Joan Didion escribió esta, su primera novela, en los primeros años sesenta, y, recuperada aquí hace muy pocos años, nos permite comprobar la calidad que luego confirmarían sus posteriores novelas.
El argumento no es precisamente original, pero sí nos permite examinar bien a fondo una determinada clase social de Estados Unidos entre la Segunda Guerra Mundial y los años sesenta. Una clase social que empieza a ser consciente de que el mundo va mucho más rápido que su propia evolución, y que las cosas, tal y como las conocen, van a transformarse rápidamente: nada va a seguir siendo igual.
La novela transcurre entre dos disparos: el primero un día de 1959, servirá de espoleta para retroceder veinte años atrás y dejar al descubierto la aparente vida apacible de una familia, solo aparente, ya que tapa sus miserias en forma de desapego, silencios, violencia psicológica...envueltos en un clima de bienestar en un ambiente decadente que anuncia el final de una época. El segundo disparo se produce ese mismo día de 1959, cuando ya conocemos todos los pormenores y vicisitudes de esa familia privilegiada, descendiente de los pioneros llegados a California, que ve como el mundo que conocía se desmorona y en él no tienen ya cabida.
El argumento tiene en principio poco interés, aunque la novela está escrita con una tremenda habilidad para trasladarnos ese clima apacible y a la vez asfixiante en el que se desarrolla la vida de esa familia. Si alguien tiene a la vista algo mejor, mejor elegirlo.