Es esta una de esas novelas que, inesperadamente, triunfan, habiéndose colocado hace un par de años entre las diez mejores aparecidas en Estados Unidos. Como no podía ser de otra forma está envuelta en la consiguiente leyenda de escritor que tardó en elaborarla nueve años, que rodó por los escritorios de varios editores antes de que lograr su publicación y que, cuando salió a la venta, se convirtió en un éxito imparable, aclamada por crítica y público. Es la primera novela de Chad Harbach, originario él de Wisconsin, y, a la espera de sus nuevas producciones, le ha situado en el olímpo de los grandes.
El arte de la defensa toma el título de un libro de Aparicio Rodríguez, un jugador mítico del béisbol, que se convierte en la guía espiritual y formativa del joven Henry Skrimshander, llamado a jugar un papel clave en toda la trama.Y es que este chaval, de un lugar remoto de Dakota del Sur, posee unas dotes extraordinarias, naturales, para jugar al béisbol y será Mike Schwartz, veterano y vapuleado capitán del equipo perdedor de la universidad de Westish, el que descubrirá su talento y su potencial como salvador del mismo.
A través de esos personajes llegamos al campus de esa universidad que tiene una especial fijación con Melville, y no digamos su rector, un hombre hecho a sí mismo, mujeriego empedernido hasta que en su camino de cruza Owen, un alumno que le hará perder la cabeza...por amor.
Las expectativas puestas en Skrimshander y su previsible fracaso, que no del equipo, serán la excusa para navegar por esta absorbente novela, que mezcla temas muy queridos por la literatura norteamericana: el deporte nacional, el béisbol, un campus universitario, las complejas relaciones entre personajes que se juegan el triunfo o convertirse en perdedores, una hija descarriada que vuelve a casa y un toque gay para poner a prueba los valores de unos y otros.
La mezcla le ha salido bien a Harbach, que ha conseguido una novela entretenida, emocionante por momentos y quizá un poco sobrada de referencias y explicaciones sobre ese deporte incomprensible que es el béisbol y que, más incomprensiblemente aún, apasiona a los norteamericanos.
Datos personales
- antonio alonso
- GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
- Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.
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1 comentario:
jajaja me ha hecho gracia la última frase. El béisbol es un deporte incomprensible para el que no lo comprende, o no tiene ganas de comprenderlo. Para mí es incomprensible el hockey, pero supongo que tendrá su chicha.
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