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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

jueves, 30 de julio de 2009

El LÉMUR

El escritor irlandés John Banville se atrinchera tras su psudónimo Benjamín Black para vender esta novela de trama negra que, a pesar de los comentarios elogiosos de colegas de mucho renombre, que aparecen en la contraportada, es bastante decepcionante. Sí es verdad que tiene los ingredientes habituales, sus dosis de violencia, asesinatos, adulterios, personajes todopoderosos y sin escrúpulos..Y tiene también un sinnúmero de tópicos, desde el listillo informático que todo lo sabe, el periodista curioso que todo lo husmea y el que se cae del guindo, además protagonista, incapaz de oler la mierda aunque la tenga en casa. El lémur, un pequeño primate que sobrevive sólo en Madagascar, es el título elegido para esta novela, y con él define el prota, John Glass, al informático sabelotodo que quiere contratar como apoyo a su investigación. Y es que quiere saber todo acerca de su suegro, Bill Mulholland, un multimillonario que antes estuvo en la CIA, y por tanto con un pasado de lo más turbio, y que curiosamente le ha contratado para que escriba su biografía. Glass es un periodista de cierto prestigio, venido a menos, y que últimamente no vive más que para su amante y para quejarse de lo mal que le va con su esposa oficial, la hija del susodicho multimillonario. La historia tenía posibles, porque algunos de los personajes son todo un filón, pero el autor prefiere apostar por los pequeños detalles y aburre con su obsesión por contarnos lo que visten y calzan, como si eso tuviera algún interés para la trama, que no lo tiene. En fin. Un desperdicio. Pero hasta los grandes meten la pata, por mucho que sus amiguetes le echen una mano y le pongan por las nubes.Totalmente descartable.

1 comentario:

Fuensanta Niñirola dijo...

Vaya, no sabía lo del seudónimo de Banville. Hace poco le leí "El mar", que me gustó,pero no parece tener nada que ver con ésta que cuentas. Quizás por eso eligió un seudónimo...