miércoles, 30 de abril de 2008

UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO


















LLegué a este libro de Mijaíl Y. Lérmontov por la referencia que hay en "Las benévolas" de este autor que cautivaba al protagonista, del que hablaba cuando él tambien pasó por el Cáucaso, en su caso durante la ocupación nazi.
Ha sido una oportunidad interesante de acercarme a uno de los autores rusos de culto, al que se equipara con Pushkin o Tolstoi. Y eso, a pesar de que murió muy joven, recien cumplidos los ventiseis años, pero de la forma romántica que se moría entonces, en un duelo, y frente a un compañero de armas. Lérmontov es uno de los representantes más importantes de las letras rusas y refleja como pocos el paso del romanticismo al realismo en las primeras décadas del siglo XIX. La suya fue una vida casi paralela a la de Pushkin y fue precisamente un escrito muy crítico con los que no quisieron evitar el duelo en el que murió el gran poete el que le llevó al destierro a tierras caucásicas. Peterburgués de pro, Lérmontov abominó de muchas de las esencias de la sociedad capitalina rusa para ensalzar los valores que descubrió en el Cáucaso. "Un héroe de nuestro tiempo" es la última de sus novelas, finalizada en 1840. La escribió en su segundo destierro y a través del "héroe" Pechorin nos muestra una visión cínica de la "buena sociedad", yel desencanto ante su propia vida , al tiempo que nos ofrece un retrato inmejorable de los paísajes y gentes del Cáucaso, donde Rusia ejercía entonces ya de ocupante y donde ya luchaba contra los irreductibles chechenos. La novela, tal y como analiza en el prólogo de esta estupenda edición de Nórdica Libros, Vladimir Nabokov, nos presenta a Pechorin desde cinco planos distintos, que van desde lo que nos cuenta un viajero que regresa de Tiflis, al diario del propio Pechorin. Una curiosa estructura que nos permite conocer desde distintos ángulos al personajes. Para quien no hay leido literatura de esa época puede que en algunos momentos la novela se le haga un poco empalagosa, tirando a cursi. Pero conviene recordar el momento en que se escribió, el estilo de entonces, el afrancesamiento de las letras y de la sociedad rusa....Todo vale, sin embargo, para conocer no ya la forma de pensar y comportarse de entonces, sino el territorio que sirve de fondo y loos valores en boga en aquella época, tan distintos a los actuales, pero muy extendidos por Europa. En todo caso merece la pena echarle un vistazo. Está garantizado que estamos ante uno de los grandes de la Literatura Rusa, que nos puede ayudar a echarle el diente a otros huesos más duros, pongamos por ejemplo a Tolstoi.

No hay comentarios: