
Marcus Goldman es un joven escritor que acaba de dar el pelotazo y se ha convertido en toda una estrella. Pero llega el momento de demostrar que lo suyo no fue solo un momento, tiene que entregar una segunda obra y la ansiedad se apodera de él, no solo porque no sabe si estará a la altura, sino porque no tiene la menor idea sobre lo que escribir. Es entonces cuando decide recuperar a su mentor, un afamado escritor al que tuvo como profesor en la universidad, que supuso una enorme inspiración para él y le dio el empujón definitivo para dedicarse al mundo de las letras. Este es Harry Quebert, que reside en una pequeña población costera, viviendo casi de las rentas de su propio éxito literario. Lo que no se esperaba Marcus es toda una catarata de acontecimientos que llevarán a Harry Quebert a prisión, acusado del asesinato de una niña de quince años, mas de treinta años antes, con la que vivió un apasionado romance justo antes de desaparecer, y que le inspiró además la obra que le consagró como autor. Obviamente no voy a contar más, pero como es fácil de imaginar la investigación, en la que Marcus, siempre convencido de la inocencia de Harry, se involucrará a fondo, destapará un sinfín de secretos y mentiras que desmentirán la plácida atmósfera que parecía reinar en la pequeña localidad. Hay muchísimos elementos interesantes en la novela, más allá de la investigación sobre el caso. Por ejemplo la reflexión a que nos conduce el linchamiento moral y profesional de alguien que sólo un momento antes era un autor de prestigio y que es tachado sin contemplaciones de criminal, pederasta y perverso. En definitiva una novela interesantísima que conviene leer despacio, si la impaciencia por conocer el desenlace no nos lleva a leerla apresuradamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario