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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

CARIBOU ISLAND

Por muy prevenidos que vengamos, a la hora de abordar esta novela, David Vann logra sorprendernos con una historia que nos cuenta de una manera muy próxima la degradación de la relación de una pareja, un matrimonio de largo recorrido, que afronta la última etapa de su vida tras el vacío que deja el que los hijos abandonen el hogar.
Es el momento de reflexionar, con más silencios que palabras, sobre lo que ha sido esa relación y, sobre todo, lo que será a partir de ahora.
El amor parece agotado, la convivencia se vuelve cada vez más insoportable y el final de la relación, al que se resisten, está cada vez más próximo e imprevisible. Los protagonistas son Gary e Irene. El primero tiene una larga lista de quejas, de frustraciones ante una vida que no fue ni es lo que quería, y que no asume que si están donde están es sobre todo por su voluntad. Viven en Alaska, en un lugar apartado, en el que apenas han hecho amistades y en el que la naturaleza es más una amenaza que el cálido ambiente para un hogar. Irene le ha seguido en todo, ha abandonado todo para ocuparse de sus hijos, y a estas alturas se siente menospreciada, ninguneada y traicionada por Gary, del que piensa que la va a abandonar. Su salud se resquebraja, aunque los médicos no le encuentran nada, pero con ese panorama decide resistir e impedir el abandono. La lucha por una relación frustrante pero la única posible.
Los dos hijos, Mark y Rhoda, tienen sus propias preocupaciones y solo la segunda se alarma ante la deriva de sus padres. Y es que estos se han embarcado, capricho de Gary, en una última aventura vital, la construcción de una cabaña, con sus propias manos, en una pequeña isla, en un lago, que pronto quedará aislada por el frio. Es una construcción dramática, contrarreloj, contra los elementos y con una tensión creciente entre la pareja que lo mismo se arroja reproches que silencios.
Es una visión demoledora de la relación de pareja, marcada por la desesperanza. Pero David Vann hace un ejercicio de auténtico maestro para involucrarnos en una historia que en esquema nunca nos gustaría y que poco a poco nos obliga a asumir, a intentar entender y hasta a tomar partido.
Vann nació en Alaska y, además de buen diseccionador de las relaciones, es un magnifico testigo de la vida en esa última frontera, cuya dureza compite con su belleza. Una novela desoladora, pero magnífica. De las que dejan poso.

viernes, 9 de diciembre de 2011

EN EL CONDADO DE GROUSE

"En el condado de Grouse" es la primera novela de Tom Drury. Publicada en 1994, con partes que ya habían aparecido previamente en el New Yorker, no se tradujo al castellano hasta hace un par de años, después de que aparecieran por aquí otras novelas del autor. Es esta una obra coral que se entretiene en contarnos el día a día de algo más de medio centenar de personas que viven en ese supuesto condado norteamericano del Medio Oeste, el de Grouse, en el que Drury debe verter muchas de sus experiencias vitales en una zona rural de su estado natal, el de Iowa.
La narración gira sobre una pareja protagonista, la del sheriff Dan Norman, especializado en esquivar problemas y en no indagar más allá del mínimo exigible, y Louise Darling, una chica que hace profesión de su insatisfacción y que lo mismo trabaja de fotógrafa que se escapa una temporada a casa de una tía y la sustituye repartiendo periódicos a domicilio de madrugada. Junto a ellos también destaca Tiny, el ex de Louise, un tipo muy perdido que lo mismo decide cambiar de estado que regresar para enrolarse, como conferenciante, en un programa de rehabilitación y prevención de drogas. Todo muy norteamericano.
Hay auténtica maestría en Drury en pegarse 382 página en contarnos aparentes nimiedades en unas vidas marcadas por el aburrimiento, en una zona rural en la que cualquier novedad, el traslado por ejemplo de una caravana, puede convertirse en un gran acontecimiento. Hay mucho talento en trasladarnos, sin aburrir, esa lentitud en el paso de los días, casi todos iguales, y en contarnos vidas apenas sobresaltadas porque, por ejemplo no les funciona la heladera. Es en todo caso una visión amable, un tanto superficial, de una forma de vida que probablemente nos atacaría los nervios a los urbanitas y, contra lo esperado, no nos lo presenta como un mundo idílico y envidiable, aunque tampoco como un lugar del que salir huyendo de inmediato.
Se lee en la contraportada que el mundo creado por Drury recuerda en cine de los hermanos Coen. Incluso USA Today le encuentra semejanzas con los mundos inventados por Faulkner. Bueno, cada uno tiene lo suyo. Es interesante, pero puede ser totalmente prescindible.

martes, 29 de noviembre de 2011

LA ACABADORA


Impactante. Por una vez me apropio de uno de los comentarios que incluye la contraportada del libro para su promoción, y que por una vez acierta de pleno. Y es que "La acabadora" es una novela completa, llena de emoción, ternura, dureza... con unas descripciones de las relaciones humanas, de la asunción del dolor, de los comportamientos y las costumbres verdaderamente memorables. Michela Murgia, una escritora de Cerdeña, ganó varios premios importantes con esta novela que centra en un territorio que conoce bien y en una época, la de los años cincuenta, que seguramente conoció por los testimonios de sus padres y abuelos. Porque esta obra es una inmersión profunda en la sociedad rural sarda de aquellos años, donde Italia es una quimera que está al otro lado del mar y que se ha llevado a muchos de sus hijos a una guerra de la que volvieron pocos. Es una sociedad donde priman todavía ritos y creencias ancestrales, contra los que la iglesia católica poco puede hacer, y donde la costumbre es ley y la justicia algo malo que conviene evitar.
El escenario es un pequeño pueblo, Soreni, donde el luto y las convenciones sociales rigen la vida diaria. Y allí hay una figura, al parecer imprescindible entonces, que ayudaba a superar situaciones extremas: era la acabadora, una adelantada de la eutanasia, que requerida por el enfermo o por sus familiares, ayudaba a hacer más fácil el tránsito a la otra vida. La gran protagonista es pues la acabadora Bonaria Urrai, oficialmente viuda, sin hijos, y dedicadas a la costura y sus labores. Es ya una mujer mayor cuando decide adoptar a la cuarta hija de una familia con problemas económicos. Otra figura muy de la zona: la niña se transforma en la fill'e anima, hija del alma, se llama María y a partir de ese momento se instala en la casa de Bonaria, a la que llama tía, y a través de ella sabemos de los largos silencios, de las salidas nocturnas intempestivas de la acabadora, de su filosofía de la vida en la que nada es lo que parece y nadie puede decir de este agua no beberé. La novela además nos irá dando pinceladas de la forma de vida en el pueblo, de las rencillas entre familias, del escaso papel del párroco, de los preparativos nupciales y las suculentas recetas culinarias para las ceremonias de pedida.
Hay dolor, hay muerte,hay tragedia, hay duelo, pero también muchos momentos agradables e incluso alegres, hay espacio para el amor, para valorar las cosas sencillas. Es una novela muy buena, de las que cuesta abandonar y en la que, como no podía ser de otra manera, por la proximidad geográfica, reconocemos costumbres y formas que también se dieron en España. En definitiva, una joya.

sábado, 26 de noviembre de 2011

EL LAGO


Es esta una de las novelas más reconocidas de E.L.Doctorow, otro maestro de las letras norteamericanas, dicen que su obra más experimental y, ciertamente, su lectura no es fácil por la ausencia de comas, la mezcla de historias en un mismo párrafo y una narración que mezcla la descripción con las ensoñaciones del protagonista. A veces es difícil saber si está contando lo que le está ocurriendo o si símplemente lo está pensando. Pero merece la pena el esfuerza para esta novela que sigue a Joe, un joven que huye de su casa, se enrola en una peculiar feria de monstruos, y llega, siguiendo un tren nocturno en el que entrevé a una joven desnuda ante un espejo, al lago Loon, que está dentro de la propiedad de un magnate de la industria, F.W.Bennet. Su viaje hasta el lago y el posterior por medio Estados Unidos es una crónica de la Gran Depresión y de la desesperanza de millones de personas abocadas a sobrevivir cada día. Hay momentos muy duros, como esa búsqueda de la subsistencia diaria, personajes perdedores, condiciones laborales extremas, actuación de matones rompehuelgas, policias a sueldo de las grandes corporaciones, sindicatos acosados por las ma Y hay concesiones a la literatura más contemplativa, la que describe lugares y entornos casi mágicos, la que se ocupa de los sentimientos y las relaciones. Y hay personajes como Warren Penfield que llegó al lago, tras una vida intensa en Japón en busca de si mismo, para matar a Bennet y acabó convertido en poeta mantenido por Bennet, que a veces ejercía de mecenas.

En el fondo de la novela está la eterna lucha, tan norteamericana, por hacerse a uno mismo, en la que el joven Joe reúne muchas de las características que llevaron a Bennet desde la nada a convertirse en el gran magnate. Es el sueño americano aún mas descarnado si lo situamos, como hace Doctorow en plena Gran Depresión.



jueves, 24 de noviembre de 2011

FORMAS DE VOLVER A CASA

Alejandro Zambra es uno de esos autores encuadrados en lo que llaman la nueva generación chilena, la misma que vivió la niñez mientras el país estrenaba la tiranía de Pinochet. Y esta "Formas de volver a casa" es una novela sobre esa etapa, no tanto la dictadura como las vivencias personales de un niño en una etapa tan negra. Zambra, sin esfuerzo aparente, recrea el Chile de aquellos años, desde la mirada de un niño de nueve años sobre todo por descubrir día a día la vida que tiene alrededor, lo que hay más allá de su hogar, de su barrio, de su escuela. De interpretar el comportamiento de los mayores. De que más allá del juego hay misterios por descubrir. De ahí que para él fuera un juego el encargo de una niña mayor de vigilar a uno de sus vecinos, sus movimientos, quien entraba o salía de su casa. Sólo avanzando en la novela descubrimos que esa vigilancia aparentemente inocente dejaba al descubierto las formas de supervivencia de algunos de los perseguidos por la dictadura, el miedo generalizado, la vida en la clandestinidad o la complacencia de otros con el régimen. Todo parece muy personal en esta novela, hasta el retrato de unos padres que prefirieron mirar para otro lado y se convirtieron, por omisión, en cómplices del dictador.
Aunque la dosis de amargura está presente, la simplicidad del lenguaje, la inocencia de los comentarios la visión, en definitiva, del mundo a través de los ojos de un niño, la convierte en una novela amable, muy digerible y que se lee de un tirón. Y más cuando ya sabemos que aquellos tiempos oscuros ya pasaron. En todo caso las situaciones que describe nos resultan muy familiares a los que vivimos en países que también sufrieron dictaduras, desde Argentina a Uruguay o la misma España.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

LIBERTAD

Nos la están vendiendo como la gran novela norteamericana de este siglo XXI. Parece que se les ha ido un poco la mano. Grande sí es. Nada menos que 667 páginas para seguir los avatares de una familia del Medio Oeste de Estados Unidos, que transcurre en las últimas décadas y que viven situaciones que nos son conocidas, no se si por proximidad o porque las hemos visto en su literatura o en sus películas hasta la saciedad. La familia a la que seguimos está compuesta por Walter, un ecologista convencido cuya integridad se pondrá a prueba cuando entra al servicio de un gran empresario sin muchos escrúpulos que envuelve sus intereses en la supuesta defensa de un ave en peligro de extinción; Patty es la pareja de Walter, una excelente jugadora de baloncesto en la universidad, que decide casarse con este a pesar de estar colgada del amigo, Richard, un rockero que no acaba de encontrar su lugar en el mundo musical, mientras deriva entre faldas y trabajos para subsistir. Patty se entregará en cuerpo y alma a sus hijos, sobre todo al menor, al que mimará tanto que logrará el efecto contrario, que se vaya de casa y se refugie con una familia vecina, antagonista de Walter y Patty. Con este epicentro vamos conociendo a las familias de ambos protagonistas, un cuadro, una representante de los clanes bien situados y otra entretenida en sobrevivir como puede. El escenario, la América de los Bush y Clinton, de los atentados del 11-S, de a guerra de Iraq. El choque entre republicanos y demócratas, los años de la especulación financiera y el enriquecimiento rápido y sin escrúpulos...Se lee bien. Atrapa y la escritura es impecale. Pero en definitiva estamos ante un excelente retrato de los Estados Unidos de los últimos años, con algunos descosidos en personajes que se pasan de tópicos, pero con otros que no son muy reconocibles. Seguramente quedará como una buena crónica de costumbres, pero de ahí a ser la gran novela norteamericana del siglo, insisto, se les ha ido la mano.

lunes, 14 de noviembre de 2011

VIDA DE PABLO

No me gustan las novelas que aparentan ser autobiográficas y no lo son, ni las que se convierten en un mero ejercicio onanista que demuestra que no le importa un carajo lo que hay más allá de sus narices. Si además añadimos un componente generacional, en este caso muy distante, tenemos el elemento definitivo para que el texto no me diga nada en absoluto o, lo que es peor, me aburra soberanamente. Esta es la conclusión a la que he llegado tras esforzarme para llegar hasta el final en esta "Vida de Pablo" que firma Carlos Pardo. Lo que pretende ser un acercamiento a la vida del tal Pablo, un joven pintor que abandona sus ínfulas artísticas para ponerse detrás de la barra de un bar, se le fue la inspiración, acaba derivando en una introspección creciente del narrador, el propio Carlos, que se pasa el resto de la novela haciendo ombliguismo, lamentándose a ratos de su situación, mientras combate su aburrimiento vital con mucho alcohol, dosis abundantes de drogas y una aventura amorosa difícilmente sostenible. Y es que Carlos es otro reflejo de esa parte de la juventud que pone siempre el yo por delante y ve poco más allá de sus narices y de sus fatigosas insatisfacciones. Es poeta, o pretende serlo, a ratos se permite mirar por encima del hombro a los demás, malvive como pinchadiscos y en casas prestadas y probablemente busca, aunque sea de forma inconsciente, un cierto malditismo que dé sentido a su creación literaria.
La obra es lenta, desquiciante a ratos, y con unas disgresiones literarias y filosóficas un poco forzadas.
Me acerqué con interés, pero me aburrió. Quizá porque hay todo un abismo generacional. Quizá porque aborrezca cada vez más a ese sector de jóvenes que hacen de su marginalidad forzada una forma de ir tirando. Pero eso ya no es original. Hace mucho que está inventado, y solo certifica la pobreza de su mundo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

QUE EMPIECE LA FIESTA


Es esta, dicen, una de las sensaciones literarias de la pasada temporada en Italia, que consagra a Niccolò Ammaniti como uno de los autores de moda, un escritor de costumbres pegado a su tiempo.
La novela sigue tres líneas que inevitablemente confluirán: por un lado un escritor de éxito rápido, que pulula por los platós de televisión, ávido de fama y dinero, y ligero de escrúpulos, que cultiva una cierta imagen progresista, algo así como escritor maldito en una sociedad muy consumísta, aunque esa imagen tiene poco que ver con la realidad; por otro está un grupúsculo satánico, cuyos integrantes más que descerebrados acumulan un sinfín de inseguridades lo que les lanza a una desquiciada operación para llamar la atención que podría costarles incluso la vida; y por último está un constructor, Chiatti, venido a mas, ejemplar típico del enriquecimiento rápido y sin escrúpulos y deseoso de reconocimiento social.
Este último, que ha comprado un parque a la ciudad de Roma, Villa Ada, para convertirlo en finca privada, organiza la llamada a ser fiesta del año a la que ha invitado a todo el famoseo romano. Se gasta una millonada en llenar el parque con fieras compradas a precio de saldo a circos arruinados de la Europa del Este, contrata a decenas de camareros y asistentes a los que disfraza para la ocasión y organiza tres cacerías que concluirán en pantagruélicas cenas temáticas que hagan inolvidable la jornada. Como es previsible todo se tuerce y los disparates se suceden sin respiro.
Es una novela entretenida, de las que buscan más que una sonrisa pero te pueden congelar la carcajada. Es más de verano que otra cosa. Y entretenidilla. Pero recuerda demasiado un tipo de humor muy anglosajón, el que abusa del disparate y cuyo maestro indiscutible es Tom Sharpe. No es cuestión de cebarse, pero me parece que el libro ha levantado demasiado ruido para tan poca originalidad.

domingo, 6 de noviembre de 2011

LA BOFETADA

Australia es, al parecer, mucho más que esas idílicas imágenes de playas interminables llenas de surferos, territorios vastísimos y despoblados que transportan a una de las últimas fronteras, koalas y canguros, gente desenvuelta y maja, en fin uno de los pocos países que figuran en el imaginario colectivo como lugar a donde uno emigraría sin dudarlo si estuviera en esa tesitura. Pero claro esas imágenes standarizadas, como suele ocurrir, son solo una parte, la que interesa quedarse, pero ocultan otro mundo que reproduce, vaya por dios, las mismas miserias y placeres que se pueden vivir en otros países, sobre todo de la órbita occidental. Y eso es lo que retrata Christos Tsiolkas, autor consagrado, descendiente de griegos y que con mucho detalle nos va desgranando esa otra Australia alejada de la imagen turística, pero acomodada y occidentalizada. Tsiolkas bucea en una sociedad que conoce bien, la de clase media australiana, en este caso en Melbourne, para desvelarnos lo que ya sospechábamos, que su forma de vivir, sus problemas, sus formas de divertirse, la complejidad de sus relaciones, son similares a las que puedes encontrar en capas sociales similares en Estados Unidos o Europa.
La excusa para meterse a fondo en esas vidas aparentamente apacibles es la bofetada que un adulto le da a un niño de cuatro años durante una barbacoa en una casa de las afueras de la ciudad. A partir de ahí, y a través de la interpretación de varios de los asistentes, se entra en el debate de hasta que punto se tenía merecida el niño, ejemplo donde los haya de malcriado, esa bofetada, o si es aceptable o no que un adulto golpee a un menor, aunque haya circunstancias atenuantes. Y es que el crío, Hugo, cuatro años, que todavía mama del pecho de su madre, acostumbrado a hacer lo que le da la gana con el aplauso de sus padres, parece pedir a gritos esa bofetada. Pero el autor de la misma, padre a su vez de otro menor, y que justifica su acción para defender a su hijo del inminente golpeo con un bate por parte de Hugo, tiene un historial de malos tratos que desmonta cualquier justificación de su forma de actuar.
Pero la bofetada en sí, decía, no es más que una excusa para conocer a fondo a los distintos personajes que están en esa barbacoa. Sus miserias e insatisfacciones. Sus ansiedades e inseguridades. Sus ambiciones. Su defensa o no de tradiciones importadas de sus países de origen. El miedo a envejecer. La rabia por la frustración de una vida lejana a la que ambicionaban. La incomprensión de los mas mayores ante un mundo que les resulta cada vez más ajeno. Y el racismo.
Y esto último es quizá lo que mas sorprende. Porque Australia da imagen de sociedad multicultural modélica y bien avenida, pero a lo largo de la novela aparece constantemente el recelo racista, mas o menos disimulado, y la pervivencia y el aferramiento a las viejas raíces étnicas. Esa mezcla de griegos, judíos, aborígenes, indios, anglos que convive aparentemente con naturalidad es en realidad un magma a punto de explotar que se mantiene controlado más por ser políticamente correctos que porque se lo pida el cuerpo.
En todo caso es una novela fascinante, con una riqueza desbordante de personajes y un acercamiento a la realidad australiana que merece la pena. Además de ese debate común sobre la educación de nuestros hijos, la falta de disciplina y responsabilidad, que ha generado varias generaciones de consentidos que no entenderán ya nunca que no siempre pueden hacer lo que les da la gana.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

RECUERDOS DE UN CALLEJÓN SIN SALIDA

"Recuerdos de un callejón sin salida" cuenta la historia de una joven abandonada por el novio de siempre que, se viene abajo, y sale a flote aislándose en un pequeño apartamento y gracias a las sonrisas, más que conversaciones, de Nishiyama, un joven que trabaja en el bar de abajo y que desborda vitalidad. Este cuento da título general a la recopilación que incluye otros cuatro textos cortos de Banana Yoshimoto, una de las autoras japonesas más conocidas en Occidente, que aquí hace un auténtico ejercicio propio de malabaristas para sacar historias de la cotidianidad más aburrida. Y es que es todo muy naíf. Los cinco personajes principales son chicas que han sufrido algún desengaño, casi siempre amoroso, y que a base de fijarse en las cosas más nímias, por las que parece apostar la autora, se autofianzan y van saliendo adelanta. Hay demasiada ingenuidad en las historias, muy poco creíbles, al menos para nuestra mentalidad, en esa paz que todos parecen encontrar en la contemplación de un río, un árbol o la fachada de una casa. Simplezas para serenar espíritus que parecen estar próximos al encefalograma plano. Preguntarse por el sentido de la vida y cómo encontrar la felicidad son comunes en todas las culturas. Avanzar en ello a base de la contemplación de lo que nos rodea es muy oriental, y difícilmente asimilable por nosotros. Por momentos alguno de los cuentos es pura ñoñería, pero lo salvaremos por aquello de que las culturas son diferentes, y por tanto enriquecedoras, y siempre tendremos que aprender de quienes apuestan por la extrema sencillez para superar problemas tan universales como el abandono, la soledad o las pérdidas de seres queridos. Como en el epílogo la autora asegura que esta es su obra preferida, me doy por enterado y doy por leído todo lo que escriba.

lunes, 24 de octubre de 2011

EL MAPA Y EL TERRITORIO

Esta novela ha llegado con todos los parabienes de la crítica literaria francesa y española y además con el premio Goncourt, así que el riesgo era nulo a la hora de abordarla. Y Michel Houellebecq no defrauda, aunque se haya apartado de sus formas anteriores, haya dado un giro enorme y apueste por un texto con distintos ritmos y pocos guiños a su obra anterior, pero plagado de ese desparpajo a la hora de expresarse que se encuentra en las personas de bastante edad a las que les importa un pito lo que piense el personal.
El protagonista de la novela es Jed Martin, un niño bien desconcertado ante la vida, sin una idea meridianamente clara de lo que quiere hacer y agobiado por cosas tan de andar por casa como una avería en el calentador. Sabemos de su buena formación, del escaso cariño que le prodigó su escasa familia y de la soledad que marca sus días. Y, a partir de ahí, una serie de ocurrencias le llevan a distintas facetas artísticas que, sin mayor esfuerzo, le colocan en el altar de la fama y le hacen multimillonario. Digo ocurrencias porque lo mismo le da a la fotografía, sobre todo mapas Michelín, que a la pintura, todo desde un punto tan personal que al final esa singularidad le lleva a la fama. A través de Jed conocemos el drama de su padre, un arquitecto de obra frustrada, que construye grandes balnearios y que ahora padece una grave enfermedad. Y a través de Jed conocemos también el mundo y los entresijos culturales franceses, con un retrato demoledor de críticos, inversores y el mundillo parisino en general.
No tiene pelos en la lengua Houellebecq a la hora de mostrar su desesperanza ante el devenir cultural de Francia, ante una sociedad que no sabe muy bien a donde va y donde el dinero lo mueve todo. En un momento determinado decide implicarse a fondo y el mismo autor, con nombre y apellido entra en la novela y al poco se convierte en un personaje clave, que es tratado de forma inmisericorde . Houellebecq se presenta a si mismo como un personaje misógino, arisco, enfadado con la sociedad, insoportable, huidizo y en plena decadencia personal y creativa, y con ese bagaje no duda en convertirlo en clave de la parte final de la novela hasta dejarnos casi con la boca abierta, por su descaro y su dureza.
En fin, una novela casi para leer del tirón, aunque conviene reposarla porque el autor nos regala, como casi siempre en sus novelas con descripciones sobre insectos o disquisiciones filosóficas que no tienen desperdicio, aunque el mismo las rebaje asegurando que las ha sacado de la wikipedia. Genio y figura...

lunes, 18 de julio de 2011

SOLAR

Ian McEwan vuelve por sus fueros, con una novela muy bien estructurada, de trama interesante y muy actual, y personajes perfectamente reconocibles en cuanto miremos un poco alrededor con detenimiento. En "Solar" el protagonista, Michael Beard, es un físico de prestigio, que hace unos años recibió el premio Nobel, no se sabe si por error, y que desde entonces va viviendo más o menos del cuento, siempre recibiendo parabienes y prebendas y subido al carro de las conferencias, los viajes y las invitaciones a seminarios, todo muy bien pagado. Está en la cincuentena, en su quinto matrimonio, que entra en crisis, y a partir de ahí se le hace un seguimiento casi al día. Ian McEwan se sumerge así en una historia tragicómica en la que el héroe tiene cada vez mas tinte de villano, en la que todo se disparata, y en la que el autor aprovecha para hacer una crítica muy dura a ciertos estamentos de poder y científicos y todo ello girando en torno al calentamiento global y como pararlo. Un personaje aparentemente sin mucho brillo, el becario que llega al centro de investigación que dirige Beard, tendrá un papel determinante en casi todo lo que ocurre a partir de la mitad de la historia y en su desenlace, tanto en su vida privada como pública. De forma descarnada, y a medida que los acontecimientos se precipitan, traza un cuadro muy pesimista sobre la honradez de políticos, estamentos académicos y de investigación, inversores y hasta medios de comunicación. La vida misma, y ahora mismo. Y para hacerlo se requiere mucho talento. El que tiene Ian McEwan.

lunes, 11 de julio de 2011

VIDAS ERRÁTICAS

Empezar a leer "Vidas erráticas"es sumergirte en aguas, en terreno conocido. Desde la primera página, el ambiente te resulta muy cercano. No por vivido, sino por visto o leído. Es algo así como una vuelta actualizada al neorrealismo italiano, a aquellos barrios que tan bien restrataron De Sica, Rosselini, Fellini e incluso Pasolini. Gianni Celati, un escritor de larga trayectoria en Italia, presenta una novela, casi una recopilación de cuentos, muy sencilla, y no es fácil, con un lenguaje muy coloquial y una mirada mas que amable amigable de una ciudad de provincias italiana en los años cincuenta. Con los precedentes cinematográficos no cuesta nada visualizar de inmediato esas calles grises y sus gentes, con personajes a menudo singulares que ponen un poco de sal en medio de tanta grisura.
Celati pone el foco, en las tres partes en que divide la novela, en otros tantos personajes especialmente singulares. Por un lado está Pucci, un chaval silencioso donde los haya, que vaga todo lo que puede por la ciudad, acompañado de un gordo sin complejos Bordignoni, obsesionado con las mujeres con tetas abundantes y en concreto con la madre de Pucci. El segundo personaje es Zoffi, un joven metido a estanquero a la fuerza, tras la muerte de su padre, que se pasa el día filosofando con la panda de jubilados que se reúne en el local. Y Por último Tritone, un escritor de novela histórica, gloria nacional de las letras, que no sabe si le alaban por la calidad de su obra o solo para alagarle y que duda de que muchos de los que le aplauden y jalean hayan leído siquiera una línea de sus textos.
En fin, una hermosa inmersión en el pasado, perfectamente digerible y que deja un regusto agridulce, más por nostalgia que por la situación contada.

lunes, 27 de junio de 2011

ARTHUR & GEORGE

De Julian Barnes solo había leido "Inglaterra,Inglaterra", a pesar de que esta considerado como uno de los grandes de la literatura anglosajona y es una pena porque tiene una forma de contar elegante, cuidada y una argumentación muy trabajada. Lo demuestra por ejemplo en este "Arthur & George" una novela de investigación sobre un caso real, allá por la la frontera entre el XIX y el XX, que sirvió, entre otras cosas para logra un cambio profundo en las formas judiciales inglesas, con la creación del Tribunal de Apelaciones. Barnes plantea, al principio, dos planos muy diferentes, el de George, el hijo de un vicario, reservado, tímido, ausente, muy apegado a su familia y cuya única ambición es ser un miembro normal en una sociedad tranquila. Quiere ser abogado, y en eso se le va la vida. El otro es Arthur Conan Doyle al que la vida le sonríe casi desde el principio, famoso por sus novelas de Sherlock Holmes, pero también por su afición al espiritismo, su actividad deportista y guerrera, su especialización médica....vamos un todoterreno infatigable. Dos personalidades tan distintas confluirán cuando el segundo pone al servicio de George toda su influencia y sus habilidades investigadoras para desmontar la tremenda injusticcia cometida contra este. Y es que George y su familia, su padre es un vicario anglicano de origen parsi, llevan años sufriendo amenazas de todo tipo: cartas anónimas, animales muertos a la puerta de casa y una serie de matanzas de animales de la que la policia responsabilizará a George, en un rebuscado proceso que le condenará a prisión, a pesar de que todas las evidencias demuestran su inocencia. La lucha de George para buscar no solo su indulto, sino su rehabilitación y una indemnización contará con numerosas simpatías, agitará el patio político inglés y rozará el escándalo cuando interviene Conan Doyle y deja con el culo al aire a policias, jueces y ministerio del Interior.
Barnes ha realizado un gran labor de investigación sobre un caso que en su día se comparó con el caso Dreyfus en Francia, y aporta además una visión de Conan Doyle distinta, la de un gran creador y defensor de causas aparentemente perdidas pero también la de un tipo lleno de extravagancias,muy creido y un tanto altanero, supongo fruto de la época. En todo caso una novela interesante, sobre un caso que merece la pena conocer.

martes, 14 de junio de 2011

UN MOMENTO DE DESCANSO

Antonio Orejudo, el autor, se incluye en esta novela como narrador y, por momentos, estamos ante un texto que bien pudiera ser algo así como un diario y a ratos la confidencia oral a un amigo. El narrador, escritor como Orejudo, firma libros en la Feria de Madrid y por allí se deja caer un viejo amigo de la universidad al que había perdido la pista. Se trata de Arturo Cifuentes al que perdió al pista en Estados Unidos, donde se casó y tuvo un hijo. Poca más información tenía y la reaparición le lleva a una propuesta que le deja perplejo, confuso y dubitativo: escribir la verdad sobre una extraña conspiración en la cúpula universitaria tras el triunfo franquista.
"Un momento de descanso" tiene varios perfiles, desde el de las vivencias personales de Cifuentes, a ratos pura tragicomedia, a la crítica feroz sobre el funcionamiento interno de la universidad española, que aparece aquí como un cúmulo de mangoneos y prebendas que escandalizarían a cualquiera. Hay luego varias salidas de tono, en especial las referidas al hijo adolescente de Cifuentes, y varios episodios que cuestionan la credibilidad de lo que narra y pretende denunciar.
En fin, se lee de un tirón pero uno se queda con la sensación de que le falta algo más que un hervor.

lunes, 6 de junio de 2011

EL SUEÑO DEL CELTA

No tengo que hacer ningún esfuerzo para leer a Vargas Llosa. Cualquiera de sus obras es un acierto seguro y uno nunca arriesga cuando aborda alguna de ellas. "El sueño del celta" no defrauda. Es lo que se esperaba. Una novela muy pero que muy trabajada y documentada, muy bien narrada y muy atractiva por el personaje elegido. Y es que esta vez, como ya hiciera en otras, Mario Vargas Llosa se acerca a un personaje histórico, de vida apasionante, en el que se sumerge a todos sus niveles: desde sus hechos a sus pensamientos más íntimos. Se trata de Toger Casement, un héroe de la independencia irlandesa que antes fue un pionero en la denuncia de los horrores del colonialismo europeo: en Africa, donde vivió varios años en el Congo que el rey belga Leopoldo tenía casi como finca particular y donde se cometieron atrocidades que no pueden dejar a nadie indiferente. Sus informes, elevados al gobierno imperial británico, supusieron toda una primicia en una Europa deslumbrada por la conquista de Africa, un territorio lleno de recursos "gratuítos" que había que explotar al máximo dejando de lado todo escrúpulo. Si aquel informe conmovió a toda Europa y quitó la venda de los ojos a ciertos gobierno europeos, sucedería lo mismo con el que elaboró sobre la situación en el Putumayo, en la amazonía peruana, donde los crímenes y estragos los protagonizaba una compañía que cotizaba en Londres y en la que eran directivos personajes de renombre peruanos y británicos. Aquellas denuncias, que le valieron reconocimiento social y diplomáticos y la concesión del título de sir no le hicieron dudar a la hora de elegir y frente al pragmatismo y el servicio al imperio eligió el nacionalismo irlandés, entonces en auge y aproximándose a su momento de la verdad. La novela transcurre entre 1903 y 1916, desde que Roger Casement era un joven idealista ansioso de aventuras, hasta su frenética actividad como denunciador de los males del colonialismo o su entrega al nacionalismo irlandés por el que le colgarían la etiqueta de traidor. Hay otra parte de su vida, la de su supuesta homosexualidad, que Vargas Llosa no esquiva. Sobre todo porque fue en torno a unos diarios, de cuya autenticidad todavía se duda, sobre lo que se montó la campaña de los servicios secretos británicos para desprestigiarle, y que retrasaron su reconocimiento como héroe en Irlanda durante décadas.
La obra de Vargas Llosa está atestada de datos históricos, de personajes reales, de hechos importantísimos para la historia de Irlanda o para las denuncias del horror del colonialismo europeo. Y es verdad que don Mario intenta acercarnos una parte más íntima del personaje, pero creo que esa es la más floja. Le falta un poco de alma. En todo caso "El sueño del celta" va a figurar entre una de sus grandes e imprescindibles obras.

lunes, 30 de mayo de 2011

LA ISLA DE LOS PERROS

"La isla de los perros" toma el nombre de un islote en el Támesis y no se muy bien a cuento de que viene. Daniel Davies dedica esta novela a una práctica sexual al parecer muy extendida en el Reino Unido, el cancaneo, es decir mantener relaciones sexuales con desconocidos, en lugares públicos como parques, aparcamientos de centros comerciales, bosques....en quedadas realizadas a través de internet y en las que se puede tener un papel activo o simplemente de mirón.
El protagonista, un tal Jeremy Shepherd era uno de esos triunfadores londinenses que muere de éxito, es decir se aburre de estar tan bien y decide dar marcha atrás, abandonarlo todo e irse a provincias, a vivir a casa de sus padres, conseguir un trabajo lo mas rutinario posible, se va de funcionario, y sin aspiración alguna y estar casi todo el día pendiente de los sms y de las citas que aparecen por internet para entregarse de lleno al cancaneo. A través de él conocemos algunos personajes de la fauna que frecuenta esas citas, por lo demás demasiado previsibles y poco originales. Citas, en todo caso, con cierto riesgo, por el acoso policial y por la actuación violenta de algunas patrullas de bienpensantes que recurren a la violencia para aliviar sus pulsiones puristas.
La novela, a pesar de los comentarios que la equiparan con la obra de Houellebecq, como se les va la olla a estos de las editoriales en la promoción, no merece la pena más allá de tener algún dato mas sobre la práctica del cancaneo. Vamos, perfectamente descartable.

lunes, 23 de mayo de 2011

1Q84

La cogí con ansia. La esperada última novela de Haruki Murakami, todo un exitazo en Japón y en medio mundo. Dicen que allí, en Japón, se publicó en tres tomos. No sé si la edición española, dividida en dos libros, es completa o no. La empecé a leer con ganas, digo, porque Murakami está entre mis autores favoritos y siempre es un placer enfrentarse a algo nuevo suyo. Pero...bueno, no es que me haya decepcionado mucho, pero sí que me ha dejado como falto de algo y sobrado de páginas. Porque sí, me parece que le sobra la mitad a una historia por momentos fascinante y en otros aburrida cuando no disparatada. los dos libros giran en torno a dos personajes centrales, que habían sido compañeros de escuela primaria y que hace muchos años que no se ven.
Aomame es una joven hecha a si misma, independiente,que se gana la vida como instructora en un gimnasio y dando masajes y, de cuando en cuando, asesina por encargo. Sus víctimas, maltratadores. Tengo es un habilidoso profesor de matemáticas cuya pasión real es la escritura, aunque no acaba de hacerse un hueco en el mundo literario. Quiere participar en un concurso, pero acaba siendo el "negro" de un editor que quiere reconvertir una novela escrita por una adolescente en ganadora segura. Esa joven y su novela, "La crisálida del aire", esconden mucho más y de fondo hay un grupo pseudorrevolucionario, convertido en secta religiosa, que tiene mucho que ver en la historia.
En fin, no voy a contar mas. Murakami nos deleita con sus habituales guiños al jazz y a la música clásica, hace un homenaje a Orwell creando ese mundo paralelo cuya referencia es su "1984". Pero, al final, creo que se ha dejado llevar por la desmesura, eso sí con un estilo impecable. En fin, una novela para seguidores de Murakami, pero no la mejor para acercarse al buen hacer del literato japonés.

martes, 26 de abril de 2011

EL CEMENTERIO DE PRAGA

Sabía que no era una novela de lectura fácil, pero he de confesar que, una vez terminada, no sólo no fue fácil sino que acabé literalmente hasta el gorro y deseando llegar a la última página cuanto antes. Como no suelo abandonar lo que comienzo, arrastré durante semanas la lectura, cada vez con más pereza, de un texto excelentemente documentado, faltaría más estamos hablando de Umberto Eco, muy trabajado, pero excesivamente pringoso. El discurso antisemita que se sostiene a lo largo de toda la novela, aunque la pretensión del autor sea muy otra, se revela cansino, produce un hastío enorme y creo que no ayuda ni a la causa del sionismo ni a la contraria.
Eco recurre a las memorias de un anciano, un tanto inconexas, para dar pinceladas más o menos de brocha gorda de los años en que Garibaldi consiguió la unidad italiana, de las complicaciones y contratiempos de la Comuna de París, del poderío prusiano, de la creciente presencia de la Rusia zarista o del embrión que daría lugar al monstruo nazi.
El narrador es un tal capitán Simonini, un piamontés experto en todo tipo de falsificaciones que, convencido o a la fuerza, se convertirá en espía, en hábil manipulador, en terrorista y, en resumen, en alguien sin escrúpulos que se vende al mejor postor. Misógino, intrigante, tiene como pasiones el dinero y las comilonas. Su azarosa vida, llena de dobles personajes, le llega a dudar sobre sí mismo, al desdoblarse y vivir paralelamente como un abate que se infiltra entre los masones y conspira unas veces contra la iglesia Católica y otras contra "la conspiración judia".
Eco se despacha a gusto, debe ser por la edad, y no ahorra descalificaciones para franceses, alemanes o italianos, además de las mujeres, pero donde se le va la mano es a la hora de recoger testimonios o creaciones propias que ponen literalmente a parir a los judíos. Supongo que todo es una provocación, pero creo que se pasa muy mucho y provoca primero un fuerte rechazo y luego dudas sobre si realmente lo que pretende es denunciar el antisemitismo tan presente en el XIX y de efectos devastadores en el XX o si no tiene algún resabio propio.
En fin, al maestro hay que reconocerle la calidad que se le supone pero no creo, para nada, que esta sea su mejor creación.

lunes, 4 de abril de 2011

EL OLVIDO QUE SEREMOS

"El olvido que seremos" está tomado de un verso de un poema de Jorge Luis Borges que el doctor Héctor Abad Gómez llevaba en el bolsillo el día que sicarios paramilitares le asesinaron en pleno centro de Medellín. Era un médico que a pesar de las amenazas se había ido volcando cada día mas en la defensa de la igualdad social y los derechos humanos, en construir una medicina preventiva para atajar muchos de los males que afectaban a la salud de los colombianos, derivados en muchos casos de la misma injusticia y la pobreza.
Su hijo, Héctor Abad Faciolince, recupera su memoria en este libro que es toda una declaración de amor filial y un repaso a una vida ejemplar, aunque quien lo diga sea precisamente parte interesada y mucho. No es ficción, es la vida de un hombre y su familia, a lo largo de décadas, contada a través de las cosas pequeñas, pero también de las grandes empresas acometidas por el médico. La narración nos permite asomarnos también a esa tragedia colombiana de décadas en la que la violencia iba ganando terreno año a año, cuando no de la mano de las guerrillas izquierdistas, de la mano de los paramilitares alentados desde sucesivos gobiernos o la oligarquía del país.
Es un relato conmovedor porque asistimos en primera línea a la tragedia cantada de una familia, una de las muchas que fueron tocadas por la violencia en ese país. Y lo hacemos desde una intimidad que queda reflejada en párrafos como este: "Yo quería a mi papá con un amor que nunca volví a sentir hasta que nacieron mis hijos. Cuando los tuve a ellos lo reconocí, porque es un amor igual en intensidad, aunque distinto, y en cierto sentido opuesto. Yo sentía que a mí nada me podía pasar si estaba con mi papá. Y siento que a mis hijos nos les puede pasar nada si están conmigo".
Además de intimidades y proximidades familiares Héctor Abad nos regala una manera de contar muy rica, salpicada de citas literarias y pasiones que compartió con su padre. En fin, un documento a tener en cuenta, de un gran coraje personal, que da testimonio de un tiempo en Colombia, y de gran interés literario.

miércoles, 2 de marzo de 2011

PUNTO OMEGA

A Don DeLillo le debió impresionar fuertemente la obra videográfica de Douglas Gordon PSICOSIS 24 HORAS, consistente en la proyección a velocidad ultralenta de la famosa película para que dure eso, 24 horas. Proyección que se realizó en Glasgow, Berlín y Nueva York, en sala desprovista de cualquier otro elemento que no sea la gran pantalla. Le debió impresionar, digo, porque tanto el capítulo final como el último de su novela Punto Omega, publicada el pasado año, transcurre en esa sala y tiene como espectador casi diario a Jim Finley, un joven cineasta que luego querrá realizar su propia experiencia cinematográfica, saliéndose de los cánones habituales con un único protagonista, Richard Elster, hablando o gesticulando todo el tiempo ante una cámara.
Elster es un conocido asesor de guerra del Pentágono, que puede decir mucho, si quiere sobre la guerra de Iraq, y por eso Finley le ha elegido para protagonizar su película. El problema está en que vive retirado en el desierto y no tiene el más mínimo interés en participar en la misma. Su vista a Elster en tan aislado lugar servirá para que DeLillo se marque un profundo experimento narrativo, en el que desmenuza casi la nada en un tiempo que parece detenido. Y es que en las casi ciento cincuenta páginas si algo queda claro es la poca importancia de ese tiempo, vivído de forma inhabitual, que el retirado y el joven director emplean en mirar el paisaje, trabajar sus silencios e intercambiar filosofía de andar por casa. Le llegada de Jessie, la hija de Elster podría haber aportado algo de realidad a esa vivencia, pero es un caso en si misma.
Han puesto la novela por las nubes, que si es espléndida y feroz, que si es pura poesía,que si corta el aliento....Bueno, está claro que a cada cual un libro, una novela le dice lo que le dice. A mí nada de nada. Me pareció extremadamente aburrida y falta de interés. Menos mal que era corta. Pero ya se sabe, para gustos....

EL VIAJERO DEL SIGLO

Cuesta entrar en esta novela del argentino Andrés Neuman, un tocho de más de quinientas páginas, ambientada en el siglo XIX en una zona presumiblemente alemana. Pero hay elementos que poco a poco van asentando el interés y por momentos recrea unos ambientes y debates del todo apasionantes.
"El viajero del siglo" tiene como protagonista a Hans, un traductor que sobre todo se dedica a viajar y que en su destino a Dessau para para pasar la noche en una extraña ciudad, Wandernburgo, inexistente, que resulta ser un feudo católico en medio del mar protestante. Desde el principio hay algo raro en esa ciudad, parece que se mueve, que nada está en el sitio que se suponía que estaba, pero también hay algo que atrapa que de alguna manera impide abandonarla.
La breve estancia de Hans se va a ir alargando a medida que conoce a distintos personajes: el organillero, el español Alvaro, los asistentes a un salón de debate y tertulia los viernes y, sobre todo, la anfitriona de ese salón, Sophie, con la que iniciará una apasionada historia de amor.
Las muchas páginas que dedica a los debates en el salón, se convierten en un escaparate magnífico para entender los debates políticos en la Europa postnapoleónica, en los que está ya el germen de la necesidad de una unión europea, para hacernos una idea de la increible actividad de los filósofos de esos años, de los apasionados debates sobre religión y moralidad.Hay también apuntes muy interesantes sobre el eterno drama español.
La novela es muy ambiciosa, abarca tanto que por momentos parece desbordarse, pero es un mosaico increiblemente bien construído que nos permite no solo conocer lo que fue el apasionante XIX sino muchos debates que se abrieron entonces y que están plenamente vigentes.
Con esta obra, Neuman ganó en 2009 el premio Alfaguara, sin duda bien merecido.

miércoles, 23 de febrero de 2011

CUATRO AMIGOS


Me acerco de nuevo a una novela de David Trueba, por aquello de apostar seguro por la frescura, y esta vez es "Cuatro amigos", que ya va a cumplir los doce añitos pero que se deja leer y mantiene su plena vigencia. Quizá porque eso de los amigos es algo de lo que todos sabemos y también porque, en algún momento, todos hemos caído en la tentación o hubieramos querido caer en ella de largarnos por ahí a recuperar no se sabe qué, probablemente ese espíritu adolescente que se va desmoronando cuando los veinteañeros se despeñan hacia la treintena.
Ese es el meollo de esta novela, cuatro amigos que deciden largarse de viaje un verano, sin rumbo fijo, más como una huída que como la búsqueda de algo. Los personajes, esos cuatro amigos, presentan rasgos que en mayor o menos medida podemos reconocer en algunos de los nuestros, son casi universales y ahí Trueba acierta de pleno.
El narrador, Solo, está más despistado que una mona, está harto, decidido a abandonar el trabajo que su padre le consiguió en un periódico y que le aburre soberanamente y rumiando la estupidez de abandonar a su chica, a pesar de que sabía que se equivocaba. Junto a él Claudio, el típico chulito que se tira todo lo que se mueve, ayudado por un buen físco y poca cabeza. A Blas le toca el papel de gordito a la búsqueda desesperada del amor; y finalmente Raúl, el único casado, desbordado por su estado y atormentado por la culpa y la necesidad de largarse.
La ruta por la que transitan es un puro disparate, pero sirve para recrearse en situaciones mil veces vividas, algunas exprimidas en exceso, pero que nos mantienen una sonrisa permanente cuando no nos arrancan la carcajada.
Trueba echa mano del oficio, se nota esa tensión casi fílmica que tiene todo buen guionista y ofrece un retrato previsible pero estupendo de esos años en los que se adivina ya la crisis de los treinta en ese ejercicio de "irresponsabilidad" adolescente , en ese quemar los últimos cartuchos. En fin, un buen entretenimiento que es de lo que se trata.

lunes, 14 de febrero de 2011

UNION ATLANTIC

Inmersos como estamos todavía en esta devastadora crisis económica, el que alguien aporte algo de luz a cómo se fraguó el desastre es de agradecer. y si lo hace en formato novela, y por tanto en términos meridianamente claros, aún más. Es el caso de esta "Union Atlantic" de Adam Haslett que según dicen se entregó al editor unos días antes de la caída de Lehman Brothers, que marcó la confirmación de la catástrofe que se nos venía encima. Por tanto tiene la novela algo de premonitorio y, lo que es peor, era algo que al parecer se sabía pero a lo que nadie quiso hacer mucho caso, sobre todo en Estados Unidos, donde razones patrióticas superiores aconsejaban tapar las debilidades del sistema. No vamos a entrar aquí en debates sobre el origen y causas de la crisis, pero si recomendar esta novela que retrata con un realismo que pone los pelos de punta, la falta de escrúpulos de esos tiburones financieros para quienes no había ley alguna que se interpusiera a su ambición ni barrera que les frenara en su enloquecida carrera para ganar la mayor cantidad de dinero, cifras desorbitadas, en el menor tiempo posible. Haslett retrata magnificamente a uno de esos tiburones, Doug Fanning, un tipo venido a mas, consentido y alentado por Holland, el dueño del grupo financiero y miembro de la aristocracia bostoniana, especializado en nadar y guardar la ropa y salir indemne de todos los atropellos que consintíó y de los que tanto se benefició.
Doug es el típico norteamericano hecho a sí mismo, salido del nivel social más bajo y enriquecido en poco tiempo. Lo quiere demostrar al mundo construyendose una mansión hortera y ostentosa en un terreno municipal, para lo que, a golpe de cheque, rompe todas las resistencias, excepto la de Charlotte, una vieja profesora de historia, cuya familia fue propietaria del terreno luego donado para mejores fines al municipio, que emprenderá una desigual batalla legal. Dos personajes interesantes más: Nate, alumno de Charlotte, y con el que Doug mantendrá una relación cada vez más estrecha, y Henry hermano de la profesora y director de la Reserva Federal de Nueva York. A través de este conoceremos los entresijos del sistema, como se tapan los agujeros y como se responde al comienzo de las crisis con malas decisiones que solo pueden conducir al desastre. Lo que nos deja claro la novela es algo que ya sabemos bien, que los delincuentes de corbata siempre salen ganando, y más incluso cuando se produce una crisis tan devastadora que pagaremos los de siempre, clases medias y bajas y con un coste terrible de empleo. No hay que perdérsela.

miércoles, 9 de febrero de 2011

AGOSTO, OCTUBRE


No llega a 150 páginas esta novela cor de Andrés Barba, jovenescritor madrileño, que ya tiene otras cinco obras anteriores, una de ellas compartida. "Agosto, octubre" aborda el un tanto manido mundo de la adolescencia, sus vivencias apasionadas y extremas, pero lo hace con una cercanía que es de agradecer, especialmente en la primera parte de la novela, cuando alcanza sus mejores momentos en la descripción de los sentimientos, pasiones, temores y vivencias de Tomás, ese joven de catorce años que, como era de esperar, aprenderá de todo en esas vacaciones de verano que disfrutará con su familia y en las que cambiará todo, desde su visión de la gente que le rodea engeneral a su familia en particular y su forma de relacionarse consigo mismo.
El mundo de Tomás se va a poner practicamente al revés al llegar a ese lugar de vacaciones, el de todos los años, en un pequeño pueblo costero donde reside una tía, gravemente enferma.A los apretones propios de la edad, la obsesión sexual, las relaciones con la gente de su edad, la más próxima y la que viene envuelta en un halo de violencia, se le une el cambio de percepción de sus más cercanos, su padre y hermana, y el paso de la muerte muy cerca, quizá su primera vez para comprobar lo efímero de la vida.
Andrés Barba trata con cariño a todos los personajes, incluso lo más agresivos, y eso le permite trazarnos unos perfiles muy cercanos, algunos hasta reconocibles . No está de sobra una novela de este tipo de cuando en cuando, aunque el primer vistazo nos eche para atrás. Demuestra que nunca está todo dicho.

martes, 8 de febrero de 2011

SECRETOS INÚTILES

Mirko Lauer es un escritor peruano de origen checoeslovaco que además de novelista es poeta, editor y periodista. No había ni siquiera oído hablar de él y, sin embargo, es una de la voces más conocidas e interesantes de la literatura de Perú. Esta novela, que pertenece a un ciclo más amplio sobre Cerro Azul, el autor ejerce de periodista, con su nombre, y nos acerca una conversación extensa, y a veces enloquecida, en San Francisco, con uno de esos personajes tan típicos, esos ricos peruanos de ascendencia anglosajona, que nunca se molestaron en aprender castellano y que a la primera de cambio abandonan el país, eso sí con todo su dinero. El personaje en cuestión es un tal Clayton Archimbaud, que reside en San Francisco y al que el periodista-escritor Mirko Lauer quiere entrevistar por su relación, amorosa, con una escritora muy conocida que además era su tía. Según los rumores que corrían por Líma, Clayton y su tía estuvieron liados durante muchos años y desde su adolescencia en Cerro Azul, una amplia zona propiedad de la familia que incluía distintas explotaciones además de un puerto. La entrevista, que en principio parece que no aportará muchas novedades, por la aparente reserva de Clayton, se vuelve por momentos enloquecida, y el entrevistado va dando distintas versiones de la misma historia, acercándose desde distintos ángulos, a cual más desconcertante y que al final sirven para constatar que nada fue lo que se decía, ni nada lo que parecía. Curiosísimo el personaje de Clayton Archimbaud, rico hasta decir basta, y al que por tanto hay que permitirle todo tipo de excentricidades.
La novela, excelente, nos permite sumergirnos en una larga noche de alcohol y revelaciones sorprendentes que no defraudan en ningún momento.

jueves, 3 de febrero de 2011

LOS INFINITOS

Novela del irlandés John Banville, conocido sobre todo por "El eclipse" y "El mar", conserva el estilo habitual del autor y sus peculiares ensoñaciones. En este caso la acción, más bien lenta, transcurre a lo largo de un día de verano en una casa de campo en algún lugar de Irlanda. En la cama, en estado de coma y moribundo, yace Adam, que vive en la residencia Arden con su mujer Úrsula, que se pasa el día en un duermevela por sus excesos alcohólicos, con su hija Petra, extremadamente sensible y huidiza pero con metas propias, la sirvienta Ivy, descendiente de la familia bien propietaria de la casa, y Duffy, el campesino que se ocupa de cuidar las tierras. El día de autos acuden además el hijo, Adam y su esposa Helen y dos personajes mas:el extraño y ambiguo novio de Petra y Benny, un personaje mitad dios mitad humano que tuvo una gran ascendencia sobre el viejo Adam.
Más allá de la anunciada muerte del cabeza de familia, nada parece perturbar la calma y el aburrimiento de la jornada en ese lugar apartado, lo que permite al autor darnos pinceladas de las peculiares personalidades de los distintos personajes. Y utiliza para ello una curiosa estructura narrativa, en la que la voz cantante la llevan el viejo comatoso o Hermes, sí uno de los dioses del Olímpo que se dedica a fisgonear lo que hacen los humanos y de paso contener como puede los apetitos sexuales de su padre, Zéus, cada vez más atrevido en sus incursiones entre los humanos. Con la inclusión de esos dioses de la mitología griega, el autor tiene la excusa perfecta para reflexionar sobre asuntos de tanta enjundia como la inmortalidad o, más de andar por casa, la forma acomodaticia en la que algunos viven.
Más allá de la forma elegida para narrar esta historia, la novela aburre, con tanto detallismo, casi puntillismo, en la descripción de la casa o los alrededores. Es innegable la arrolladora capacidad de Banville para describir cualquier nimiedad con un vocabulario rico y expresivo, pero falta acción y la historia en sí no tiene mayor interés. En fin, solo para aficionados a deleitarse con un texto muy bien escrito.

martes, 25 de enero de 2011

EL INVIERNO DE FRANKIE MACHINE

Después de "El poder del perro" me había quedado con sensación de que necesitaba más Winslow, así que me lancé de cabeza a por esta nueva novela publicada hace unos meses en España y, por Dios, traducida aquí, sin los mexicanismos de la anterior.
Es una magnífica novela negra, de las que atrapan desde el principio y con una trama muy clásica, un tanto sabida, pero igualmente diseñada para que la disfrutes de principio a fin y te quedes con ganas de mas.
La historia suena un tanto típica: hombre maduro, más de sesenta, retirado con su puesto de carnaza en un puerto pesquero y con otras empresas igualmente legales que le permiten vivir razonablemente bien, mantener a su ex y asegurar el pago de la universidad a su hija, Jill. Mantiene además una relación con la propietaria de una boutique con pasado glorioso y aprovecha, ahora que todavía sus huesos se lo permiten, para surfear casi todos los días.
Como era previsible esa aparente tranquilidad se rompe un día cuando, al intentar mediar en los problemas del hijo de un amigo con un grupo de mafiosos, está a punto de perder la vida y se descubre objetivo a eliminar. Descubrimos a partir de entonces que Fran Machianno es más conocido como Frankie Machine en los círculos mafiosos y que tiene un pasado enloquecido como matón que ahora vuelve y amenaza el idílico mundo que se ha construido. A partir de ahí empieza una historia radicalmente distinta, a ratos de acción trepidante, en la que a través de varios flashbacks vamos conociendo al personaje y a los que le rodearon y, de paso, la forma de actuar y de repartirse el territorio, de las distintas mafias que operan en San Diego, Los Angeles, Las Vegas o Detroit.
Puede que la novela no aporte mucho. Si acaso lo fundamental: entretenimiento, y del bueno.

lunes, 24 de enero de 2011

SUNSET PARK

Sigue Paul Auster en sus trece, y lo dice un austeriano militante, publicando novelas con argumentos un tanto trillados y con un nivel por debajo de lo que nos tiene acostumbrados. Quizá publica demasiado, o quizá simplemente no está en su mejor momento.
Su manera de narrar es extraordinaria, como siempre, el problema está en lo que nos cuenta que, en esta ocasión, me suena a un tanto manido: joven veinteañero que desaparece de su casa, abandonando padres y estudios, vagabundea trabajando en lo que sale y sin mas mira que ir tirando. Encuentra chica, por cierto una menor, de la que se enamora, y ese es el giro de tuerca para empezar su vuelta a "la senda esperada. Nada novedoso en esa huida de casa, nada en la causa (una tragedia familiar) y muy poco en los personajes que va conociendo durante ese tiempo. El topicazo alcanza el sumum cuando conocemos que su padre es un conocido editor y su madre una actriz en plena madurez vital y artística.
Dicho así puede sonar a que estamos ante una novela casi culebrón. No lo es. No en Auster. Pero nos tiene mal acostumbrados y es sorprendente que recurra a personajes tan manidos como los que el joven Miles encuentra en una casa ocupada en Sunset Park o el final tan previsible que da hasta un poco de rubor.
Es cierto que la novela tiene momentos, sobre todo en las relaciones interpersonales, pero no se si a estas alturas compensa encontrar un texto como este en la prolífica carrera de Auster. En fin, confiemos que en la próxima tenga algo más interesante que contar. La forma, se le da por supuesta.

miércoles, 12 de enero de 2011

TODO ES SILENCIO

Manuel Rivas nos vuelve a ilustrar sobre una faceta más de esa Galicia que tan bien conoce, que retrata al detalle con su estilo de siempre, calmo a veces, impetuoso otras, y con un profundo cariño hacia el paisaje y las gentes. En este TODO ES SILENCIO bucea en el opaco mundo del contrabando, tan propio de tantos pueblos gallegos de la costa, que lleva años derivando hacia el narcotráfico, con todo lo que eso conlleva de intrusión en la vida social y política de la zona.
Rivas imagina un pequeño pueblo pesquero, Brétema, en el que se pueden reconocer otros muchos, y donde la voluntad de Mariscal es prácticamente ley. Envuelto en una imagen artificiosa, un tanto anticuada, y desde una distancia relativa, va construyendo su imperio y controla todo lo que pasa en el pueblo. El tiene el poder y el dinero, el corrompe a los guardias y supervisa y maneja todo el contrabando, todo lo que llega por mar, cada vez más peligroso e imbricado en las redes internacional del narcotráfico. Impera en base a tres principios bien conocidos, que esgrime a base de latinajos que traducidos quedan así: "tienen boca y no hablan...tienen ojos y no ven...tienen oídos y no oyen". Una ley del silencio imprescindible para sus tejemanejes y para su creciente poder.
En paralelo al capo, vamos conociendo a tres niños Fins, Leda y Brinco, para quien el mar es una mina, una tierra que produce sin manchar, y donde encuentran de todo, cosas que revenden y que les permiten conseguir algo de dinero. Habrá un salto y nos los encontraremos de adultos, con Fins de policia y Leda y Brinco en pareja al otro lado de la ley.
Hay aportaciones muy interesantes, como la existencia de esa escuela de indianos, que Rivas detalla con precisión y añoranza, y personajes secundarios que trata con un enorme cariño.
En fin, una novela muy interesante que va ganándote a medida que avanza su lectura y que cautiva dejando al final una sensación de pérdida, de querer seguir una historia que tiene todavía mucho carrete.

lunes, 10 de enero de 2011

EL PODER DEL PERRO

Es esta una de esa novelas aparentemente bien documentadas que nos ayudan a entender el tremendo drama que supone el narcotráfico y sus redes para un país como México, con decenas de miles de muertos y un estado prácticamente fallido. Don Winslow va intercalando esos datos reales sobre el poder narco, sus imbricaciones políticas, sociales, policiales, judiciales, e incluso religiosas en un formato de thriller con aires de trascendencia, que abarca además varias décadas, desde los años setenta hasta la actualidad. La novela gira sobre dos planos: uno el de Art Keller, un joven agente de la DEA, que de luchador escrupuloso con la justicia pasa a justiciero sin escrúpulos para intentar acabar con los Barrera. Estos, un clan que llega a hacerse con el control total de las redes que pasan la droga, a través de México hacia Estados Unidos, son el otro eje de la novela, les vemos ascender y como asientan su poder con métodos extremadamente crueles hasta controlar casi todos los mecanismos del estado, desde el inquilino de Los Pinos, la residencia presidencial, a los estamentos judiciales, de las policias federal y local y con extensos contactos con las mafias norteamericanas incluidos elementos corruptos de la policia y los guardafronteras. Es en el detalle de algunos de los personajes que maneja donde a Winslow se le va un poco la mano, quizá por demasiado tópicos, pero no desmerecen el conjunto. También parece recrearse en demasía en algunos episodios de torturas que poco aportan para entender la falta de moralidad y escrúpulos de narcos y quienes les persiguen. Porque si algo queda claro en esta novela es que el respeto a la ley es por momentos un terreno nebuloso que se acomoda a los fines que se persiguen. Es demoledor la descripción de los trapicheos que CIA y DEA se traen con los narcos, en unos casos para rearmar a milicias ultras que luchan contra las Farc en Colombia y en otros para acabar con cualquiera que se interponga en sus operaciones claramente clandestinas.
La novela es trepidante y de las que se leen de seguido. Hay un asunto colateral que desconcierta un poco. Aqui se vende la versión que se ha hecho para México, es decir traducida del inglés al español mexicano y en más de una ocasión distrae la utilización de términos que nos son ajenos, como regadera por ducha, pinche y un montón más de expresiones locales que son estupendas en un texto escrito en México pero inexplicables en la traducción desde el inglés. Y hay más, como "aborresco"...y palabros similares que desconcentran. Pero es lo que tiene la globalización y, sobre todo, el ahorro de costes. En todo caso, muy recomendable.