
De nuevo me acerco a Patrick Modiano, confiado en sacarme la espina de "En el café de la juventud perdida", que no me convenció del todo. Elegí esta vez "Villa Triste", una sugerente historia de los años sesenta, contada en primera persona por un joven de apenas 18 años, cuya identidad no se declara, pero que en un momento determinado, puesto en la disyuntiva de decir su nombre recurre al de conde Victor Chmara.. El joven, al parecer de posibles, llega a una pensión en una de esas ciudades balneario próximas a Ginebra, aunque en la parte de Francia, donde la burguesía de la época pasa el verano. Allí conocerá primero a una joven local, con ínfulas de actriz, Yvonne, y a un médico que se dedica a misteriosas actividaes, Meinthe, que además manifiesta constantemente su profunda admiración por Astrid, reina de los belgas, hasta el punto de usurpar nombre y título. A través de estos tres personajes, Modiano va diseccionando la vida ociosa de esa localidad y la de las gentes que allí pasan las vacaciones, ajenos a la tragedia de la guerra en Argelia. En realidad es una historia de una amor de verano más, con algunos personajes peculiares, en la que el autor se siente muy cómodo. Esta claro que a Modiano le encantan las distancias cortas y diseccionar, para ofrecer en partes, esos retratos y clarooscuros de los distintos personajes. En fin, no es para tirar cohetes, pero sí un interesante acercamiento a una sociedad que ya es pasado y perfectamente olvidable.
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