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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

jueves, 24 de septiembre de 2020

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, SODOMA Y GOMORRA, de Marcel Proust





 Por fin llegamos a la cuarta entrega de EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, en este caso titulada SODOMA Y GOMORRA. La nueva novela comienza siendo una continuación de la detallada visión que Marcel Proust nos ofrece de la ajetreada vida social que ya nos presentara en el anterior, EL MUNDO DE GUERMANTES. Se vuelve a recrear en la minuciosa descripción de las vacuas relaciones que se establecen en eso que se llama la sociedad, en la que todo es apariencia, competencia por el buen gusto y conversaciones de supuesto alto nivel cultural, pero que apenas esconden las envidias, rencores, habladurías y puñaladas traperas, acrecentadas aún más en un mundillo de diletantes y, en muchos casos, personajes dedicados exclusivamente a vivir de sus rentas y que tienen en esas relaciones sociales el sentido mismo de su existencia.


Pero en esta ocasión, Proust aborda la sexualidad, supongo que de una forma más bien atrevida para la época. Y comienza haciéndolo con un viejo conocido, el barón de Charlus, que ya aparecía en las primeras novelas. Y es que a través de este y sus relaciones con Jupien, que trabaja en la misma casa en la que vive el protagonista, y con Marcel, un militar y violinista que no tiene muchos escrúpulo en satisfacer  los requerimientos del barón a cambio de sustanciosos premios pecuniarios y de relaciones sociales, nos acerca al tema de la homosexualidad en su tiempo: una opción tolerada, aunque mal vista socialmente. Aparecen en la novela opiniones que hoy día causarían escándalo, aunque el mismo hecho de que escribiera sobre ello debió ser ya un escándalo en aquellos años.
La mayor parte de la novela transcurre de nuevo en Balbec, el balneario al que ya había acudido anteriormente con su abuela, y donde va afinando ahora sus relaciones con Albertina, una de las muchachas en flor, con la que intima cada vez más en medio de la habitual tormenta mental que le lleva a imaginar supuestas, y puede que reales, supuestas relaciones lésbicas de esta que, al mismo tiempo le atraen y le repelen.
Por lo demás ls novela vuelva a reunir todas las características del estilo Proust: parrafadas inmensas, muchas veces sobre las cosas más nimias; vueltas y vueltas sobre un mismo argumento; referencias constantes al mundo del arte y la literatura; y disgresiones mentales a las que ya nos tiene acostumbrados, en un ejercicio de cometarros realmente espectacular. En fin, un esfuerzo titánico para seguir la obra de este  singular monstruo de las letras.






























martes, 8 de septiembre de 2020

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, EL MUNDO DE GUERMANTES, de Marcel Proust

Tercera entrega de la macronovela proustiana. Larga, se hace eterna, en su descripción de un joven Marcel que tras los descubrimientos de las jóvenes en la playa, empieza a interesarse por un mundo aristocrático, un tanto caduco, que le es ajeno. Se fija como objetivo entrar en ese mundo que tiene completamente idealizado y cree ver un resquicio a través de la familia Guermantes, y en concreto intentando acercarse a la inaccesible Oriana. Para ello intenta conseguir la intercesión de su amigo Saint Loup, él mismo miembro del clan Guermantes, aunque un tanto desapegado del mismo por sus amoríos escandalosos con una cabaretera, Raquel, que además ejerce en un prostíbulo, como pudo comprobar Marcel.
Esa aproximación a los Guermantes se producirá finalmente cuando Marcel se reinstala en Paris, en una vivienda cercana a estos, y ya se sabe " el roce hace el cariño.
En este larguísimo texto encontramos a un Marcel todavía muy joven, absolutamente perdido  en cuanto a lo que va a ser su futuro, sin ambiciones profesionales conocidas, y volcado en fiestas y recepciones en las que no se sabe muy bien por qué es cada vez más bienvenido. Eso le permitirá hacer una excelente disección de lo que llaman la sociedad parisina, compuesta de la vieja y venida a menos aristocracia, los altos funcionarios del nuevo régimen y algún judio muy rico, cuya posición acabará mermada por el estallido del caso Dreyfus, que dividirá profundamente a la sociedad francesa.
En esta tercera novela asistimos precisamente al deceso de uno de los personajes más destacados en las entregas anteriores, el viejo Swann, medio caído en desgracia por su matrimonio con Odette y su ascendencia judía.
También otra desaparición importante, la de la abuela de Marcel, que tuvo un papel muy relevante en su infancia y adolescencia y que le supone un duro golpe emocional.
Por lo demás la novela se hace eterna, por momentos soporífera, con continuas disquisiciones sobre los temas más variados y un sinnúmero de referencias literarias, musicales, políticas...que más que nada nos dan una clara visión de la empanada en la que se encontraba el protagonista.
En definitiva, hay que echarle paciencia y ganas para rematar esta tercera entrega.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

ENCUÉNTRAME, de André Aciman

Uno pica, y pica. Estaba cantado que esta nueva novela de Aciman quería aprovechar el enorme éxito de su LLÁMAME POR TU NOMBRE, y sobre todo tras ser llevada al cine. Era un bocado demasiado goloso para no intentarlo. En distintas declaraciones, Aciman se justifica diciendo que lo que ha querido escribir no es una continuación, sino una secuela. Pero la editorial, que sobre todo entiende el negocio, no tuvo empacho en presentarla como una continuación de la anterior, aunque luego nos encontramos que la continuidad de la historia de Elio y Oliver ocupa un espacio más bien pequeño en el nuevo texto.
Y es que quien haya leído LLÁMAME POR TU NOMBRE, tenía ya los suficientes datos sobre la relación de los dos protagonistas, muchos más de los que ofrecía la película. Y parecía hasta innecesario el cierre de esa historia, que quedaba un tanto abierta para que cada cual se imaginara, si quería, el final que quisiera.
Aciman se ha arriesgado en esta segunda novela a darle continuidad  y resolver de una forma un tanto edulcorada una historia que difícilmente podría tener esa resolución. Lo deja casi para el final del texto, deteniéndose antes en Sami, el padre de Elio, al que un viaje en tren a Roma, para visitar a su hijo, le va a cambiar la vida, y de que manera. El resto nos pone al día de lo que han sido los últimos años en las vidas de Elio Y Oliver, hasta la traca final.
El texto es impecable. Aciman es un maestro en la manera de contar sentimientos y emociones. Pero no sé hasta que punto la historia de Elio y Oliver necesitaba una continuación.
Lo dicho, piqué pero igual no era necesario.