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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

EL INVIERNO DEL LOBO, de John Connolly

El irlandés John Connolly presenta aquí una nueva entrega de las andanzas de su detective fetiche, Charlie Parker, que ya protagonizó más de diez novelas hasta la actual. Para los que no conocíamos a este personaje no nos ha resultado difícil entrar en la historia, ya que hay referencias a otras entregas anteriores, y por lo que parece su nueva aventura no se aparta mucho de las anteriores en lo que a su lucha contra el mal y los males se refieren.
Con una historia lenta al principio, que se va acelerando, y que alcanza un clímax brutal para nada inesperado, Charlie Parker va presentándonos pantallas distintas que nos van a acercar al oscurantismo que se esconde en la aparentemente apacible vida de una pequeña y rica localidad de Maine, Prosperous, donde la población desciende, casi en su totalidad, de familias pertenecientes a una secta que huyó de Inglaterra dos siglos antes.
Los miembros primitivos de esa comunidad se trajeron incluso, piedra a piedra, una pequeña iglesia desde Inglaterra, en la que no practican culto alguno, al menos de forma abierta, y cuya decoración, en la que predominan raíces y plantas junto a rostros monstruosos pondría en alerta a cualquiera.
A esa historia y a ese pueblo nos vamos acercando por dos vías: la llegada de un lobo malherido desde el norte, y la investigación sobre la muerte de un indigente en Portland, que aparece ahorcado, según la versión oficial suicidio. Una mirada más acostumbrada a ver más allá, y ciertos flecos ponen al detective Parker ante la sospecha de que no fue suicidio, sino asesinato, y que el final macabro tuvo mucho que ver con la visita del indigente a Prosperous buscando a su hija, cuya pista se perdió precisamente en ese pueblo.
Dos visitas del detective a la localidad destaparan una oleada de violencia sin precedentes, hasta entonces bien disimulada en una sociedad muy prospera, con reglas muy rígidas y  con una férreo sistema de autoprotección del que, en principio, nadie puede escapar.
Se trata, más allá de la típica novela de acción policial y detectivesca, de un poderoso retrato de las sectas que tanta importancia tuvieron, y probablemente tienen, en la fundación de algunas localidades de Nueva Inglaterra. Ultraprotegidas frente al exterior, prósperas, pero con demasiados puntos oscuros sobre los métodos que utilizan para garantizar su supervivencia. 
Novela muy entretenida, ideal para finalizar el período de ocio vacacional.

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