Datos personales

GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

sábado, 21 de marzo de 2015

EL CEREBRO DE ANDREW

Doctorow, uno de los grandes de la narrativa norteamericana contemporánea, se aparta de sus tradicionales novelas de base histórica para adentrarse en otra historia, la que ha quedado en el cerebro de Andrew, sus vivencias, su memoria, las coincidencias o no con una realidad vista a través de su cerebro. La novela es casi un largo monólogo, salvo por breves frases intercaladas de cuando en cuando que nos indican que puede estar contando su historia a un doctor o a un psicólogo o psiquiatra. Andrew va desgranando, de forma muy desordenada, como si intentara trasladarnos sus pensamientos, lo que ha sido su vida hasta entonces.Dos tragedias que le han marcado irremediablemente y que probablemente le haga presentarnos una realidad un tanto alterada precisamente a causa del sufrimiento. Y eso a pesar de que intenta, en todo momento, presentar su narración desde un plano distante, como forzándose a ser objetivo. Pero en el fondo subyace una enorme resignación ante los percances de la vida y su huída de ciertas responsabilidades no ayuda a explicar por qué la tragedia se ha cebado de esa forma con él. Un hombre que, en principio, lo tenía todo para llevar una vida apacible, un profesor universitario que pudo tener un futuro prometedor como investigador pero que, por los golpes de la vida, acaba primero en una universidad de medio pelo y luego en un despacho en el sótano de la Casa Blanca por una extraña relación de su pasado.
Atrapa esta novela. Y eso en que hay momentos en que parece que no da más de si. Momento en el que Doctorow da un giro inesperado y vuelve a atraparte. Una gozada en todo caso, para disfrutar con la buena literatura.

No hay comentarios: