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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

lunes, 15 de septiembre de 2014

HEREJES, de LEONARDO PADURA

Es esta una novela fascinante. De las que te atrapa desde el primer momento, y en algunas páginas parece incluso que te hace contener el aliento. Bien documentada, magníficamente escrita, una novela que reafirma a Padura como el gran escritor que es. Vuelve a recuperar aquí a su ya mítico detective-investigador Mario Conde, que recibe un extraño encargo: averiguar como llegó a una casa de subastas de Londres un pequeño cuadro de Rembrandt que desapareció muchos años antes, en 1929, cuando lo llevaban sus antepasados en el S.S.Sant Louis, un barco con novecientos refugiados judíos que estuvo varias semanas a las puertas  de La Habana y que regresó, forzado a La Habana, llevando a sus pasajeros al exterminio. Ese cuadro era como el pasaporte a la salvación para esa familia judía, los Kaminski, y por alguna razón debió caer en manos de funcionarios cubanos en circunstancias poco claras. Tirando del hilo, Mario Conde reconstruye la vida de Daniel y su tío, un niño judío  que esperaba en La Habana a su familia y que vio como el barco daba la vuelta perdiéndola para siempre. Pero también se reconstruye la historia del cuadro y del modelo que sirvió para recrear la figura de Cristo. Y aquí Padura nos traslada a la Amsterdam de la época de Rembrandt y la triste relación de un joven judío con la pintura, un arte que, precisamente por la representación, está prohibido por su religión. Maravillosamente describe Padura la lucha interna terrible de este joven entre su pasión por el arte y las prohibiciones de su religión en una época que no admite términos medios. Intercalados unos episodios con otros, poco a poco se va reconstruyendo la historia del joven Daniel, de sus descendientes, de sus ascendientes y de cómo el cuadro de Rembrandt acabó en manos de su familia en el siglo XVII. Lo dicho, una novela fascinante y para leerse en unas pocas sentadas. 

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