
Lanchester, quizá siguiendo la moda de starups como Instagram, ofrece una serie de instantáneas que, en conjunto, ofrecen un gran fresco de la situación puntual que se vivió en el 2008. Para ello elige Londres y de esa ciudad una calle, Pepys Road, que existe en realidad pero que nada tiene que ver con la de la ficción. Y en esta calle, que nació décadas atrás con edificios que daban cobijo a una emergente clase media, hacemos el seguimiento de cuatro de esas casas que cobijan a varios prototipos. Petunia es la única que vive desde que nació en esa calle, tiene cáncer, su esperanza de vida es muy corta, vive sola y casi aislada por un jardín que crece sin control alguno; en otra de las casas reside la familia de Roger, un alto directivo financiero, de los recien llegados, de los que invierten una verdadera fortuna en reformar la casa y participa en la maniobra especulativa que recorre toda la zona; una familia que derrocha a troche y moche y a la que la crísis pondrá en la picota; una casa más está habitada por inmigrantes paquistanies, que tienen en el bajo su negocio de alimentación, y en la que cohabitan una matrimonio de costumbre relajadas, con dos hermanos del marido, uno de ellos coqueteando con el radicalismo islamista. El foco se desplaza hacia una cuarta casa, alquilada por un representante futbolístico que se trae a un joven senegalés a probar fortuna en la premier.
Las vicisitudes por las que pasan cada uno de estos núcleos se ven completadas por las de un joven albañil polaco, que sueña con amasar la mayor cantidad de dinero posible para regresar a su país, una inmigrante ilegal de Zimbabue que espera conseguir asilo pero teme la deportación, una española que cuida niños, o un artista de instalaciones experimentales que apuesta por revalorar su obra a base de cuidar del anonimato.
Toda una serie de personajes que nos ofrecen un reportaje muy completo de la sociedad de estos años, marcada por la especulación financiera e inmobiliaria, las tensiones raciales y la creciente presencia del islamismo radical, la sobrevaloración de la cultura extrema, el derroche, la inmigración...Tensiones de una sociedad que parece vivir un fin de ciclo que se adivina a muy corto plazo. Si además está escrita con una gran habilidad, tenemos un texto casi perfecto para regodearnos en un contexto social que nos suena, y mucho. En fin, interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario