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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

miércoles, 9 de febrero de 2011

AGOSTO, OCTUBRE


No llega a 150 páginas esta novela cor de Andrés Barba, jovenescritor madrileño, que ya tiene otras cinco obras anteriores, una de ellas compartida. "Agosto, octubre" aborda el un tanto manido mundo de la adolescencia, sus vivencias apasionadas y extremas, pero lo hace con una cercanía que es de agradecer, especialmente en la primera parte de la novela, cuando alcanza sus mejores momentos en la descripción de los sentimientos, pasiones, temores y vivencias de Tomás, ese joven de catorce años que, como era de esperar, aprenderá de todo en esas vacaciones de verano que disfrutará con su familia y en las que cambiará todo, desde su visión de la gente que le rodea engeneral a su familia en particular y su forma de relacionarse consigo mismo.
El mundo de Tomás se va a poner practicamente al revés al llegar a ese lugar de vacaciones, el de todos los años, en un pequeño pueblo costero donde reside una tía, gravemente enferma.A los apretones propios de la edad, la obsesión sexual, las relaciones con la gente de su edad, la más próxima y la que viene envuelta en un halo de violencia, se le une el cambio de percepción de sus más cercanos, su padre y hermana, y el paso de la muerte muy cerca, quizá su primera vez para comprobar lo efímero de la vida.
Andrés Barba trata con cariño a todos los personajes, incluso lo más agresivos, y eso le permite trazarnos unos perfiles muy cercanos, algunos hasta reconocibles . No está de sobra una novela de este tipo de cuando en cuando, aunque el primer vistazo nos eche para atrás. Demuestra que nunca está todo dicho.

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