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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

lunes, 3 de noviembre de 2008

VIDA Y DESTINO


Hace ya algunas semanas que finalicé este libro. Fue allá por el verano, pero lo he dejado estar porque el poso que te deja es tan inmenso como la obra misma. De las referencias que he leído hay quien compara la novela con "Guerra y paz". hay quien más que ver rastros de Tolstoi los ve de Chéjov. Lo cierto es que estamos ante una pieza de envergadura, no sólo por el número de páginas, sino por la ambición de lo que cuenta. Su autor, Vasili Grossman, fue un autor soviético, probablemente uno de los mejores, que sobrevivió a la segunda Guerra Mundial, al holocausto nazi y a la represión estalinista. Intentó publicar la novela en los años sesenta, por el KGB se lo impidió y no pasó por la imprenta hasta los ochenta, aunque en España hayamos tenido que esperar mucho más. Estamos sin duda ante el gran fresco de la Segunda Guerra Mundial pintado desde el lado soviético, por un judio que creyó en la promesa soviética y que, a pesar de los desengaños, siguió fiel a su ideología. Fue cronista de guerra, estuvo en aquella terrible carnicería de Stalingrado, y fue uno de los primeros en contar las masacres de judios en Ucrania y Polonia por los nazis. Su madre murió en un campo de concentración alemán en Ucrania, al igual que algunos de sus conocidos. A otros la furia estalinista les arrastró a la muerte en los gulags siberianos. Vida y destino es una obra enorme que gira en torno a Vikto Shtrum, en el que aparecen numerosos datos autobiográficos, y a través de él vamos conociendo a un sinnúmero de personajes que nos permíten conocer la tragedia de aquellos años en distintas escalas. Las descripciones de los campos de exterminio nazis o el día a día en Stalingrado están entre lo más conseguido. Pero nada escapa a su mirada, lo que le permite trazar una profunda reflexión sobre el fascismo y el comunismo, y desmarcarse claramente de todo régimen totalitario, y todo sin abjurar de su condición de soviético. Si la descripción de los campos de la muerte alemanes es aterradora no lo es menos la arbitrariedad de la Unión Soviética de Stalin, donde, con cualquier excusa, cualquiera podía caer en desgracia y donde muchos tienen que renunciar a todos sus principios aunque sólo sea para mantenerse vivos. Desgraciadamente la forma de escribir de Grossman parece un poco anticuada y carece del atractivo de otras novelas, te engancha a duras penas y a ratos resulta un tanto tediosa. Pero parece que todo lo sacrificó para dejar un testimonio impecable de aquella época, abarcando desde las cosas más pequeñas a los grandes debates teóricos y todo en un escenario de guerra. Me parece que es una de las obras imprescindibles y que el esfuerzo por leerla merece mucho la pena.

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