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GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

MARIA CHAPDELAINE

LOUIS HÉMON fue un periodista francés, abogado y experto en lenguas orientales que a los treinta años sintió el tirón de la aventura y decidió irse a Canadá. Eligió además uno de los lugares más duros, el norte, donde el clima tiene fuerzas sobrenaturales, donde los inviernos parecen no tener fin y los veranos son apenas un suspiro. Un vida durísima que se aguanta cuando uno sabe que quiere ser pionero e intentar la difícil tarea de domeñar a la naturaleza. Se estableció en una granja de Péribonka como trabajador y allí vivió las experiencias que plasmaría en esta novela, Maria Chapdelaine, que forma parte del imaginario histórico canadiense, y sobre todo de Quebec, cuya identidad contribuye a reforzar.
Es una novela de sabor antiguo, que refleja el esfuerzo y el gusto por las cosas pequeñas. Que habla de las desventuras y la sencillez con la que afrontan la vida esos pioneros que no dejan de maravillarse ante una naturaleza inmensa que los maneja a su gusto
Es un viaje a las cosas primeras, al esfuerzo titánico por arrancar a una tierra virgen sus primeras cosechas, por hacer retroceder a un bosque que al menor descuido recupera terreno, por sobrevivir en una tierra de nieves y vientos glaciales que se adueñan del territorio de Octubre a Mayo. Es también un viaje a la soledad, al valor de los vínculos familiares, a la resignación de renunciar a una vida más cómoda, a la capacidad para sobreoponerse a la escasez de recursos. Les queda la oración, la satisfacción ante el trabajo bien hecho, el disfrute de las raras reuniones sociales, la querencia por autorrealizar el sueño de toda una vida.
La novela parece un poco trasnochada a estas alturas. Tampoco mantiene una tensión narrativa vivaz. Más bien hay que acercarse a ella como un vistazo a una época pretérita, de valores distintos, un tiempo ya dejado muy atrás pero que es mirado con orgullo por los canadienses. Su historia es corta y sus orígenes están ahí. La novela gira en torno a la familia Chapdelaine, y sobre todo en torno a la hija mayor, María, la que tiene ante sí el dilema de continuar su vida en la granja aislada de sus padres o compartiendo la vida con un campesino de la zona, o irse a Estados Unidos donde un pretendiente le asegura una vida cómoda, en una ciudad llena de diversión y posibilidades. El final es previsible y la novela es todo un poema al Quebec rural en su etapa más dura.

1 comentario:

Unknown dijo...

Maria Chapdelaine es un clásico de la llamada literatura del terruño en Québec: Poder de la Iglesia, campo, mujeres serviles, hombres rudos que colonizan una tierra inhóspita y el amor por un Québec rural y conservador que hoy no existe. Esos son los ingredientes básicos de este cóctel de nostalgias.