martes, 28 de julio de 2015

DE VIDAS AJENAS,

¿Cómo se asume la muerte de alguien muy cercano?. ¿Qué mecanismos pueden llevar a unos padres a aceptar la desaparición, la muerte de su hija pequeña?. ¿Cómo se prepara uno para aceptar su muerte inminente y que impacto tendrá entre los suyos?. ¿Cambia irremisiblemente la vida de los más cercanos?. Estas y otras preguntas con las que se plantea Emmanuel Carrère en esta novela que no es ficción, sino basada en hechos reales. El escritor francés vive de cerca dos tragedias familiares, sin relación entre si, y tarda seis años en darle forma, después de que alguien le invitara a hacerlo porque era eso, escritor.
La primera tragedia sucede en 2003, en Sri Lanka. Uno de los países azotados por el tsunami que arrasó miles de vidas y localidades en varios países asiáticos.El escritor y su mujer, en plena crisis sentimental, intentan un acercamiento en aquel lugar paradisíaco, en principio sin resultado alguno. Todo cambiará cuando una ola gigante arrasa la costa y se lleva miles de vidas. Entre ellas la de una niña  a cuyos padres, también franceses, habían conocido unos días antes. ¿Cómo pueden unos padres aceptar que ya no verán más a su pequeña?. Con un equilibrio increíble, Carrère nos sitúa como espectadores de primera fila de este drama y lo hace sin  dejarse arrastrar por sentimentalismos o lágrimas fáciles. Nos permite asomarnos sin aspavientos al precipicio abismal que se abre en la vida de esos padres que ven trastornada su vida en apenas unos minutos.
Sin relación con esta historia, y una vez de regreso a Francia, la mujer del escritor recibe malas noticias. Su hermana, con un largo historial de lucha contra el cáncer, está a punto de morirse. Aquí el autor entra en más detalles, nos acerca más no solo a la moribunda, sino también a su marido y a sus tres hijas que tienen que afrontar la inminente desaparición de su madre. Y así vemos la ansiedad de la enferma ante un futuro de sus hijas sin madre, la desazón del marido cuya vida giraba por completo en torno a su mujer. La larga lucha de esta contra la enfermedad, sin interrumpir  en ningún momento su trabajo como jueza. Y así nos enteremos que ella, y otros juez, también mermado por el cáncer, habían  sido pioneros en la defensa de los consumidores frente a hipotecas y préstamos abusivos en Francia.
La novela es interesantísima en cuanto nos acerca  a distintas formas de afrontar ese dolor, aparentemente inaguantable, que sobreviene ante la desaparición de un ser querido. Hay mucho trabajo detrás de este texto que, según cuenta Carrère, sometió primero al juicio de algunas de las personas que aparecen en el mismo, y que apenas fue retocado. En todo caso no es una novela de desesperanza, sino un ejercicio muy brillante de realismo ante las sorpresas que nos dan la vida y la muerte.