jueves, 21 de mayo de 2009

LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS

Es lo que tiene esto de los best seller, que uno pica y se dice que por algo vende tanto y luego te deja...raro. O uno no está a la altura de semejante joya, o probablemente no es tan brillante. Yo voy a apostar por lo segundo, más que nada, y a fuer de ser sincero, porque no me ha gustado. Me atrajo lo sugerente del título, pero luego me aburrió como pocas novelas y estaba deseando terminarla, porque soy de los que no suele abandonar un libro, por muy aburrido que sea.
La novela de Paolo Giordano, un joven autor intaliano, licenciado en Física Teórica, y galardonado con el Premio Strega del pasado año, ha sido el bombazo del año en su país y parece que ha tenido una gran acogida en otros muchos. A mi me da igual. Está claro que el autor sabe de ciencias, debe controlar ese mundo ignoto de los números primos y sobre unas extrañas parejas de estos, se monta una historia de dos desarraigados que parece que están condenados a encontrarse pero que la vida les va poniendo barreras como esos números pares que impiden por ejemplo que los primeros 11 y 13 lleguen a formar pareja. Es una crónica de soledades, de atmósferas inquietantes, por los extremadamente aburridas, de sentimientos aburridos, de vidas capadas, sin alegría, revolcadas en la amargura y con conatos de locura que en el caso del tipo, Mattia, serían para estar encerrado. Si no que me cuenten como se puede dejar por ahí a su bola a un tipo que para calmarse lo mejor que se le ocurre es hacerse cortes o quemaduras sobre todo en las manos o debajo de las uñas, o en los brazos....Son raros, muy raros. Tanto que son difíciles de identificar, ni siquiera por aproximación, a personajes reales. El hombre se lo ha trabajado para hacer una novela original pero, lo siento, es un coñazo de gran envergadura. 

martes, 19 de mayo de 2009

EL INFORME DE BRODECK








Estamos ante una novela extraordinaria, que te atrapa desde el primer momento,  y que obliga a reflexionar sobre las miserias y debilidades humanas, que empiezan y terminan en el mismo protagonista.
El francés Philippe Claudel realiza un apasionante acercamiento, una vuelta de tuerca mas, a los horrores de la segunda Guerra Mundial, aunque sin precisar en ningún momento que se trata de esa época, ni que la acción transcurra en uno de los territorios ocupados por los nazis, ni que el protagonista, víctima en uno de los campos de exterminio, sea judío aunque hay pistas obvias. Brodeck tiene un origen desconocido,  no se sabe de donde proviene, sólo que es recogido por una mujer que le lleva, para establecerse, en un remoto pueblo perdido entre las montañas y bastante aislado del resto del mundo. Allí su viveza e inteligencia lleva a los vecinos a pagarle los estudios en la capital del vecino país (que sin mencionarlo es claramente Alemania), donde tiene que abandonar su carrera universitaria tras unos días de revueltas y ataques a los "distintos". Vuelve al pueblo, acompañado por su novia, y allí, cuando las tropas  (nazis) ocupan la población ocurrirá la primera tragedia: el ser diferente, llevará a los vecinos a entregarle a los ocupantes. Primera gran muestra de cobardía. Empezará entonces un tiempo de horror del que sólo sobrevivirá por la esperanza de reencontrar a su mujer. El informe de Brodeck no va sobre esa delación ni sobre su dramática supervivencia en el campo, sino sobre lo que ocurre después. Es un encargo de los vecinos para que cuente todo lo ocurrido en torno a Der Anderer, el Otro, un extranjero que se establece en el pueblo y que provoca un desasosiego general que augura crimen seguro. No es cuestión de destripar el libro, aunque  ya lo hacen bastante en la contraportada. Estamos ante una novela de gran calado, que nos obliga a preguntarnos como actuaríamos en situaciones extremas, si callaríamos a nos opondríamos sabiendo que pondríamos nuestra vida en peligro. Es una profunda reflexión sobre la cobardía, sobre la supervivencia, sobre el poder asfixiante de la masa, sobre el borreguismo  colectivo y sus terribles consecuencias. Es una novela que debería ser de lectura obligatoria por lo menos entre los adolescentes, porque ayuda a comprender de golpe que a veces la justicia está reñida con la supervivencia, pero que callar tampoco salva a nadie. Creo que es una de las grandes novelas de los últimos tiempos, aunque en principio pueda echar para atrás el hecho de que estemos ante otra obra sobre los estragos nazis. Porque esta tiene algo más...