romperá la armonía existente. Harry es un profesor universitario, especialista en Nixon y futuro autor de un libro sobre el expresidente en el que trabaja durante años y cuyo final nunca parece cercano. El será el centro de un nuevo hogar que acogerá a los supervivientes del naufragio familiar y próximo.
Homes tiene una peculiar forma de narrar, cargada de humor y de distancia suficiente para atemperar las situaciones dramáticas, hacerlas creíbles por inevitables y asumir que las cosas son así por alguna razón que se nos escapa y hay que aceptarlas.
No es una resignación con sufrimiento. Al contrario. Y a lo largo de ese año no solo encontraremos desavenencias conyugales, incomprensiones paternas, mosqueos familiares, sino también elementos muy actuales como la presencia de internet como nueva forma de relación o disparatadas fórmulas de ayuda a desfavorecidos.
Es una historia rara. Muy propia de esa imagen que tenemos de familias norteamericanas disfuncionales y desestructuradas, pero que parece responder a cierta realidad: la que se vive en los apacibles suburbios de las grandes ciudades norteamericanas.
 En resumen, un retrato memorable de nuestros días...en Estados Unidos.

martes, 17 de febrero de 2015

ASÍ EMPIEZA LO MALO

He llegado a esta novela influido por dos factores de mucho peso: la casi unanimidad de los críticos, que se han deshecho en alabanzas hacia la nueva entrega de Javier Marías y mi inocultable admiración por un autor que "escribe como los ángeles" por así decir y que me deja fascinado cada domingo en su columna del colorín de "El País".
Con semejantes condicionantes era difícil leer una novela que "todo el mundo" califica de excelente y, posiblemente, imposible abordarla de forma crítica. Pero resumiendo, a mi no me gustó. Y no es por ir contracorriente. En absoluto. Pero me pareció tremendamente aburrida, con unos personajes bastante alejados del común de los mortales teniendo en cuenta el momento en que sitúa los hechos y en una España que ,los que tenemos una cierta edad, vivimos y conocimos bastante bien.
No sé que le pasa a la literatura española de nuestros días, pero hay demasiadas historias sin interés, incluso aunque se ubiquen en situaciones históricas sobre las que vuelve el interés público.
Y es que Javier Marías situa esta novela en la transición, y es en sus notas sobre esta donde deslumbra. Pero la historia en sí no cuaja. Un director de cine de capa caída, metido en una matrimonio que no funciona por culpa de una vieja mentira que marcará el resto de sus días. El narrador, un joven contratado para ayudar al director, que poco a poco se ve involucrado en ese extraño mundo lleno de mentiras y medias verdades, de secretos que no lo son tanto, de ocultaciones del pasado que vuelven con fuerza.
Es un mundo obscuro (sí, perdóneseme la licencia de optar por "obscuro" en lugar del oscuro requerido por la RAE, pero es que me parece que refleja mejor esa sensación que pretende definir), ajeno, un tanto elitista, en el período de la TRANSICIÓN que tantas mentiras y secretos tuvo.
La novela es muy lenta, con demasiadas páginas, excesiva adjetivación, y disgresiones que dificultan su seguimiento. Es verdad que se acelera y coge garra en el último tercio, pero la historia roza peligrosamente el culebrón por momentos y defrauda. Al menos a mi.
A ver, tiene momentos buenísimos. Párrafos donde aparece el genio indudable de Marías. Pero no es una novela completa. Y bien que lo siento. Otra será.

miércoles, 4 de febrero de 2015

BLOODY MIAMI

El que tuvo retiene, creo que dice el dicho. Y eso es lo que hace Tom Wolfe que ha tardado muchos años, hasta esta novela, en recuperar el pulso de aquella forma de narrar que tanto nos fascinó en "La hoguera de las vanidades". Vuelve Wolfe por sus fueros, con esa forma de contar las cosas que nos recuerda modelos periodísticos y vuelve a retratar la sociedad norteamericana como él y pocos más saben hacerlo
Para ello, en esta ocasión, elige Miami, la más variopinta de las ciudades estadounidenses, la única donde una minoría extranjera y sus descendientes inmediatos son mayoría y controlan los resortes del poder, la policía y buena parte de la economía local, hasta el punto que a los descendientes de los anglos les llaman "canadienses".
Tom Wolfe es un magnífico observador y un magnífico retratista del momento. Y para  "explicarnos" Miami se apoya  en dos jóvenes bien distintos: un periodista joven y ambicioso, un wasp (White Anglo-Saxon Protestant), llamado para mas inri John Smith, del que sabemos muy poco y menos de las razones que le llevaron a instalarse en la ciudad; el otro, Nestor Camacho, un policía veinteañero, cubano de segunda generación, cuya dedicación desatará involuntariamente varios conflictos muy serios en Miami.
Smith, contra la opinión de su jefe, otro Wasp recién llegado a Miami que no acaba de entender como funciona la ciudad y solo quiere integrarse cuanto antes, empieza a tirar de un hilo que puede dejar en el ridículo más absoluto a todas las fuerzas vivas de la ciudad, embaucadas por un oligarca ruso que responde a todos los tópicos imaginables para este tipo de personajes.
Contará Smith con la ayuda de Nestor, después de que fuera apartado del servicio en primera línea, tras el salvamento de un balsero que luego será deportado lo que provocará las iras de la comunidad cubana que reniega de él. Tratado como un héroe por unos y como traidor por los suyos, Nestor se meterá en otro follón racial, durante la detención de un camello negro, donde usó la fuerza y quedó inmortalizado por un video que fue pasto de las redes.
En todo caso, las investigaciones de ambos y los conflictos generados por las actuaciones del policia dejarán a la vista los complejo elementos que llevan a tomar decisiones políticas, las arbitrariedades, el difícil equilibrio racial, las corruptelas de todo tipo. Además Wolfe hace retratos fascinantes de distinto personajes: el alcalde cubano, la joven que aspira a salir de una comunidad que la asfixia y que apunta a lo más alto, el psiquiatra  especializado en adicciones sexuales de los ricos, el multimillonario despilfarrador, el pintor que sobrevive a base de falsificaciones; y los completa con descripciones muy detalladas  de los sitios donde se mueves: desde un puticlub de medio pelo, a una feria de arte y sus trapicheos, las urbanizaciones de lujo o los majestuosos pasillos del ayuntamiento. 
Bloody Miami es un fascinante cuadro de una ciudad en la que, según Wolfe, todo el mundo odia a todo el mundo. El libro, desde luego, casi se lee de un tirón.