martes, 28 de febrero de 2017

UNA HISTORIA SENCILLA

A veces no está mal echarle un vistazo a otro tipo de narraciones, que no sean novelas, porque nos aportan una visión distinta y más pegada a la realidad, aunque lo que se cuente  nos sea muy lejano. Es el caso de este trabajo de Leila Guerriero que tiene mucho de reportaje periodístico, pero que bien podría ser un relato costumbrista. Y es que la autora, por otro lado periodista, se adentra en la Argentina profunda para descubrirnos un festival de baile desconocido en el resto del mundo y poco conocido en su país. Y lo hace para retratar la pasión  de unos pocos para participar en un concurso durísimo en el que ganar tiene el siempre gratificante título de ser el mejor, pero que al tiempo pone fin a su carrera como bailarín en esa especialidad, ya que no podrá volver a participar en ninguna competición de baile de este estilo nunca más. Durante un año, el ganador será casi un dios para esa minoría seguidora de esta danza, y hará giras por el país para luego acabar, en el mejor de los casos, como preparador de futuros bailarines.
El baile en el que se fija Leila  Guerriero es el malambo, prácticamente reservado a hombres, que se preparan durante años, con una disciplina durísima para participar en el campeonato "mundial"de Laborde, una minúscula población perdida en el centro de Argentina. A ese festival acuden bailarines de todo el país, casi todos cortados por el mismo patrón: chicos jóvenes, de medios rurales o barriadas, muchos son serias dificultades económicas, con una preparación exhaustiva y muy sacrificada tanto física como económicamente, que se lo juegan todo en un concurso en el que no hay gratificación económica, sólo el inmenso orgullo de ser el mejor. 
La autora se ha fijado pues en uno de esos concursos épicos, alejados de los focos mediáticos, arraigados a la tierra y cuyas claves, satisfacciones y decepciones, comparten muy pocos. Y lo hace siguiendo la trayectoria de uno de esos bailarines a lo largo de un año, para comprobar la disciplina y voluntad de hierro de la que hacen gala casi todos los participantes.
En definitiva un relato reportaje que tiene un punto de fascinación, pero que va poco más allá de la anécdota en este mundo global en el que vivimos.

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