Datos personales

GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

viernes, 28 de octubre de 2016

CHARLOTTE

Ocho años ha tardado el escritor francés David Foenkinos en investigar, recoger datos y dar forma a esta novela, que pretende ser una biografía, más o menos fiel, de la pintora judioalemana Charlotte Salomon, que murió a los 26 años en el campo de exterminio nazi de Auschwitz. Foenkinos se ha apartado del todo más o menos de comedia que regía sus anteriores obras, para entrar, de una forma bien cruda, en esta historia sobre  una mujer que sobrevivió a una historia familiar tremenda, pero a la que doblegó finalmente el nazismo. Y es que la historia de Charlotte Salomon es una tragedia desde que nació e incluso desde antes. Su familia, por parte materna, acumulaba un buen número de suicidios entre  las mujeres. Una maldición inexplicable que a punto estuvo de alcanzarla, y de la que se salvó entregándose de manera casi frenética a lo que fue el sostén de su vida, la pintura. Casi toda su obra la realizó en unos pocos meses, en una localidad del sur de Francia, donde había encontrado refugio tras huir de Alemania. Hasta allí llegará la zarpa nazi, cuando ya había concluido lo esencial de unas pinturas destinadas a preservar su vida y la historia de su familia.
Foenkinos ha reconocido que se obsesionó en la búsqueda de datos sobre esta mujer, cuya obra está casi olvidada y se quedó fuertemente impactado por la tragedia que rodeó toda su vida. Y para contárnoslo ha elegido un estilo austero, de frases muy cortas y sin florituras para transmitirnos la crudeza de la historia. Una crudeza  que queda suavizada por la disposición de esas frases, cada una ocupando una línea, lo que da la impresión de encontrarnos ante un gran poema, que no hace concesiones, y que resalta la grandeza de una vida truncada por la barbarie.
Foenkinos ha conseguido con esta novela varios premios, entre ellos el prestigioso Renaudot. Impactante.

domingo, 23 de octubre de 2016

LA VIDA FÁCIL

No es fácil acercarse a una novela que, muchos, demasiados, ya han colocado en un pedestal sin haberla leído siquiera. Y es que solo el nombre del autor puede provocar un reconocimiento previo que hasta puede ser inmerecido. El autor es Richar Price, premiado y aclamado por su trabajo como guionista de The Wire, una de esas series "de culto" que ni he visto ni tengo intención de ver. Es autor también de guiones cinematográficos de éxito, como "El color del dinero", y además tiene publicadas varias novelas.
Con estos mimbres todo aboca, a cualquiera que se acerque a esta novela, a sentirse predispuesto ante un texto que le debería dejar con la boca abierta, sea por sus diálogos, en los que dicen que es un maestro, o por la trama.
Pues....no. A mi la historia me ha parecido una más. Un crimen, la consiguiente investigación policial, unas declaraciones que no cuadran y las dificultades y golpes de efecto habituales, hasta colgar el happy end de toda buena historia americana. Me suena casi todo en esta novela ambientada en un barrio difícil de Nueva York. Me suena lo de las declaraciones contradictorias de víctimas y testigos. Me suena el papel del policía protagonista, incomprendido y ninguneado por sus superiores y agobiado por sus problemas personales. Me suena lo de la astuta compañera, la policia hispana que se mueve como pez en el agua en ese barrio marginal en el que creció. Me suena lo de las repercusiones emocionales en la familia del asesinado. Y me suenan los miedos del compañero de la víctima, víctima a su vez de cobardía, agobio y negación que influirán en su testimonio.
En fin, tampoco está tan mal. Solo que es una historia mil veces contada, en la que no veo  atisbo alguno de originalidad. Si uno no tiene nada mejor a mano, vale para pasar el rato. Pero lo suyo sería buscar una alternativa. Así no acabaría uno con tanta sensación de haber perdido el tiempo.

viernes, 7 de octubre de 2016

FRANCAMENTE, FRANK

Cuarta entrega sobre Bascombe, el personaje que más juego le ha dado a Richard Ford. Ha pasado un tiempo desde que completó su conocida trilogía, que abría "El periodista deportivo" novela seguida por "El día de la independencia" y "Acción de Gracias". A través de ellas conocimos casi toda la vida de Bascombe, sus tumbos, sus prioridades y sus estancias en distintos puntos del país, lo que nos ayudo a acercarnos a esa América (EEUU) cotidiana, la de los problemas reales. Y esta cuarta entrega nos presenta al mismo personaje, ya con 68 años, lo que nos indica la intención de plantear una reflexión sobre los años últimos de la vida, cómo se afrontan y como se viven día a día.. El envoltorio es el de siempre, con un Bascombe que insiste en relativizar casi todo y darle un toque de humor a su visión de la vida y del mundo que le rodea. Es consciente que está en la última etapa y por eso reduce su vida diaria a estar con su mujer, visitar de cuando en cuando a su ex, preocuparse por sus hijos, un par de acciones solidarias y un puñado de amigos a los que quiere conservar hasta el final. Hace una interesante reflexión sobre  la amistad, subrayando que está sobrevalorada. Pone Ford en boca de Bascombe que la amistar es algo que necesita mucha dedicación y tiempo, y que pretender tener muchos amigos es un imposible, porque como mucho no pasarán de ser conocidos circunstanciales. Bascombe ya está jubilado, tiene una vida relativamente cómoda, aunque todo a su alrededor parece en ruinas: la zona sufre los efectos devastadores del huracán Sandy, y el negocio inmobiliario, al que dedico mucho tiempo en años anteriores, se convirtió en un fiasco que arruinó la vida y los fondos de muchos. A ello hay que sumar los cambios que se producen en los pueblos y barrios, la llegada de inmigrantes, las dudas ante la muerte y si hay algo después. Un clima de decrepitud ante el que Bascombe intenta poner buena cara y seguir adelante. La novela no defrauda, y más si se han leído las anteriores, ya que supone acompañar a Bascombe en la que, probablemente, es su última etapa literaria.