El planteamiento es muy ambicioso, en cuanto al tiempo que abarca. El XX ha sido un siglo muy complejo, con dos guerras mundiales devastadoras y el derrumbe de varios imperios cuyas secuelas todavía persisten. Resumir todo eso, aunque sea en una novela de más de tres mil páginas es complicado y lleva a realizar, como no podía ser de otra manera, trazos históricos muy gruesos y endulzar semejante embrollo con una historia cruzadas de varias familias que, en demasiadas ocasiones, cae en el puro folletín.
Como se puede adivinar, la primera entrega, "La caída de los gigantes" se centra en los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial y la revolución bolchevique que acabó con el régimen zarista en Rusia. Ahí, junto a los eventos históricos, vamos conociendo a los numerosos personajes que protagonizan la historia y que son los cabezas de las distintas familias que en Rusia, Alemania, Reino Unido y Estados unidos servirán de excusa para contarnos las tragedias de ese siglo.
Es para mi la más completa de las novelas, quizá por la novedad, y la que se sigue con mayor interés. Viene luego EL INVIERNO DEL MUNDO, aquí ya empezamos a econtrarnos con los primeros vástagos de los protagonistas de la novela anterior, que deberán afrontar, con mayor o menos suerte, las consecuencias de la Gran Depresión y la emergencia de los líderes fascistas y comunistas que acabarán llevando al mundo a la Segunda Guerra Mundial. Son también los años de las primeras luchas por los derechos civiles, que ya se apuntaban en la primera entrega, y que se irán consolidando en esta. Algo que hoy nos parece normal, pero que entonces parecía inalcanzable. Empieza en esta novela un intenso cruce de relaciones entre estas familias, que las convierte en protagonistas casi de primera fila de las decisiones que se tomaron entonces en el mundo. Para mí el inicio de un desbarre de Ken Follet que se incrementará, y mucho, en EL UMBRAL DE LA ETERNIDAD, la última entrega.
Y digo desbarre porque ya nos encontramos a los protagonistas en el lecho mismo del presidente Kennedy, de mano derecha de Stalin o Kruschev, parlamentarias británicas rompedoras, o conspiradores destacados contra Hitler. En fin, todo muy forzado y escasamente creíble. Una historia que se sostiene apenas en esta tercera novela y que parece que cansó hasta al propio autor que pareció tomar por el camino fácil.
A la hora de hacer balance, parece excesivo el número de horas que hay que dedicar a recordar una historia que a grandes rasgos casi todos conocemos y en la que no hay aportaciones nuevas. Ken Follet maneja como pocos la metodología del culebrón y hace, a ratos, interesante la lectura, aunque más literariamente hablando poco se salva más allá de su habilidad para escribir diálogos.
Dicho lo cual, y si para alguien sirve la recomendación, mejor dedicarse a otra cosa que tragarse semejante mamotreto que poco o nada nos aporta y tampoco divierte mucho. El que avisa....
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