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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

domingo, 23 de octubre de 2016

LA VIDA FÁCIL

No es fácil acercarse a una novela que, muchos, demasiados, ya han colocado en un pedestal sin haberla leído siquiera. Y es que solo el nombre del autor puede provocar un reconocimiento previo que hasta puede ser inmerecido. El autor es Richar Price, premiado y aclamado por su trabajo como guionista de The Wire, una de esas series "de culto" que ni he visto ni tengo intención de ver. Es autor también de guiones cinematográficos de éxito, como "El color del dinero", y además tiene publicadas varias novelas.
Con estos mimbres todo aboca, a cualquiera que se acerque a esta novela, a sentirse predispuesto ante un texto que le debería dejar con la boca abierta, sea por sus diálogos, en los que dicen que es un maestro, o por la trama.
Pues....no. A mi la historia me ha parecido una más. Un crimen, la consiguiente investigación policial, unas declaraciones que no cuadran y las dificultades y golpes de efecto habituales, hasta colgar el happy end de toda buena historia americana. Me suena casi todo en esta novela ambientada en un barrio difícil de Nueva York. Me suena lo de las declaraciones contradictorias de víctimas y testigos. Me suena el papel del policía protagonista, incomprendido y ninguneado por sus superiores y agobiado por sus problemas personales. Me suena lo de la astuta compañera, la policia hispana que se mueve como pez en el agua en ese barrio marginal en el que creció. Me suena lo de las repercusiones emocionales en la familia del asesinado. Y me suenan los miedos del compañero de la víctima, víctima a su vez de cobardía, agobio y negación que influirán en su testimonio.
En fin, tampoco está tan mal. Solo que es una historia mil veces contada, en la que no veo  atisbo alguno de originalidad. Si uno no tiene nada mejor a mano, vale para pasar el rato. Pero lo suyo sería buscar una alternativa. Así no acabaría uno con tanta sensación de haber perdido el tiempo.

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