lunes, 1 de agosto de 2022

PARAÍSO, de Abdulrazak Gurnah

Nueva incursión en la literatura africana, aunque escrita en inglés originalmente. Acercamiento a la obra de Abdulrazak Gurnah, reciente premio Nobel de Literatura para sorpresa de muchos, incluido el que escribe, pero por puro desconocimiento. La concesión del premio supuso la reedición de una de sus primeras obras, PARAÍSO, que data de 1994, y que es tenida por una de las más completas del autor.

PARAÍSO transcurre en los primeros años del siglo veinte, en el África Oriental, un territorio que hoy identificamos con Tanzania. El personaje central es Yusuf, al que conocemos con 12 años cuando es entregado por su padre al comerciante Aziz, para el que trabajará más como esclavo que como sirviente para pagar una deuda. Siguiendo la vida de Yusuf iremos conociendo a otros personajes que nos van a permitir conocer la diversidad de razas y culturas que conviven, y al tiempo pueden enfrentarse en ese territorio en vísperas de la colonización europea, en este caso alemana. Un sistema social que mantiene un difícil equilibrio entre indios, musulmanes y nativos africanos, con sus correspondientes castas y control de actividades.

Es una África bien distinta a la que nos han descrito los escritores europeos, una visión desde dentro que nos presenta un nuevo enfoque de la esclavitud, de las relaciones entre tribus y sociedades a veces poco permeables, que nos permite ver un interior del continente que puede ser a la vez un paraíso o un territorio terrorífico. Una novela que nos habla de la importancia de la tradición oral, de la negociación y el comercio, de las tradiciones, de los olores y colores descritos como pocas veces. Un sistema social que prácticamente se desmorona con la llegada de los alemanes y con ellos de la llegada de la Primera Guerra Mundial a ese territorio africano.

En definitiva una excelente visión, muy distinta, de África, con una forma de narrar que puede sorprendernos y que nos enseña que incluso los paraísos tienen lecturas bien distintas en función del ojo que los contemple.

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