martes, 24 de octubre de 2017

PUREZA, de Jonathan Franzen

Finalmente me metí en esta extensa novela, setecientas páginas de Franzen, después de haberlo dudado mucho tras la lectura de LIBERTAD. Dudaba sobre todo porque cuando llegó a las librerías no faltaron los que con rapidez inusitada, y seguramente sin leerla, llegaron a proclamarla como "la gran novela americana", esa que se espera desde hace décadas como si de un nuevo mesías se tratara. Pero más allá de las obsesiones de los autores y prensa norteamericana, estamos ante otro ejemplo de esa frescura en la escritura que caracteriza a muchos autores estadounidenses. Y Jonathan Franzen pertenece a ese club en el que se mezcla un cierto lenguaje muy visual junto un descenso, a veces extrema, de la descripción de los detalles.
Una vez nos encontramos con varias historias entrelazadas, cuyo nexo es una joven, Purity, a la que coloquialmente se la conoce por Pip, que tras finalizar en la universidad trabaja en lo que puede para intentar hacer frente al pago del crédito que tenía para poder estudiar. Es hija de una Anabel, de la que pronto adivinamos que vive en la pura excentricidad, y que le oculta uno de los secretos que más quiere desvelar: quién era su padre. La pregunta nunca obtiene respuesta clara de su madre, que cada vez le cuenta una historia a cual más rocambolesca.
Esa obsesión por encontrar a su padre la va a llevar a contactar con Andreas Wolff, lider de Sunlight Project, una organización similar al Wikileaks de Julian Assange, a quien Andreas odia con todo su alma. Andreas es un pájaron de cuidado, disidente consentido en la RDA  que vive sus últimos estertores y reconvertido en Robin Hood de la informática para denunciar todo tipo de abusos. Perseguido por muchos, está refugiado en la selva boliviana desde donde opera. Andreas en su tiempo conoció a un periodista norteamericano, John Aberand, también dedicado a la investigación, pero de algún modo enfrentados. En medio de ambos aparecerá Pip y poco a poco se van desvelando historias muy reveladoras del pasado de todos los personajes.
En fin. Entretenida a ratos. Demasiado extensa otros. Con historias que ya suenan demasiado. Demasiadas páginas para tan poca chica. Y los que esperan la gran novela norteamericana, tendrán que seguir esperando.

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