CUARENTENA, de Petros Márkaris

 

Pocas veces decepciona el autor griego Petros Márkaris, y este es un ejemplo más, aunque podría echar un poco para atrás el título que ya nos adelanta que va a tener como protagonista esa terrible plaga del Covid y sus efectos, que no acabamos de dejar atrás.

Podría parecer un libro oportunista, escrito a matacaballo aprovechando la actualidad de esa pandemia. Pero no lo es. Márkaris tira de oficio y recurre, en los dos primeros relatos, a su as literario, el comisario Jaritos, protagonista de tantas novelas en las que Márkaris, con disfraz de investigación policial un tanto atípica, nos ha ido trazando pinceladas bien gruesas de los acontecimientos de las últimas décadas, con el telón de fondo de una Grecia maltratada y depauperada en la que la vida sigue a pesar de todo.

Dos casos aborda Jaritos, uno encerrado por cuarentena en su casa, que con dificultades le permitirá esclarecer el asesinato de una popular presentadora televisiva, y otro referido a la captura de un asesino que se hacía llamar Covid y que presentó sus crímenes como un reto a la policía.

El resto de la obra lo componen cuatro relatos, de los que destaca Centro de refugiados de Coronavirus, un canto a la solidaridad entre desfavorecidos en plena pandemia, ejemplo de solidaridad de los que tienen muy poco con los que no tienen nada; y Los tres caballeros, tres mendigos llamados Platón, Sócrates y Pericles, todo un cuadro de la desgracia en Grecia, en el que vuelve a aparecer el comisario Jaritos.

No es su mejor obra, pero está a la altura de un autor ya clásico de la literatura contemporánea helena.

CIUDAD EN LLAMAS, de Don Winslow

 

Don Winslow es uno de los pocos autores de best seller al que sigo, convencido de que algunos de sus libros tienen detrás una historia no solo fascinante sino muy bien contada. Novelas que te atrapan y hasta te ilustran sobre situaciones de las que has oído hablar y sobre las que sin duda se ha documentado. Me fascinó la trilogía de El Cartel, y en especial El poder del perro. Tiene otras  más irregulares y con esta CIUDAD EN LLAMAS arranca otra trilogía, cuya continuidad no tengo clara tras la lectura de esta primera entrega. Y es que, lo dejo claro, me parece francamente mala, no en la forma de contar, siempre brillante, sino en un tema muy manido, que suena a mil veces visto y con una cierta pretenciosidad al hacer un remedo de Helena y la guerra de Troya, en esta historia de mafiosos de medio pelo.

Cada cual que juzgue si finalmente decide abrir esta novela. Tiene un protagonista, Danny Ryan, el  hijo de un antiguo jefe mafioso local, considerado un secundario en el grupo de los Murphy, el clan irlandés que rivaliza con los Moretti el control sobre astilleros, transporte, bares, prostitución y hasta drogas en Providence, Rhode Island. Un reducto que no controlarlos grandes grupos mafiosos porque está en clara decadencia. Los dos grupos rivales mantienen una cierta entente de conveniencia, una convivencia siempre en peligro de romperse que busca una disculpa para desencadenar una guerra que aplaste al otro para hacerse con el control de todo. Esa chispa saltará con ese nuevo caso de Helena de Troya, con el que se avivará la guerra y quedará servida la tragedia. Y es aquí donde el protagonista intentará salvar lo insalvable, en medio de asesinatos crueles y venganzas igual de cruentas mientras se prepara la batalla final.

No es que no sea entretenida, la novela tiene todos los ingredientes para serlo, pero suena todo a archisabido y no estoy convencido de que vaya a leer las próximas entregas.

LOS OPTIMISTAS, de Rebecca Makkai

 

Chicago, años ochenta. Una floreciente comunidad gay, que empieza a gozar de unas libertades y unos derechos que han podido ir arrancando, se enfrenta, entre el miedo y la irritación ante la desidia de las autoridades, a una de esas plagas bíblicas de origen misterioso que avanza implacable ante el desconcierto y el desconocimiento de los médicos: es el sida. Llega y golpea con virulencia a esa comunidad, como a otras muchas en todo el mundo y enfrentarse a la situación varía según cada cual: unos optan por la negación y el vivir el día a día, otros por extremar las precauciones hasta límites patológicos y otros aterrados ante la posibilidad que esa terrible lotería les acabe tocando.

La novela arranca con un funeral, el de Nico, en el que iremos conociendo a los personajes de la misma, hasta centrarnos especialmente en dos: Fiona, hermana de Nico, y una especie de Madre Teresa laica para todos aquellos jóvenes gais, y Yale, que está al frente de una galería, tiene una relación estable y teme que todo se derrumbe ante el implacable avance de la plaga. A través de esos dos personajes iremos viendo el impacto dramático del avance de la enfermedad, el goteo constante de muertos en condiciones terribles y la impotencia de médicos y sanitarios ante una plaga de la que desconocen casi todo y frente a la que carecen de medios.

Rebecca Makkai retrata con enorme precisión y una mirada muy empatiza y solidaria la realidad de aquellos años en Chicago, similar a la de otros lugares, haciéndonos partícipes de los miedos, las tímidas esperanzas y en definitiva la lucha por la supervivencia de miles de jóvenes gays que se negaban a volver a los armarios a pesar de la amenaza mortal que les acechaba.

Una estupenda novela, con bastantes e interesantes flecos, para recordar una situación creada no hace tanto  por el vih, para verla ahora cuando la enfermedad está ya controlada y parece cuestión de poco tiempo que se alcance una vacuna que la erradique.