Retomo las reseñas de los libros leídos durante los últimos meses, con voluntad de que no pase tanto tiempo sin incorporarlas como el último año. En esta ocasión me detengo en una novela de José Luis Peixoto, no muy conocido en España como otras tantas cosas de nuestro vecino Portugal.
Peixoto ha elegido su pueblo natal, Galveias, para dar título a esta obra, lo que nos puede dar una idea de que en las descripciones de paisajes y personajes hay un muy buen conocimiento por parte del autor.
El Galveias de la novela, como el real, está en el Alentejo, una de las regiones más deprimidas de Portugal, y la acción transcurre en los años ochenta, cuando el país acaba de incorporarse a la UE y emprenderá una carrera hacia la modernidad y el desarrollo del que ese pueblo, al menos entonces, queda al margen. Y es que el suyo parece más un interés por entenderse con el universo que con el marco territorial que le acoge.
Y de ese universo llegará el meteorito que, con gran alboroto de explosiones y en medio de una tormenta tremenda, caerá en los alrededores del pueblo y se quedará para marcar la vida de sus habitantes.
Tras el susto tremendo del impacto, un intenso olor a azufre invadirá el pueblo e impregnará a sus habitantes durante mucho tiempo, incluso cuando ya casi se han olvidado de él, y a pesar de la intensa lluvia que caerá desde entonces y en adelante.
Pasada la sorpresa inicial, Peixoto nos adentrará en la geografía física y humana del pueblo. Un enclave en una zona rural de latifundios, donde la renta de la población es muy baja. Se trabaja, y mucho, para sobrevivir y poco más. Y así iremos conociendo a una serie de personajes que nos darán el mas humano del pueblo, no muy distinto al de otros de características similares.
No falta de nada, desde los hermanos enfrentados desde hace décadas, al médico convencido de estar muy por encima de la media y ser un poder fáctico, el tonto del pueblo o Isabella, una brasileña que regenta un doble negocio, panadería y burdel para satisfacer todos los gustos de la población. Y luego está el cartero, Joaquim, conocedor de vidas y chismes, que oculta un secreto propio relacionado con sus vivencias en la época colonial.
Peixoto no nos ahorra la descripción de las duras condiciones de vida en este retrato rural. Pero lo hace de una forma que no deja de despertar ternura y complicidad con los habitantes de Galveias.
No es una novela de acción. Más bien costumbrista. Pero es una oportunidad fenomenal, y un punto entrañable, de acercarnos a un mundo que no no es tan ajeno, a pesar de que sigamos empeñados a ignorar a nuestro querido vecino Portugal.
Datos personales
- antonio alonso
- GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
- Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.
jueves, 27 de septiembre de 2018
GALVEIAS, de José Luis Peixoto
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