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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

PAZ


PAZ. Un curioso título para un relato de guerra. La novela, de apenas doscientas páginas, va más allá del episodio bélico para concentrarse en el dilema moral que se plantean los miembros de una patrulla, cuyo sargento asesinó a sangre fría a una mujer desarmada, descubierta junto a un oficial alemán que previamente mató a dos soldados norteamericanos en un control de carretera. Ese debate moral, sobre si deberían denunciar o no al sargento, sobre si la muerte de la mujer estaba o no justificada, transcurre a lo largo de varios días en los que tres de los miembros de la patrulla, guiados a la fuerza por un anciano italiano, deben subir una montaña, en condiciones muy penosas, para comprobar si hay unidades alemanas en la zona, estamos en Italia en 1941, si están atrincheradas o si van en retirada. La atmósfera, verdaderamente asfixiante, ya que hace un frío extremo, llueve a mares e incluso nieva, hace penoso no ya el camino, sino las reflexiones de los integrantes de la patrulla, que no dejan de rememorar su vida anterior, su América feliz, la injusticia de estar en una guerra en la que pueden morir. Afloran además los miedos más primarios, la inseguridad, la desconfianza. Hay una mezcla de amor y odio entre ellos, que unas vez se ven como aborrecibles e inaguantables y luego se convierten en extremadamente solidarios, casi hermanos, cuando la lucidez se impone por la consciencia de que es su única posibilidad de sobrevivir. Richard Bausch, prolífico autor norteamericano de cuentos y novelas, logra atraparnos en esa difícil atmósfera de miedo y esperanza, de desesperación y agobio, de frialdad y pasmo. La muerte lo sobrevuela todo y los momentos, cambiantes, justifican las variaciones, a veces contradictorias, en el debate moral que se plantean. El ruido de la guerra no logra sofocar esa lucha individual por mantener una cierta coherencia personal, un mantenimiento de los valores compartidos. En definitiva, la novela es una excelente inmersión, una forma distinta de acercarse al fenómeno de la guerra, que me ha atrapado y me ha recordado las magnificas series para televisión HERMANOS DE SANGRE y THE PACIFIC, que produjeron Spielberg y Tom Hanks.

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