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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

martes, 23 de septiembre de 2014

EL NADADOR, de JOAKIM ZANDER

Los nórdicos siguen en estado de gracia, en ese capítulo de la creación literaria que se incluye en la novela negra, los thriller, el espionaje, la novela policiaca. Y se le da bien a este debutante, que ha dado el pelotazo este año con EL NADADOR. El autor es un abogado, funcionario de la UE, sueco y que da aquí muestras de ser un gran narrador y con un futuro interesante. Su origen, su profesión, su estatus profesional...aparecen como marco idóneo para este EL NADADOR que arranca una calurosa noche en Damasco, cuando una bomba destinada a un agente secreto norteamericano estalla y se lleva por delante la vida de su joven pareja. La tragedia la vive desde una casa en la que sostiene a una bebé en brazos. un bebé que se ve obligado, o esa es la única opción que se le ocurrió, a abandonar. Tardará un tiempo la novela en volver sobre este personaje, del que iremos conociendo vida y andanzas, que nos ayudará a asomarnos un poquito a las cloacas de la Cia, y en cuyas ansiedades profundizaremos, así como en su forma de combatirlas, sobre todo nadando hasta la extenuación.
La novela da un salto importante hasta situarse, años después en Europa, donde van a confluir dos antiguos amantes: Klara, en ese momento en Bruselas como ayudante de una diputada sueca, y Mahmoud, un antiguo miembro de las fuerzas suecas que ahora aparece como un anodino profesor universitario. Este recibirá un mensaje de un antiguo conocido que, aunque no lo quiera, le obligará a meterse en una siniestra historia sobre operaciones ilegales y torturas. Una historia que pondrá en peligro su vida y la de Klara, que les llevará a una agotadora huída por Europa.
Y como se suele decir, hasta aquí puedo contar.
La novela se lee de un tirón, a pesar de que todo suena a conocido. Es la vieja historia de que el pasado casi siempre te alzanza. Pero tiene fuerza y garra el narrador para atraparnos en un texto bastante previsible pero gozable. No es imprescindible, pero si agradable que aparezcan novelas con esta fuerza.

lunes, 15 de septiembre de 2014

HEREJES, de LEONARDO PADURA

Es esta una novela fascinante. De las que te atrapa desde el primer momento, y en algunas páginas parece incluso que te hace contener el aliento. Bien documentada, magníficamente escrita, una novela que reafirma a Padura como el gran escritor que es. Vuelve a recuperar aquí a su ya mítico detective-investigador Mario Conde, que recibe un extraño encargo: averiguar como llegó a una casa de subastas de Londres un pequeño cuadro de Rembrandt que desapareció muchos años antes, en 1929, cuando lo llevaban sus antepasados en el S.S.Sant Louis, un barco con novecientos refugiados judíos que estuvo varias semanas a las puertas  de La Habana y que regresó, forzado a La Habana, llevando a sus pasajeros al exterminio. Ese cuadro era como el pasaporte a la salvación para esa familia judía, los Kaminski, y por alguna razón debió caer en manos de funcionarios cubanos en circunstancias poco claras. Tirando del hilo, Mario Conde reconstruye la vida de Daniel y su tío, un niño judío  que esperaba en La Habana a su familia y que vio como el barco daba la vuelta perdiéndola para siempre. Pero también se reconstruye la historia del cuadro y del modelo que sirvió para recrear la figura de Cristo. Y aquí Padura nos traslada a la Amsterdam de la época de Rembrandt y la triste relación de un joven judío con la pintura, un arte que, precisamente por la representación, está prohibido por su religión. Maravillosamente describe Padura la lucha interna terrible de este joven entre su pasión por el arte y las prohibiciones de su religión en una época que no admite términos medios. Intercalados unos episodios con otros, poco a poco se va reconstruyendo la historia del joven Daniel, de sus descendientes, de sus ascendientes y de cómo el cuadro de Rembrandt acabó en manos de su familia en el siglo XVII. Lo dicho, una novela fascinante y para leerse en unas pocas sentadas.