Datos personales

GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

martes, 30 de junio de 2015

LA METAMORFOSIS

Al cumplirse cien años de su publicación, ha habido un cierto revuelo mediático sobre esta obra significada de Franz Kafka. Y uno, que acababa de salir de la extenuante lectura del superfolletón de Ken Follet, se apuntó al revuelo mediático y releyó esta novela  de pocas página pero de enorme repercusión. LA METAMORFOSIS ha sido una de las obra de Kafka que más interpretaciones ha generado, muchas puramente disparatadas. En mi caso paso de interpretaciones y me quedo con la misma sensación que me causó hace más de cuarenta años cuando la leí en el mismo texto, ahora amarillento, que conservo desde entonces. Y la conclusión es clara: ni me gustó entonces, ni me gusta ahora. Así, sin concesiones.
Uno reconoce lo rompedora que debió ser esta historia, cuando se publicó a principios del siglo pasado, pero en mi caso, llevado por cierta obligación social de leer determinados libros cuando apenas llega a los veinte años, lo hice y, para escándalo de algunos, dije entonces, y digo ahora, que me aburrió solemnemente, que a veces me provocó rechazo y que las interpretaciones que se han hecho, en su mayoría, me parecen un atajo de tonterías.
Para quien no la haya leído, o apenas la recuerde, en resumen cuenta la historia de Gregorio Samsa, un vendedor de telas a comisión que un día se despierta con cuerpo de gran insecto, cuya descripción nos hace pensar desde el principio en una cucaracha. Si esto puede provocarnos repulsión, podemos imaginar la conmoción que provoca entre su familia, el gerente de su empresa, las criadas y unos inquilinos que la familia se ve obligada a meter en casa, ya que el ahora monstruo era el único sustento de la familia.
Junto a las reacciones de rechazo y repulsión, encontramos otras de amor familiar que, poco a poco, y a medida que la situación se enquísta, se van apagando a medida que el problema no se soluciona, toma fuerza el que dirán y van buscando otras vías para su supervivencia económica.
Insisto, supongo que cuando se publicó provocó una gran conmoción, pero vista a estas alturas la historia parece envejecer mal. Y a los que no nos gustó pues eso, que no nos gustó.

1 comentario:

Emilio Jil dijo...

Qué valiente!!. Me gusta tu blog, das opiniones de lector, que es lo que soy yo también, y en ocasiones no se puede opinar contra la máquina editorial que nos recomienda bodrios, nuevos y antiguos.
No me gusta Kafka y en cuanto a este libro, Metamorfosis, ya somos dos.
Una pregunta ¿has leído a Kenzaburo Oé? si puedes opinar algo te lo agradecería.