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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

martes, 25 de noviembre de 2008

El sitio de Krishnapur

De cuando en cuando merece la pena sumergirse en una de esas historias épicas en las que los británicos son auténticos maestros. Es el caso de "El sitio de Krishnapur" primera novela de una trilogía de J. G. Farrel que, en la mejor línea de la literatura británico-colonial, nos retrotrae a la época de la dominación de la India, cuando las tropas y delegados de su Graciosa Majestad campaban a sua anchas por aquel enorme y populoso territorios convencidos de que la suya era una causa superior, el llevar a aquellas atrasadas gentes la civilizada formade vida europea, eso sí, ellos unos cuantos escalones por encima y sin mezclarse, válgame el cielo.
Aunque la truducción es bastante penosa, todo hay que decirlo, no lo es tanto como para impedirnos apreciar una forma de escribir puesta al servicio del Imperio, pero en la que no falta la autocrítica con ese envidiable sentido británico de saber reirse de si mismos, a veces con extrema crueldad. La historia cuenta la apacible vida, a mitad del XIX, en la remota colonia de Krishnapur, donde todo transcurre bajo una aparente monotonia y donde cada personaje rivaliza con los demas en sus excentricidades o su capacidad para dedicarse en cuerpo y alma a reforzar su posición de diletante y por tanto en experto en cualquier nimiedad, siempre bajo la sombrilla del progreso. La artificiosidad de semejante grupo social será puesta a prueba por la rebelión de los cipayos que, en un momento, derrumban la estructura político-militar británica en la zona y someten a asedio a los british de la colonia, atrincherados en la residencia del Recaudador.
La novela combina con pasmosa facilidad el dramatismo de la situación, los momentos heróicos que se viven durante el sitio, con hilarantes debates sobre el progreso humano, las teorías sobre inteligencia y tamaño de las cabezas, la existencia de Dios, la transmisión del cólera o la capacidad o incapacidad de los indios para asumir el progreso, mientras los más jóvenes se dedican, hasta el ridículo, a la galanteria.Al tiempo Farrell, que falleció en 1979 con poco más de cuarenta años, disecciona maravillosamente el sistema de clases británico que influye en cosas tan tremendas como la distribución de alimentos.
No es la bomba, pero es una novela entretenida, divertida y que nos permite conocer algo más uno de los aspectos del ya fenecido imperio británico. En todo caso, recomendable.

1 comentario:

Fuensanta Niñirola dijo...

Hola, acabo de dar con esta entrada porque estoy leyendo el libro, que me parece francamente bueno, y quería ver otras opiniones. Comparto prácticamente todo lo que dices en tu entrada, y aun diría más, es precisamente su sentido del humor lo que hace tan atractiva su lectura, ya que acabo de terminarme un libro de relatos de Kipling, y claro, esto es un punto de vista completamente opuesto y sin embargo, sigue exhalando su perfume británico. británico.
En fin, me alegro de haber leído y descubierto por ese medio este blog, al que iré echando un vistazo periodicamente, ya que también figura entre mis aficiones la literatura.
Saludos!