En Las correcciones, Franzen monta su relato en torno a los 5 miembros de la familia Lambert. Los padres, que ya pasan de los 70 años, viven en St. Judes, y Alfred, ingeniero del ferrocarril retirado, empieza a sufrir parkinson y demencia senil, su mujer, Enid,es un ejemplar típico de los valores de esa zona norteamericano y su obsesión principal,además de que los demás tengan un concepto impecable de ella y su familia, será que sus 3 hijos se reúnan con ellos durante la semana de Navidad en la casa familiar, quizás las últimas navidades que puedan pasar allí todos juntos.
Gary, el hijo mayor de los Lambert, es un directivo de un banco de inversión, todo éxito, que esconde la sombra de una grave depresión y cuya integración familiar, con su mujer y sus hijos, deja mucho que desear. Tiene además "facturas" pendientes con sus padres que está dispuesto a abordar.
Chip es profesor universitario,pero la relación con una alumna hace que pierda su trabajo y se traslade a Nueva York. Allí va dando tumbos, reescribiendo un guión sin demasido futuro, hasta que se embarca en una oferta de trabajo para organizar una página web en Lituania, con la intención de timar a inversores norteamericanos. Alucinante la visión que da del país báltico.
Denise dejó sus estudios universitarios para convertirse en una chef de éxito. Es la banquera de su hermano Chip y está embarcada en un acelerado viaje por descubrirse a sí misma y su tendencia sexual.
La reunión familiar es toda una quimera y probablemente una catarsis para cada uno de ellos. En fin, una de esas novelas que, a pesar de lo tocho, merece la pena leer.
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