Ottavio Cappellani es uno de los valores más interesantes de la reciente narrativa italiana. Nacido en Catania sabe muy bien de lo que escribe y de ahí lo creíble de esta historia que transcurre casi toda en su región y también, en parte, en Nueva York. Es esta otra novela en torno a la mafia y sus relaciones internas, aunque en este caso afirmada sobre un fondo entre cómico y amargo. Siguiendo al nieto de un conocido mafioso italonorteamericano y neoyorquino, que tiene que tomarse una vacaciones en Catania después de que sus oficinas de productor cinematográfico, en las que se lavaba dinero, volara por los aires, vamos entrando poco a poco en las formas y modos de hacer de la mafia local. Cappelani va describiendo la cotidianeidad de la vida en la zona, donde un capo de escaso vuelo, el tío Sal, ve la oportunidad de su vida de conquistar más poder, aprovechándose de la presencia del nietísimo y del asesinato, ¿casual?, de un sargento de la policía en un atraco chapucero en una tienda "límpia". El ambiente se completa con unas barbacoas surrealistas, organizadas por el sobrino peluquero de Sal, y de asistencia obligatoria. La historia se les irá de las manos, hasta el punto de que el abuelo Sciortino se verá obligado a trasladarse a Catania para poner las cosas en su sitio.Es una novela muy interesante que profundiza en el día a día de los mafiosillos que pululan por la zona y que marcan la vida del lugar. Nada sin ellos y poco con ellos. Un mundo estrecho, cerrado, en lo que todo parece estar bajo el control absoluto de unos pocos. El autor conoce a fondo de lo que escribe, no en vano lleva años trabajando en varios periódicos locales, sobre todo en el "Sicilia" y tuvo entre manos material de primerísima calidad para escribir esta novela que, a pesar de insistir en un tema ya conocido, no por ello tiene menos mérito.
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