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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

lunes, 6 de junio de 2011

EL SUEÑO DEL CELTA

No tengo que hacer ningún esfuerzo para leer a Vargas Llosa. Cualquiera de sus obras es un acierto seguro y uno nunca arriesga cuando aborda alguna de ellas. "El sueño del celta" no defrauda. Es lo que se esperaba. Una novela muy pero que muy trabajada y documentada, muy bien narrada y muy atractiva por el personaje elegido. Y es que esta vez, como ya hiciera en otras, Mario Vargas Llosa se acerca a un personaje histórico, de vida apasionante, en el que se sumerge a todos sus niveles: desde sus hechos a sus pensamientos más íntimos. Se trata de Toger Casement, un héroe de la independencia irlandesa que antes fue un pionero en la denuncia de los horrores del colonialismo europeo: en Africa, donde vivió varios años en el Congo que el rey belga Leopoldo tenía casi como finca particular y donde se cometieron atrocidades que no pueden dejar a nadie indiferente. Sus informes, elevados al gobierno imperial británico, supusieron toda una primicia en una Europa deslumbrada por la conquista de Africa, un territorio lleno de recursos "gratuítos" que había que explotar al máximo dejando de lado todo escrúpulo. Si aquel informe conmovió a toda Europa y quitó la venda de los ojos a ciertos gobierno europeos, sucedería lo mismo con el que elaboró sobre la situación en el Putumayo, en la amazonía peruana, donde los crímenes y estragos los protagonizaba una compañía que cotizaba en Londres y en la que eran directivos personajes de renombre peruanos y británicos. Aquellas denuncias, que le valieron reconocimiento social y diplomáticos y la concesión del título de sir no le hicieron dudar a la hora de elegir y frente al pragmatismo y el servicio al imperio eligió el nacionalismo irlandés, entonces en auge y aproximándose a su momento de la verdad. La novela transcurre entre 1903 y 1916, desde que Roger Casement era un joven idealista ansioso de aventuras, hasta su frenética actividad como denunciador de los males del colonialismo o su entrega al nacionalismo irlandés por el que le colgarían la etiqueta de traidor. Hay otra parte de su vida, la de su supuesta homosexualidad, que Vargas Llosa no esquiva. Sobre todo porque fue en torno a unos diarios, de cuya autenticidad todavía se duda, sobre lo que se montó la campaña de los servicios secretos británicos para desprestigiarle, y que retrasaron su reconocimiento como héroe en Irlanda durante décadas.
La obra de Vargas Llosa está atestada de datos históricos, de personajes reales, de hechos importantísimos para la historia de Irlanda o para las denuncias del horror del colonialismo europeo. Y es verdad que don Mario intenta acercarnos una parte más íntima del personaje, pero creo que esa es la más floja. Le falta un poco de alma. En todo caso "El sueño del celta" va a figurar entre una de sus grandes e imprescindibles obras.

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