miércoles, 30 de septiembre de 2015

EL LIBRO DE RACHEL

No tengo muy claro cómo acabó este libro en mis manos o, mejor dicho, en la pila de las lecturas inmediatas, ni por qué me decidí a leerlo. Martin Amis no es un tipo que me apasione especialmente, aunque ha habído novelas que me han gustado, y abordar su primera novela, de los primeros setenta, no aparecía entre mis planes inmediatos. Pero, bueno, el esfuerzo no fue para tanto, aunque bien me hubiera podido ahorrar ese tiempo de lectura para textos de mayor interés.
Y es que esta novela de juventud, del autor, sembrada de guiños autobiográficos, no se cuenta entre sus mejores obras y además está centrada en el siempre recurrente argumento de la adolescencia, o mejor del paso a una cierta madurez.
Y así, casi sin comerlo ni beberlo, me ví embarcado en las ensoñaciones, pataletas, conflictos y decisiones adolescentes en las que parece que se juega la vida misma, de un tal Charles Highway que a punto de cumplir los veinte años se da cuenta que no se ha acostado con una mujer de verdad, más allá de las aventureras con sus compañeras de instituto, y se propone ponerle remedio. De cómo lo hizo, o no, lo vamos conociendo en una especie de relato minuto a minuto del día antes de cumplir esos años.
Martin Amis despliega aquí toda la parafernalia de tormentos, cambios de humor, borracheras sin sentido, coqueteos con drogas, folleteo sin precaución, disputas familiares y la inevitable idealización de una tal Rachel, a cuya conquista se dedica en cuerpo y alma, como si le fuera la vida en ello, no se sabe si para cumplir su objetivo o porque realmente le gusta. 
Aunque la novela tuvo un premio en su día, no está entre las mejores del autor y tiene un interés relativo, probablemente para aquellos interesados en los atormentados tiempos que viven los adolescentes de cualquier tiempo y lugar. No es mi caso.

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