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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

miércoles, 12 de enero de 2011

TODO ES SILENCIO

Manuel Rivas nos vuelve a ilustrar sobre una faceta más de esa Galicia que tan bien conoce, que retrata al detalle con su estilo de siempre, calmo a veces, impetuoso otras, y con un profundo cariño hacia el paisaje y las gentes. En este TODO ES SILENCIO bucea en el opaco mundo del contrabando, tan propio de tantos pueblos gallegos de la costa, que lleva años derivando hacia el narcotráfico, con todo lo que eso conlleva de intrusión en la vida social y política de la zona.
Rivas imagina un pequeño pueblo pesquero, Brétema, en el que se pueden reconocer otros muchos, y donde la voluntad de Mariscal es prácticamente ley. Envuelto en una imagen artificiosa, un tanto anticuada, y desde una distancia relativa, va construyendo su imperio y controla todo lo que pasa en el pueblo. El tiene el poder y el dinero, el corrompe a los guardias y supervisa y maneja todo el contrabando, todo lo que llega por mar, cada vez más peligroso e imbricado en las redes internacional del narcotráfico. Impera en base a tres principios bien conocidos, que esgrime a base de latinajos que traducidos quedan así: "tienen boca y no hablan...tienen ojos y no ven...tienen oídos y no oyen". Una ley del silencio imprescindible para sus tejemanejes y para su creciente poder.
En paralelo al capo, vamos conociendo a tres niños Fins, Leda y Brinco, para quien el mar es una mina, una tierra que produce sin manchar, y donde encuentran de todo, cosas que revenden y que les permiten conseguir algo de dinero. Habrá un salto y nos los encontraremos de adultos, con Fins de policia y Leda y Brinco en pareja al otro lado de la ley.
Hay aportaciones muy interesantes, como la existencia de esa escuela de indianos, que Rivas detalla con precisión y añoranza, y personajes secundarios que trata con un enorme cariño.
En fin, una novela muy interesante que va ganándote a medida que avanza su lectura y que cautiva dejando al final una sensación de pérdida, de querer seguir una historia que tiene todavía mucho carrete.

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