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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.
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lunes, 12 de febrero de 2024

EL CHICO QUE NUNCA EXISTIÓ, de Sjón

Sigurjón Birgir, Siguròsson, más conocido como Sjón, es un artista y escritor islandés , toda una institución su país, que se prodiga en muchas artes. Además de poesía y novela, colabora en composiciones musicales, en películas, en cómics, un prolífico autor con una considerable obra a cuestas. EL CHICO QUE NUNCA EXISTIÓ es una de sus ocho novelas que creo que tiene publicadas hasta ahora, y es una excusa perfecta para acercarse a la realidad de ese pequeño país, justo en el año en que se proclamó independiente, en 1918. Europarlamentarios estaba en guerra e Islandia rompía amarras con Dinamarca, mientras la llamada peste española hacía estragos entre la población, igual que en otros países.

Y lo hace siguiendo a un antihéroe, Manni Steinn, un chico que sobrevive a todas las adversidades, la guerra, la peste y su propia identidad sexual, volcándose en ayudar, poniendo en riesgo su vida, y refugiándose en un mundo del que nada le puede privar: las lecturas y el cine. Un cuadro trágico sobre un empecinado de la vida, empeñado en sobrevivir, ene una sociedad en la que tiene todo en contra. Sjón escribió esta novela en homenaje a un tío, muerto de Sida en los noventa, que le inspiró para transmitirnos esas otras realidades que nadie ni nada pueden enterrar.

 

lunes, 31 de agosto de 2015

EL ENIGMA FLATEY

Un poco de exotismo, al calor de la moda de la novela negra nórdica. Y no puede ser más exótica esta novela que viene nada menos que de Islandia, esa isla escasamente poblada, medio perdida en el Atlántico Norte y de la que apenas sabíamos nada antes de la última crisis financiera, a no ser lejanos recuerdos sobre la procedencia del bacalao. La escribe uno de los autores de moda en la isla-país, Viktor Arnar Ingólfsson, que sitúa la acción en una aldea perdida que conoció desde niño y que está situada en el noroeste de Islandia. La islita se llama Flatey y da nombre a una famosa y sangrienta crónica medieval que cuesta historias de reyes y nobles cuando el país era parte de Dinamarca. Esa crónica contiene un enigma, de difícil interpretación, sobre el que nos va  dando pistas al final de cada capítulo. Pero además descubrimos que la solución a ese enigma está detrás de la aparición de un cadáver en un islote cercano, un descubrimiento que va a poner patas arriba la tranquila rutina de la aldea. Porque provocará la llegada de un investigador, más centrado en sus problemas que en aclarar el caso, y de un periodista, adicto a la botella, que brega también con sus propios demonios. Pronto descubren que el muerto era un prestigioso profesor danés, pero todo son incógnitas sobre las causas de su fallecimiento y cómo fue a parar a semejante lugar. Así las cosas, y mientras se va desvelando poco a poco el misterio, el autor nos ofrece un retrato formidable de la vida cotidiana en ese apartado lugar del mundo, la acción transcurre en los años sesenta,donde la subsistencia es difícil y donde todo apunta a que la población irá desertando poco a poco hacia lugares donde la vida ofrece presuntamente más oportunidades.
Una novela interesante, ya que no responde exactamente al esquema tradicional de la novela negra, que nos aporta un cierto conocimiento de la sociedad islandesa, y como tal recomendable para gentes que quieran saber de otros mundos que no están en el nuestro. Pero, vamos, también se puede pasar olímpicamente de ella.