lunes, 12 de agosto de 2019

SEROTONINA, de MICHEL HOUELLEBECQ

Acercarse a Houellebecq es adentrarse, casi siempre, en el perfil de un antihéroe, personaje que le sirve para denunciar fenómenos que nos afectan a todos, aunque este siempre este depresivo o al borde de la depresión y tenga en los ansiolíticos ese apoyo para soportar y darnos su versión del mundo. Y con esta nueva novela el autor francés no defrauda a los que más o menos esperamos a uno de sus antihéroes. Y así nos presenta a un tal Florent-Claude Labroueste, un tipo que odia su nombre y hasta su edad, mediada a cuarentena. Se medica con ganas, y los ansilíticos tienen efectos secundarios como la desaparición de la libido, lo que le llevará a la conclusión de que el sexo está sobrevalorado.
La novela arranca en el momento en el que el protagonista decide dar un giro a su vida: abandona su trabajo y a la chica con la que vive. Entiende que se encuentra en una situación catastrófica: sus relaciones son una sucesión de fracasos, su vida laboral una inutilidad (trabaja en el ministerio de Agricultura en negociaciones con la UE sin salida desde el principio). En esa situación inicia un viaje sin rumbo claro, sus economía desahogada se lo permite, y acaba por tierras normadas. Por un lado busca el anonimato casi total, sumido como está en la desesperanza, pero eso no le impide ser consciente de la realidad que le rodea y reflexionar sobre la situación en su país y en una Unión Europea que camina hacia la autodestrucción.
Houellebecq aprovecha para colar los problemas de los agricultores franceses y las protestas contra el gobierno, que al final son premonitorias de la crisis de los chalecos vivida recientemente en Francia contra Macron.
No ha lugar para la esperanza personal ni social, ni siquiera buscando refugio en la cultura. El autor francés no da ninguna probabilidad de detener la decadencia de la sociedad occidental en este siglo y el advenimiento de unos cambios imparables ante los que no se puede hacer nada. En fin, en su línea y no defrauda.

jueves, 13 de junio de 2019

LESS, de Andrew Sean Greer

Siempre me ha parecido un tanto misterioso el proceso que lleva a otorgar un premio; qué criterios se utilizan para galardonar a alguien  o algo y condenar al ostracismo más absoluto al resto de concursantes, nominados o seleccionados.  Y es ante novelas como esta, LESS, de Andrew Sean Greer, cuando me pregunto cómo es posible que un premio tan prestigioso como el Pulitzer no pudo encontrar algo mejor entre todo lo producido el año pasado.
Inexplicable pero cierto. Y es que, para mí, esta es una novela menor, a pesar del empeño de algunos críticos , sobre todo norteamericanos, de ponerla por las nubes. Se centra en un escritor (otra sobre escritores) que está a punto de cumplir los cincuenta, una cifra que le aterra, que se autoclasifica como  autor mediocre, que no tiene claro como ha podido sobrevivir  de la literatura y, que dado el momento personal de crisis que atraviesa, decide darse una vuelta al mundo.
La razón última para hacer la maleta y largarse por esos mundos de dios, no es otra que el abandono de su pareja que, además, le anuncia por sorpresa que se va a casar con otro en unos días. Es la espoleta que le lleva a revisar el correo llegado en los últimos meses, que contiene no pocas invitaciones, y con las que arma un viaje que le llevará a Europa, Marruecos, India y Japón.
A través de diversas incidencias durante el viaje, descubrimos su inseguridad como autor, su negación para el amor, su comportamiento tan típicamente estadounidense y su desarraigo en el mundillo intelectual. No se explica por qué le invitan, ni siquiera cómo han podido conocer su nombre.
Mientras seguimos su periplo mundial, aparece una segunda voz, que nos va dando ciertas claves sobre  amores y desamores del protagonista y que será clave para dar una final distinto al de sus novelas anteriores que habían llevado a ciertos críticos del LGTBI a calificarle de "mal gay". 
En fin, nada del otro mundo, y ya puestos mejor echar un vistazo alrededor porque quizá haya alguna otra novela que merezca más la pena.

lunes, 22 de abril de 2019

EL CÁRTEL, de Don Winslow

Segunda entrega de la trilogía de Don Winslow sobre la guerra contra el narcotráfico en México, que inició con "El poder del perro". El autor recupera aquí a Art Keller, el agente especial norteamericano quien, tras una lucha sin cuartel contra Adán Barrera, capo máximo al que logra encerrar, decide retirarse a un convento, para intentar aplacar al menos las profundas heridas que le ha dejado esa terrible guerra de desgaste contra el narcotráfico. Del convento le sacarán dos noticias: que Adán Barrera ha puesto precio a su cabeza, dos millones de dólares, y que se ha fugado de la cárcel mejicana a la que fue trasladado después de delatar a importantes jefes del narco mejicano. La huída de Barrera supone una guerra sin cuartel para recuperar su puesto de jefe máximo, y durante una década, México volverá a sumirse en una guerra cada vez más cruenta, donde los distintos grupos, y sobre todo los zetas, elevarán la violencia a niveles desconocidos hasta entonces. Con la maestría habitual, Winslow te deja clavado en el sillón en una obra extremadamente cruda, inspirada en cientos de casos reales vividos en México, que deja al descubierto la enorme red de complicidades que arrastra no solo al policía más modesto de cualquier pueblo perdido sino a todos los estamentos policiales, militares y políticos, incluida la presidencia del país. Todos los sectores sociales mejicanos aparecen golpeados por la corrupción y la violencia, y en muchas ciudades el aire se vuelve irrespirable para una población atrapada entre la incompetencia o la complicidad de las autoridades y unas bandas de narcos que imponen su ley por todo el país. Y en esa violencia tienen su papel las distintas agencias norteamericanas, que hasta llegan a apoyar a alguno de los clanes para acabar con otros, en una extraña política de compañeros de cama.
Parecería una novela desmesurada, si durante años no hubiéramos visto en la prensa las atrocidades que se sucedían y suceden en México durante tantos años, y sobre cuya descripción y razones Winslow se ha vuelto todo un maestro. Sabe de qué escribe, lo hace muy bien y lo convierte en un relato del que es muy difícil apartar la vista. Y, además, a pesar de que la historia podría llegar a satura, te deja con ganas de hincarle el diente a la última novela de esta trilogía, FRONTERA, que acaba de aparecer. Literatura aparentemente de género best sellar, que esconde una gran carga de profundidad.

martes, 9 de abril de 2019

PEQUEÑO FRACASO, de Gary Shteyngart

"Pequeño fracaso". Así es como le llamaba su madre, tras comprobar las dificultades que el joven Gary, antes llamado Igor, tiene para adaptarse a la sociedad norteamericana, a la que ha sido transplantado desde su natal San Petersburgo.
Este monólogo de Gary Shteyngart va de eso, de los problemas que surgen cuando uno es arrancado del lugar donde nació y donde vivió, relativamente feliz, siendo todavía un niño, y le sueltan en una sociedad que no sólo habla otro idioma sino que es radicalmente distinta a la que conocía.
A lo largo de unas cuatrocientas páginas, el autor desgrana infinidad de anécdotas que reflejan esa lucha por adaptarse, desde cambiarse el nombre, a imitar formas de moverse y hablar o enfocar su vida  hacia ese futuro prometedor en el que todo es posible, según el sueño americano.
La de Gary fue una de tantas familiar judio-soviéticas que pudieron emigrar de la URSS gracias a los acuerdos Carter-Brézgnev, que permitieron además intercambios de cereales y tecnología. El autor detalla, a veces con mucho humor, el desarraigo primero de esas familias ante una sociedad tan distinta en la que iban a vivir a partir de entonces, la nostalgia para los lugares y los conocidos dejados atrás, y la necesidad de integrarse y aprovechar las oportunidades que el nuevo mundo les proporciona.
Gary vio en la escritura esa vía para asimilarse a la sociedad norteamericana y su avance, como es lógico, fue más rápido que el de su familia, a pesar del prematuro diagnóstico materno al calificarle de pequeño fracaso.
La novela es por tanto un magnífico retrato sobre la emigración y la integración en las nuevas sociedades de acogida, de las dificultades que entraña y de las oportunidades que abre para reconducir esas vidas en un marco tan distinto al que conocían. No sólo es interesante, sino también muy divertido, y por tanto muy recomendable.

viernes, 29 de marzo de 2019

MUERTE EN ESTAMBUL, de Petros Markaris

Se me van acumulando las lecturas y, a pesar de los buenos propósitos, no acabo de subir las reseñas. Pero, bueno, habrá que resignarse con ser uno como es e intentar sacar las cosas adelante, aunque sea a ritmo de tortura.
Así que retomo por la última novela finiquitada. Recurrí, por aquello de despejar la cabeza, a uno de mis autores favoritos para estos menesteres: Petros Markaris, el autor griego que tan bien ha retratado la historia más reciente de Grecia, su durísima crisis y sus efectos sobre la población, siempre de la mano del entrañable comisario Kostas Jaritos.
En esta ocasión, sin embargo, abandona la crisis helena para trasladarse con armas y bagajes a la vecina Estambul. Allá se va de turismo con su esposa, muy disgustada por la boda por lo civíl de su hija, en un intento de que las aguas vuelvan a su cauce.
Las primeras horas de turisteo sirven para recrearse en la añorada Constantinopla,  nombre que los griegos por razones históricas siguen empleando para denominar a Estambul. Y retrata bien lo que fuera antigua capital del imperio bizantino.
Pero como suele ocurrir, las cosas se le complican enseguida al comisario Jaritos. Un misterioso asesinato en un pueblo de Grecia, a parecer relacionado con la misteriosa desaparición de una nonagenaria al parecer camino de Estambul, lo pone todo patas arriba. Se convierte en perentoria la necesidad de localizar a la anciana y más cuando se suceden una serie de asesinatos de varias personas relacionadas con ella en la antigua Constantinopla. Y decimos antigua Constantinopla porque la acción transcurre en los barrios que una vez habitaron mayoritariamente griegos, que en su mayoría huyeron en dos persecuciones, la última coincidiendo con la intervención de ejército heleno en Chipre y la consiguiente respuesta turca.
Más allá de la investigación policial habitual, lo que Markaris nos propone es un acercamiento a los momentos de esplendor de los griegos en Estambul y las crisis que les obligaron a huir, dejando, a día de hoy, apenas una huella de su cultura que poco a poco se va desvaneciendo.
Interesante en todo caso, tanto como novela policiaca como por su contenido histórico.