
Como a estas alturas debe haber quedado claro ya, no soy lector sistemático, sino mas bien errático y amigo de bucear o picar aquí y allí sin mayores pretensiones. En estas que cae en mis manos una novelita, lo digo por lo breve, del extremeño Gonzálo Hidalgo Bayal, al parecer escritor de largo oficio y con varias novelas conocidas de las que, lo juro, no he oído hablar en mi vida, o eso creo. Con esa inocencia la he devorado de un tirón, en un rato y me ha dejado sensaciones divergentes. La novela, de título enormemente sugerente, es la historia del encuentro y desencuentro de dos amigos, desde la adolescencia has que la trayectoria de cada cual les va alejando. Una historia muy repetida en literatura y cine en la que Hidalgo Bayal puede que vierta alguna experiancia autobiográfica. Está impecablemente escrita, hasta el punto que con ese castellano impoluto resulta un tanto fría, sobre todo si de lo que se trata es de transmitir sentimientos o describir una relación que se supone ha sido intensa. Si, por un lado, me ha fascinado su dominio del idioma, por otro no deja de sorprenderme la frialdal de narrador, uno de los dos amigos. Demasiada como para hacer creíble que él pusiera la misma entrega en esa relación amistosa. Una frialdad que llega incluso a que reulte un tanto antipático el narrador, en cuanto en vez de echar una mano al amigo hizo todo lo posible por distanciarse. Hay una palabras de Luis Landero en la solapilla que definen la novela bastante bien: desoladora y magistral. Como dato curioso, la novela trranscurre en la ciudad de Murania, que al parecer es también el escenario de otras novelas de Hidalgo. Habrá que acercarse un poco más a su obra, entre la que se cuentan "El cerco oblicuo" o "Paradoja del interventor" para saber si ns estamos perdiendo a un grande o si es un autor menor.
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