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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

martes, 23 de febrero de 2010

FALCONER

FALCONER es la novela que consagró a John Cheever como uno de los grandes de la literatura norteamericana del siglo pasado.. Después de años dando tumbos en su carrera literaria y en su vida personal, con Falconer marca un punto de inflexión. Nada de lo que escribió, a partir de esta novela, fue igual a lo anterior. Sus relatos consiguieron una fuerza y una frescura que sacaron a la luz el gran escritor que llevaba dentro.
Además Falconer contiene muchas referencias autobiográficas, de ese descenso a los infiernos que supusieron sus fracasos, el alcoholismo, una vida desbordada por todo tipo de experimentaciones, la depresión....Incluso traslado las enemistades familiares, su rivalidad por no llamar odio hacia su hermano.
Falconer es el nombre ficticio de la prisión en la que seguiremos los atormentados días de Farragut, un profesor universitario condenado a cadena perpetua por matar a su hermano en un momento de locura provocado por su drogadicción. Los detalles de por qué fue condenado los vamos conociendo en distintos flashbacks, que nos permitirán también acercarnos a su fría relación con su esposa Marcia, la añoranza por su hijo o el descenso a los infiernos que supuso su entrada en la cárcel. Lo que Cheever consigue es que vivamos en primera fila la vida cotidiana en la prisión, de un desgraciado como Farragut que solo está pendiente de su dosis programada de metadona, y que vive rodeado de personajes un tanto enigmáticos de los que apenas sabe nada, ni le importa. Su única visión del exterior llega a través de la exigua ventana de su celda y a través de él conoceremos las arbitrariedades y penalidades que son el pan de cada día en un centro de internamiento de ese tipo. Hay guiños al amor, como la pasión que vive con un preso joven, y también a la esperanza, con un final entre amargo y caricaturesco, excesivamente rápido.
Cheever, durante años colaborador bien conocido en The New Yorker consiguió con Falconer el reconocimiento como uno de los autores más sólidos y originales de las décadas sesenta y setenta en Estados Unidos. Una obra para disfrutar, para quienes no temen abordar un tema un tanto manido, duro, pero que supone la rutina para millones de personas en todo el mundo.

martes, 16 de febrero de 2010

EL CHINO

Los caminos por los que uno llega a determinados libros son inescrutables, como los de aquel otro, y el empecinamiento en leer, a quien de antemano no convence, aún más inexplicable. Quiere esto decir que Henning Mankell nunca ha figurado entre mis escritores favoritos y, aún más, de lo que he leído podía haber pasado tranquilamente. No me encuentro por tanto entre los que echan de manos la sagacidad y saber estar del inspector Wallander. Dicho lo cual, un reciente viaje a China y comentarios favorables de varios amigos sobre esta novela me animaron a leerla.
Pues bien, 469 páginas después creo que mi opinión sobre Mankell no solo no ha variado sino que se ha confirmado e incluso para peor.
Juega aquí el actor a presentarnos una serie de piezas separadas que al final confluyen en una misma historia, y que, por tanto, justifican el reguero de muertes que se da de principio a fin. El problema está en que las piezas parecen tan independientes que su hilazón resulta inverosímil y por ende toda la historia.
Casi una veintena de muertos en un remoto pueblo sueco, medio aislado por la nieve, o lo que es lo mismo casi toda la población, en un crimen aparentemente inexplicable parecen un buen arranque para una novela negra. Pero el asunto se le va de las manos cuando intenta montar toda una trama internacional, buscando la justificación de otros crímenes ocurridos siglo y medio antes. Aunque interesante la juez Birgitta Roslin. su relación con algunas de las víctimas de la masacre resulta un tanto forzada y que sea a través de ella, mejor dicho de un hilo rojo que la susodicha encuentra, ella solita, en el lugar de la matanza, que por cierto había sido peinado y acordonado hasta la extenuación por la policia antes de su llegada, resulta un auténtico despropósito. Las historias que ocurren en Estados Unidos, las que tuvieron lugar en China en el siglo XIX y la lucha interna entre comunistas reformistas y conservadores en la actual China, son platos fuertes de difícil encaje en la historia primigenia que se pretendía contar. Quizá el colmo de la frustrada historia está en la estancia de la juez sueca en Pekín y el cúmulo de casualidades que allí suceden y que la pondrán en el ojo del huracán de esta historia.
En definitiva, una historia poco creíble, con momentos brillantes, como no podía ser menos, y otros escritos demasiado aprisa, como si hubiera tenido que terminarlos en un plazo determinado o por simple aburrimiento. En fin, creo que hay cosas mas interesantes por ahí, por muy de moda que esté lo que lleve sello escandinavo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

AL PIE DE LA ESCALERA

No sabía nada de Lorrie Moore desde que leyera "Pájaros de América" y de eso hace ya mucho tiempo. Parece que tampoco se prodigó mucho en los últimos años. Esta novela nos ha legado con todos los parabienes de la crítica norteamericana y la local , y desde su arranque logra efectivamente atraparte en un mundo que, no por ajeno, deja de resultar muy cercano. Lorrie Moore se dedica en estas más de cuatrocientas páginas a realizar una profunda disección de la América profunda, la de las llanuras del centro-norte, que debe ser similar a las vivencias de gran parte del país, sobre todo el alejado de las grandes ciudades. La novela transcurre en Troy, ciudad Demócrata de toda la vida, universitaria y de ambiente liberal, y en Dellacrosse, una zona rural relativamente próxima a Chigaco, donde todavía arrastran la herencia, al menos en la toponimia, del paso de los primeros colonos franceses. Es a través de Tassie, una joven universitaria, como vamos descubriendo el pálpito tan distinto de ambos lugares y, con ello, la vida misma de la Norteamérica cotidiana. Hay distintos planos en la novela: uno aborda el descubrimiento de un amor no correspondido por la protagonista, otro su papel en la adopción por una pareja blanca de una niña afroamericana, y uno mas el tedio de la vida en la granja paterna, donde su hermano se debate en la confusión y toma decisiones que se tornarán en desgracia. La novela es muy de nuestros días, y más, un retrato a ratos humorístico, irónico y desalentador de los males y temores que aquejan a los norteamericanos. La adopción de la niña servirá para destapar no ya los errores que algunas veces se cometen en ese tipo de procesos, sino el racismo latente en la sociedad norteamericana, incluso en ambientes autoproclamados liberales. El 11-S extiende su sombra sobre todo el país que apenas se resiste a las aventuras militares que desatan el presidente Bush y su alocada concepción neocón del mundo. Y asistimos en primera fila al desgarrador golpe del dolor y la pérdida que alcanza a los mas inocentes.
Está bien. Se lee con facilidad y es difícil escapar de una historia con tantos flecos que es imposible no identificarse con alguno. Un buen retrato de estos años, aunque dudo que pasado un tiempo tenga alguna vigencia.

lunes, 8 de febrero de 2010

PARIS

No recuerdo como llegó a caer en mis manos esta obra de Mario Levrero, escritor ya fallecido y encuadrado en un grupo atípico, los raros, en el que e ha ido encajando a varios autores uruguayos de difícil clasificación. No había oído hablar de él y sólo después de leer este París me dio por enterarme un poco de lo que fue su vida. Un tipo polifacético que fue, entre otras cosas, y además de escritor, librero, fotógrafo, editor, periodista....En fín, un todoterreno cuasi olvidado que de pronto ha sido recuperado. Parece que en ello han tenido mucho que ver el boca a boca y una serie de aficionados a la ciencia ficción que se entusiasmaron con sus obras y las colgaron en internet para descarga libre. Llegué a él no a través de una descarga, sino de este título, París, que forma parte de la trilogía Involuntaria, junto a otras dos novelas-cuento, "La ciudad" y "El lugar".
La historia ya arranca rara, con un señor que llega a una estación de París, toma un taxi y su conductor está muerto y desde hace tiempo. La cosa se complica cuando el taxi le conduce a una especie de edificio prisión, de la que apenas puede salir, si no es usando sus alas o mediante otras vías igual de peculiares. Lo que da este libro es mucho tufo a Kafka. Recuerda constantemente situaciones y protagonista de "El Proceso" y uno no puede dejar de preguntarse ¿si ya existió un Kafka para qué queremos más?.


A fuer de ser sincero diré que no me gustó. Está impecablemente escrita, pero es aburrida, sus flirteos con la ciencia-ficción y con el surrealismo chirrían un tanto frente a fragmentos muy próximos a los personajes y, personalmente, me hace la lectura demasiado incómoda.

Bien. Dicen que es un autor de culto. Bueno, está bien, debe serlo. Hay gente para todo y sobre gustos.....
Más allá de esta, aparece muy comentada su obra póstuma "La novela luminosa". Dicen que se trata de un deslumbrante canto al ocio. Otros se dicen decepcionados. Yo, de momento, paso.
En todo caso, no está mal aventurarse en estos "raros", porque no a todo el mundo los autores y sus obras nos dicen lo mismo.