Datos personales

GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS
Un lector por libre. Leo lo que me apetece en cada momento, lo que encuentro, por ejemplo rebuscando en la biblioteca pública, o cualquier título que me llame la atención en una librería. No soy metódico, me dejo influir, qué remedio, por lo que va saliendo, pero guardo un mínimo espíritu anárquico para que no todo sea al dictado. Este blog no pretende ser guía para nadie, ni una recopilación de críticas. Sólo reseñas de lo que cae en mis manos.

lunes, 15 de diciembre de 2008

MOTÍN EN LA BOUNTY


John Boyne, el irlandés que se hizo famaso con "El niño con el pijama de rayas",realiza una nueva aproximación al ya un poco trillado motín en la fragata Bounty para realizar una versión más aproximada a la realidad, teniendo en cuenta las últimas investigaciones históricas, y reparar el honor y la fama del denostado capitán Bligh. La historia es de sobra conocida, tanto por las novelas anteriores sobre el mismo asunto como por las versiones cinematográficas. Boyne utiliza en este caso como narrador a un chaval de quince años, Turnstile, enrolado tras ser pillado intentando robar a un caballero en Portsmouth, y que a durante la travesia será el criado del capital. La Bounty parte hacia Tahití, en una travesía llena de dificultades, para llevar a las Antillas británicas el llamado árbol del pan, que se pretendía utilizar para alimentar a los esclavos. Siguiendo la ruta marcada antes por el legendario capitán Cook llegan a Tahití, recogen los dichosos árboles y cuando inician el viaje de vuelta se produce el motín. Hasta ahora las versiones que conocíamos presentaban al capital Bligh (repesentado en el cine por Charles Laughton, Trevor Howard y Anthony Hopkins en las distintas versiones) como un tipo cruel y tiránico, cuando no temerario y de alguna manera se justificaba la rebelión encabezada por un glamuroso Fletcher Christian, al que en el cine dieron vida Clark Gable, Marlon Brando o Mel Gibson. La versión que nos ofrece Boyne, más ajustada parece a la realidad, presenta al capital Bligh como el típico ejemplo de la armada Británica, leal, preocupado por su tripulación y hombre de honor y a Christian como a un ambicioso niño rico que no quiso renunciar a los placeres que las nativas le proporcionaban en el paraiso tahitiano. Boyne está esplándido en la narración, día a día, de la heróica travesía que el capital Bligh y otros 17 tripulantes tuvieron que hacer en un pequeño bote desde el punto de la rebelión hasta Timor Oriental. A mi juicio se le va un poco la mano en las retrospecciones que de una forma demasiado insistente hace Turnstile sobre los abusos sufridos en Portsmouth a cargo de un tal Lewis que se dedicaba a recoger huérfanos y usarlos como carnaza para pederastas. Pero la novela, en general, es una delicia y se lee de un tirón a pesar de lo manido de la historia. Absolutamente recomentable.

lunes, 8 de diciembre de 2008

EL TERCER HERMANO

Esta es la segunda novela de Nick NcDonnell uno de los "nuevos valores" de la narrativa norteamericana. Se le descubrió con Twelve, que no he leído, y ahora dicen que se confirma con esta y que es algo así como el sucesor de Easton Ellis. Bueno, la novela no está mal. De hecho, a falta de retos mayores, se lee de un tirón y en un ratico. El protagonista es un "niño rico" neoyorquino, ya crecidito y miembro de una familia oficialmente felíz e internamente desestructurada, con un hermano que lleva todas de convertirse en un perdedor, cómo les gusta allí esa figura, y unos padres que se pegan el día discutiendo y bebiendo. Hasta ahí nada fuera de lo habitual.
La novela transcurre en dos escenarios: Bangkok y el Nueva York del 11-S. Me gustó mucho la parte de Bangkok porque logra trasladarte a ese submundo de turistas que acuden a la capital oriental en busca de drogas y sexo barato y a ese otro submundo de extranjeros, ya mayorcitos, anclados en aquella ciudad viviendo entre drogas y corrupciones varias.
La parte neoyorquina es más de lo mismo. El susodicho 11-S se convierte además en un infierno personal que deja al protagonista más solo que la una y en una profunda crísis personal.
En fin, no es para tanto. Perfectamente prescindible si se tiene algo más a mano, que seguramente será mejor. Lo siendo Nick.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

COSMÓPOLIS




Si en la anterior entrega me ocupaba de uno de lo grandes que tenía pendiente, hoy vuelvo a saldar otra deuda, en este caso con el escritor norteamericano Don Delillo.Me resulta incomprensible mi tardanza en acercarme a su obra y más cuando tiene tantas cosas en común con uno de mis escritores favoritos, Paul Auster. Precisamente a este le dedica su novela Don Delillo, quizá porque tiene como escenario el New York austeriano de nuestro tiempo. Es Cosmópolis una obra plenamente vigente, que desde la sátira desvelaba ya en el 2000 la que se nos venía encima, ese desplome del sistema financiero internacional, que en aquel año daba ya señales claras de alarma. Dicen los entendidos que Delillo ha tomado un poco lo mejor da cada casa para esta historia, que, como en el Ulises de Joyce , transcurre en sólo un día. Ven trazas también de Dos Passos, de Faulkner, de Wolfe, incluso de Mark Twain y de Kerouac.
Probablemente. Lo que nos cuenta es el agitado día de un tiburón de las finanzas, Eric Packer, que a sus ventiocho años cuenta con una fortuna de cientos de millones de dólares que ese día, precisamente ese día, se va a evaporar en un movimiento especulativo contra el yen,del tipo de los que le hicieron multimillonario, y que tiene toda la pinta de un suicidio, porque no hace ningún caso a las alarmas y la información al segundo de la que dispone. Ese suicidio financiero transcurre a lo largo de una jornada en la que intenta cruzar Manhattan a bordo de su desproporcionada limunisa, sólo para ir a cortarse el pelo a la otra punta de la ciudad, a la peluquería donde se lo cortaba cuando era pequeño. La ocurrencia no pasaría de un capricho más de multimillonario si no fuera porque ese día la ciudad vive uno de sus peores atascos por la visita del presidente norteamericano, una manifestación antiglobalización, el funeral de una gran estrella del rap y la lluvia. Y para añadir más salsa hay una amenaza creible contra su vida.
Asistimos así, en primera fila,a un viaje enloquecido que nos permite comprobar el nivel de descerebre del personaje, sus debilidades, sus avatares sexuales y la irrealidad del mundo en el que está instalado. Un retrato magnífico de los magnificados tiburones financieron que tanto relumbrón tuvieron y que hoy parecen cosa del pasado. Recomendable.

martes, 2 de diciembre de 2008

EL ALEPH


Pasar un rato por la biblioteca pública ha sido una idea feliz porque me ha permitido recuperar a uno de esos escritores que he obviado, sin tener muy claro por qué. Se trata del argentino Jorge Luis Borges al que dí la espalda en su día, probablemente influido por determinados antiborgianos, que los hay, que llevan a adoptar una actitud ridícula, por negativa, al despreciar a uno de los grandes. Quizá me dejé influir por algún crítico que en su día se burlaba de la pedantería de un Borges que afirmaba haber leído por primera vez El Quijote en inglés, y que lecturas posteriores, en castellano, no le habían gustado tanto como aquella versión en lengua ajena. Bueno, es verdad que Borges no ha caido bien en ciertos círculos españoles. Ahora me doy cuenta que esa actitud es profundamente injusta.
Decía que husmeando en las estanterías me encontré con varias obras de Borges y, hubiera sido imperdonable dejarlo pasar otra vez, me hice con un ejemplar de El Aleph. En buena hora. La edición recogía los 13 cuentos originales más los cuatro añadidos posteriormente, y ha sido todo un deslumbramiento. No llevo sombrero, pero sería para quitárselo ante tal derroche de imaginación, erudición, riqueza de vocabulario e inteligencia para plantar, aparentemente de forma sencilla, asuntos tan discutidos como la inmortalidad, la magnitud del universo, la cobardía y el valor...
Me han fascinado casi todos, pero hay treso, además de El Aleph, que me han conmovido especialmente: "El inmortal", "La busca de Averroes" y "La escritura de Dios". Creo que es en estos donde Borges da lo mejor de sí mismo y donde se descubre la enormidad de su cultura, la pasión con la que profundizó en textos clásicos a los que ya casi nadie se asoma y todo para construir unos relatos que, en su aparente sencillez, no dejan de conmovernos.
No voy a entrar aquí en pormenores de cada uno de los cuentos, porque seguro que esta es una asignatura que yan han pasado casi todos los lectores. Lo traigo aquí para dejar constancia de una deuda que tenía y de la que me queda mucho por zanjar. Porque Borges está entre los inmortales.

martes, 25 de noviembre de 2008

El sitio de Krishnapur

De cuando en cuando merece la pena sumergirse en una de esas historias épicas en las que los británicos son auténticos maestros. Es el caso de "El sitio de Krishnapur" primera novela de una trilogía de J. G. Farrel que, en la mejor línea de la literatura británico-colonial, nos retrotrae a la época de la dominación de la India, cuando las tropas y delegados de su Graciosa Majestad campaban a sua anchas por aquel enorme y populoso territorios convencidos de que la suya era una causa superior, el llevar a aquellas atrasadas gentes la civilizada formade vida europea, eso sí, ellos unos cuantos escalones por encima y sin mezclarse, válgame el cielo.
Aunque la truducción es bastante penosa, todo hay que decirlo, no lo es tanto como para impedirnos apreciar una forma de escribir puesta al servicio del Imperio, pero en la que no falta la autocrítica con ese envidiable sentido británico de saber reirse de si mismos, a veces con extrema crueldad. La historia cuenta la apacible vida, a mitad del XIX, en la remota colonia de Krishnapur, donde todo transcurre bajo una aparente monotonia y donde cada personaje rivaliza con los demas en sus excentricidades o su capacidad para dedicarse en cuerpo y alma a reforzar su posición de diletante y por tanto en experto en cualquier nimiedad, siempre bajo la sombrilla del progreso. La artificiosidad de semejante grupo social será puesta a prueba por la rebelión de los cipayos que, en un momento, derrumban la estructura político-militar británica en la zona y someten a asedio a los british de la colonia, atrincherados en la residencia del Recaudador.
La novela combina con pasmosa facilidad el dramatismo de la situación, los momentos heróicos que se viven durante el sitio, con hilarantes debates sobre el progreso humano, las teorías sobre inteligencia y tamaño de las cabezas, la existencia de Dios, la transmisión del cólera o la capacidad o incapacidad de los indios para asumir el progreso, mientras los más jóvenes se dedican, hasta el ridículo, a la galanteria.Al tiempo Farrell, que falleció en 1979 con poco más de cuarenta años, disecciona maravillosamente el sistema de clases británico que influye en cosas tan tremendas como la distribución de alimentos.
No es la bomba, pero es una novela entretenida, divertida y que nos permite conocer algo más uno de los aspectos del ya fenecido imperio británico. En todo caso, recomendable.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

La Catedral del Mar


Lo leí el pasado verano y, la verdad, la pereza me puede, no he encontrado el momento para hacer la reseña hasta hoy. Bien, es un tocho muy apropiado para eso, para el verano. De lectura fácil, a ratos muy entretenida, con una historia que recuerda otras de igual éxito y parecida temática, además de tirada millonaria. No tengo nada contra los best seller. Es más, recurro a ellos de cuando en cuando, sobre todo cuando uno necesita algo ligerito que llevarse a los ojos.Y esta novela, aunque de ligerita por tamaño nada, es un auténtico tocho, la verdad es que requiere poco esfuerzo para devorarla. Eso sí hay que hacer cierto ejercicio de paciencia para obviar inexactitudes históricas, interpretaciones un tanto interesadas y un subterráneo halago a esos que necesitan construir un sólido pilar a sus aspiraciones nacionalistas. Pero bueno, no lo ha hecho mal Ildefonso Falcones, en esta su primera novela, aunque, insisto, hay algunas situaciones y personajes que suenan ya un tanto manidas. Gira la obra en torno a Arnau, un huido de su señor que se refugia en Barcelona, después de una y mil desgracias, donde se convertirá en personaje central en poco tiempo, como si de un selfmademan se tratara, pero eso sí en el siglo XIV. Era entonces Barcelona una ciudad volcada al mar, faro del poderío marítimo de la corona aragonesa ( perdón, y catalana), lugar por tanto de oportunidades, dinero y nuevas costumbres que chocan con las rígidas normas feudales. Hay más de un disparate pero, insisto, como creo que se trata de una novela de entretenimiento pues no pasa nada. No está mal la narración de cómo se va construyendo la maravillosa iglesia-catedral de Santa María del Mar, para mí lo más conseguido a pesar de recordar demasiado a "Los Pilares de la Tierra" y la explicación de algunas de las leyes vigentes en la época. Pesa demasiado la parte culebrón, le quita cierto aire a la novela. Pero bueno, ha tenido éxito y es entendible. Se puede pasar un buen rato y me imagino que si se lleva al cine, como cuentan por ahí, podría estar bien, aunque propongo que lo lleven mejor a la televisión en plan miniserie, así las críticias serían menos crueles. La novela ya ha servido para que en Barcelona se haya programado una ruta turística por los lugares donde transcurre la aventura. En todo caso enhorabuena a Falcones por el pelotazo y si esto anima a más gente a leer, estupendo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

CAOS CALMO


Sandro Veronesi ganó el premio Strega con esta espléndida y sorprendente novela, plenamente actual y , por tanto, llena de referencias contemporáneas. Cuenta el parón vital de un alto ejecutivo de una cadena de pago a partir del día en que, tras salvar a una mujer de ahogarse, llega a casa justo cuando su mujer acaba de morir. Su vida da un vuelco y desde entonces decide ocuparse al cien por cien de su hija Claudia. No lo planificó, simplemente sucedió. Y lo hizo de una forma absurda, prometiendo a su hija, el primer día que volvió al colegio, que no se apartaría de allí hasta que saliera. Lo que parecía una promesa de un día, para intentar frenar la esperada caida en la desesperación de la niña, se convirtió en costumbre. Y así día tras día Pietro permanece a la puerta del colegio durante toda la jornada escolar, a ratos en su coche, a ratos en un parque cercano. La situación va generando todo tipo de reacciones, por lo que supone de contrario a lo razonablemente correcto. A la comprensión del principio, tanto de sus compañeros de trabajo, como de sus familiares, sigue la estupefacción y luego una especie de empeño colectivo en convencerle de que se someta a tratamiento psicológico. El asunto es que, por lo que parece, todos los que pasan a verle a la puerta del colegio parecen necesitar más al terapeuta que el propio Pietro. En todo caso, instalado en ese caos calmo, Pietro puede repasar su vida, desde las pequeñas cosas a la ininteligible fusión de su empresa, y al tiempo se convierte en paño de lágrimas de su cuñada, su hermano o los directivos de su empresa. Es un cuadro fantásticamente contado, muy cercano y en el que es difícil no verse retratado. La novela fue llevada al cine por Grimaldi y protagonizada por Nanni Moretti. No la he visto y cuando me he enterado la cara de Moretti no me pareció la más parecida a la que imagen que me había creado de Pietro. En todo caso una novela magnífica y muy recomendable.

lunes, 3 de noviembre de 2008

VIDA Y DESTINO


Hace ya algunas semanas que finalicé este libro. Fue allá por el verano, pero lo he dejado estar porque el poso que te deja es tan inmenso como la obra misma. De las referencias que he leído hay quien compara la novela con "Guerra y paz". hay quien más que ver rastros de Tolstoi los ve de Chéjov. Lo cierto es que estamos ante una pieza de envergadura, no sólo por el número de páginas, sino por la ambición de lo que cuenta. Su autor, Vasili Grossman, fue un autor soviético, probablemente uno de los mejores, que sobrevivió a la segunda Guerra Mundial, al holocausto nazi y a la represión estalinista. Intentó publicar la novela en los años sesenta, por el KGB se lo impidió y no pasó por la imprenta hasta los ochenta, aunque en España hayamos tenido que esperar mucho más. Estamos sin duda ante el gran fresco de la Segunda Guerra Mundial pintado desde el lado soviético, por un judio que creyó en la promesa soviética y que, a pesar de los desengaños, siguió fiel a su ideología. Fue cronista de guerra, estuvo en aquella terrible carnicería de Stalingrado, y fue uno de los primeros en contar las masacres de judios en Ucrania y Polonia por los nazis. Su madre murió en un campo de concentración alemán en Ucrania, al igual que algunos de sus conocidos. A otros la furia estalinista les arrastró a la muerte en los gulags siberianos. Vida y destino es una obra enorme que gira en torno a Vikto Shtrum, en el que aparecen numerosos datos autobiográficos, y a través de él vamos conociendo a un sinnúmero de personajes que nos permíten conocer la tragedia de aquellos años en distintas escalas. Las descripciones de los campos de exterminio nazis o el día a día en Stalingrado están entre lo más conseguido. Pero nada escapa a su mirada, lo que le permite trazar una profunda reflexión sobre el fascismo y el comunismo, y desmarcarse claramente de todo régimen totalitario, y todo sin abjurar de su condición de soviético. Si la descripción de los campos de la muerte alemanes es aterradora no lo es menos la arbitrariedad de la Unión Soviética de Stalin, donde, con cualquier excusa, cualquiera podía caer en desgracia y donde muchos tienen que renunciar a todos sus principios aunque sólo sea para mantenerse vivos. Desgraciadamente la forma de escribir de Grossman parece un poco anticuada y carece del atractivo de otras novelas, te engancha a duras penas y a ratos resulta un tanto tediosa. Pero parece que todo lo sacrificó para dejar un testimonio impecable de aquella época, abarcando desde las cosas más pequeñas a los grandes debates teóricos y todo en un escenario de guerra. Me parece que es una de las obras imprescindibles y que el esfuerzo por leerla merece mucho la pena.

miércoles, 29 de octubre de 2008

UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD


Paul Auster vuelve por sus fueros. Su última novela recupera el esquema al que nos tiene acostumbrados, una historia envolviendo otra y esta a otra, como si se tratara de una matrioska rusa. Hay dos ejes centrales: uno, que servirá de narrador, lo protagoniza August Brill, quien tras sufrir un accidente de coche se instala en casa de su hija, divorciada reciente, y Katya, su nieta y viuda reciente. Junto a la descripción del drama propio, Brill vive una realidad paralela, que esboza en las largas noches de insomnio, cuando, para combatirlo, inventa historias. Sobre una de estas gira el otro eje de la novela: la alucinante historia que protagoniza, contra voluntad, un mago neoyorquino que se convertirá en el elegido para, con un asesinato, resolver la guerra civíl que asuela Estados Unidos. El mago, Owen Brick, vive a su vez en dos realidades paralelas: la de su tranquila y organizada vida en Nueva York y la otra, sueño o realidad, en la que se ve inmerso cuando despierta en un foso del que no puede salir sin ayuda: Una ayuda que llega pero que sólo será el arranque de la pesadilla.Auster, me confieso admirador desde hace tiempo, saca toda su artillería pesada, lo mejor de su narrativa, para deslumbrarnos de nuevo tras el receso de Viajes por el Scriptorium, para mí una de sus peores obras. No faltan referencias de actualidad, como la guerra de Iraq, ejemplificada en el video que miran, desde el horror y la fascinación, en el que el novio de su nieta Katya es asesinado. Lo dicho, de lo mejor de Auster y un auténtico gustazo que nos anima a seguir confiando en que nos traerá más regalos parecidos.

jueves, 16 de octubre de 2008

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES


Me encanta el título elegido para la traducción al castellano. Creo que engancha más que el original sueco, que literalmente sería Los hombres que odiaban a las mujeres. Es esta una novela que habla de eso, de odios, viscerales, asesinos, descontrolados e impunes. El desaparecido Stieg Larsson traza una detallada crónica de los desmanes de dos individuos, padre e hijo, de la poderosa familia Vanger, que a lo largo de unos cuantos decenios se ceban en inmigrantes, mujeres más o menos desarraigadas, para someterlas a torturas atroces y asesinarlas después, sabedores de que nadie las echará de menos. Será, sin embargo, la desaparición de su hija y hermana, también sufridora de sus atenciones, lo que permitirá tirar parcialmente del hilo, aunque no necesariamente para que se haga justicia. Quien lo hace es un periodista que atraviesa un serio bache profesional, condenado por difamación contra un financiero de éxito, por encargo de uno de los "buenos" de la familia Vanger, un anciano desesperado por conocer qué le pasó a su sobrina Harriet, convencido como está de que fue asesinada y que su asesino se recochinea de él enviandole flores en un cuadro cada año por su cumpleaños. La novela da para mucho más. No en vano son más de seiscientas páginas que te atrapan desde el primer momento y, con un lenguaje muy cinematográfico te enganchan hasta que llegas al final, y con la esperanza de más historia. La habrá porque "Los hombres que no amaban a las mujeres" es la primera de las tres novelas que integran la trilogía Millenium. Es más, para dentro de unas semanas se espera la aparición de la segunda, "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina". La que hoy comento ha tenido un éxito inesperado y fulgurante no solo en Suecia, sino en varios países europeos. Y no es para menos, tiene todos los ingredientes de un gran éxito, en esa combinación de novela de suspense, policiaca y de denuncia. Un cóctel estupendo para pasarlo bien, aunque tampoco creo que sean de las novelas que pasen a la historia de la literatura.

lunes, 13 de octubre de 2008

13,99

Frederic Beigbeder sorprendió a colegas , medios de comunicación y público en general, en francia, con este panfleto casi suicida en el que denuncia el mundo de la publicidad, los excesos de los directivos y el derroche de imaginación y dinero en una actividad destinada a comerle el coco a todo el mundo y sin la que ya no es concebible nuestra sociedad. Destripa el mundo publicitario desde dentro, en una especie de operación a corazón abierto y sin anestesia hasta el punto que, cuentan, que la novela le costó el despido de su agencia de publicidad. Si estaba la mitad de pasado que el protagonista fue un mal menor, teniendo en cuenta el calibre de los epítetos, insultos y denuncias que contiene. En todo caso, despedido o no, no creo que sus cuentas se hayan resentido, ya que la novela en cuestión fue todo un bombazo en Francia, con ediciones de muchos miles de ejemplares y éxito repetido por toda Europa. Publicidad, según esta obra, es el sumum de la manipulación de masas, del consumismo, del fomento de la desigualdad social. Un mundo adobado con sexo y drogas y en el que no queda excluida la violencia. Hay una frase demoledora en el libro "la diferencia entre ricos y pobres es que estos venden droga para comprarse unas Nike y los ricos venden las Nike para comprar droga". La obra se vuelve por momentos confusa por el uso y abuso de distintos tiempos verbales en la voz del narrador y se desmelena al final con un desenlace que parece más bien fruto de una fuerte dosis de narcóticos. Es indudablemente un palo, desde dentro, muy duro a una de las profesiones mas glamurosas de nuestra sociedad contemporánea y que podría animar a otros, desde otros mundos similares, a hacer una disección parecida. Merece la pena echarle un vistazo.

martes, 30 de septiembre de 2008

POR ENCIMA DEL MUNDO


Paul Bowles regresó con esta novela al clíma que había manejado con tanta maestría en "El cielo protector". Ese ambiente opresivo, onírico, a veces delirante, a medio camino entre la inconsciencia y la alucinación. Parece que se hubiera copiado a sí mismo, aunque cambiando de escenario. En esta ocasión también son turistas-viajeros, una pareja norteamericana, la que llega a un país exótico, en el que, desde el mismo momento de su entrada, se verán inmersos en un mundo alucinado, que quienes les rodean quieren hacerles creer que se debe a la fiebre y a una extraña enfermedad. Bowles juega una vez más con la ambigüedad de ciertos personajes, en este caso el joven Soto, que en tras su apariencia amable y desinteresada esconde una tremenda inseguridad que le llevará a cometer desatino tras desatino. El autor norteamericano se revele una vez más como maestro en la descripción de los estados provocados por los narcoticos, con momentos de enorme brillantez que logran trasladarte a la alucinación en la que se instalan los dos protagonistas. La atmósfera es, desde el principio, opresiva, y augura un desenlace trágico, que se antoja absolutamente innecesario si no fuera por la deriva enloquecidad del anfitrión Soto. Nada nuevo bajo el sol, pero sí páginas que muestran al mejor Bowles de siempre.En realidad el título de la novela era hasgta esta edición "La tierra caliente", que el traductor Rodrigo Rey decidió cambiar a "Por encima del mundo". Cualquiera de los dos, de lo más oportuno para contar las trágicas peripecias de los Slade en su especial forma de viajar "Nosotros no somos turistas. Vamos a donde queremos. Es la única forma de viajar. Viajar en grupo es degradante. Lo que importa es ser libre".

lunes, 29 de septiembre de 2008

CAMPO DE AMAPOLAS BLANCAS


Como a estas alturas debe haber quedado claro ya, no soy lector sistemático, sino mas bien errático y amigo de bucear o picar aquí y allí sin mayores pretensiones. En estas que cae en mis manos una novelita, lo digo por lo breve, del extremeño Gonzálo Hidalgo Bayal, al parecer escritor de largo oficio y con varias novelas conocidas de las que, lo juro, no he oído hablar en mi vida, o eso creo. Con esa inocencia la he devorado de un tirón, en un rato y me ha dejado sensaciones divergentes. La novela, de título enormemente sugerente, es la historia del encuentro y desencuentro de dos amigos, desde la adolescencia has que la trayectoria de cada cual les va alejando. Una historia muy repetida en literatura y cine en la que Hidalgo Bayal puede que vierta alguna experiancia autobiográfica. Está impecablemente escrita, hasta el punto que con ese castellano impoluto resulta un tanto fría, sobre todo si de lo que se trata es de transmitir sentimientos o describir una relación que se supone ha sido intensa. Si, por un lado, me ha fascinado su dominio del idioma, por otro no deja de sorprenderme la frialdal de narrador, uno de los dos amigos. Demasiada como para hacer creíble que él pusiera la misma entrega en esa relación amistosa. Una frialdad que llega incluso a que reulte un tanto antipático el narrador, en cuanto en vez de echar una mano al amigo hizo todo lo posible por distanciarse. Hay una palabras de Luis Landero en la solapilla que definen la novela bastante bien: desoladora y magistral. Como dato curioso, la novela trranscurre en la ciudad de Murania, que al parecer es también el escenario de otras novelas de Hidalgo. Habrá que acercarse un poco más a su obra, entre la que se cuentan "El cerco oblicuo" o "Paradoja del interventor" para saber si ns estamos perdiendo a un grande o si es un autor menor.

jueves, 11 de septiembre de 2008

LA PESCA DE SALMÓN EN YEMEN


Paul Torday tira del mejor sentido del humor británico, del más hilarante para contarnos la desternillante historia de un proyecto descabellado, nada menos que introducir salmones en Yemen. Cualquiera que recuerde la situación geográfica de ese país, en la península Arábiga, se percata enseguida de la quimera. La historia le sirve a Torday para hacer un retrato, un tanto cruel, de los modos y formas de ciertas clases británicas. Muy mal parado, como siempre, el sector político, rayando el ridículo, al apuntarse de primeras a un proyecto que saben irrealizable, volverse atrás cuando pintas bastos, y recuperarlo al final cuando, contra todo pronóstico la cosa parece que va a tener éxito. Magistral el retrato del jeque Mohamed ben Zaidi, un rico yemení con finca en Escocia, gustos de sir de toda la vida y empeñado en lo imposible, todo porque no debe saber en que gasta el dinero, pero eso sí envolviéndolo en un aire místico que por momentos hace dudar de sus intenciones reales. Los peones, vapuleados por la vida son un científico, Alfred Jones, experto en piscicultura y amante de la pesca del salmón, su mujer Mary, trabajadora compulsiva en el alto mundo de las finanzas y Harriet, empleada de la empresa británica encargada de manejar las finanzas del jeque. Se nota que Torday conoce el territorio que describe, sobre todo de los Wadi yemenies, cañones abiertos en roca viva por las aguas torrenciales que una vez al año, en verano, alivian la extrema sequía de la zona. La novela tuvo su momento hace dos años, pero se mantiene como agradable lectura de verano. Recomendable.

jueves, 28 de agosto de 2008

EL LADO OSCURO DEL AMOR


Rafik Schami es un escritor sirio, exiliado en Alemania, químico de titulación y literato de profesión. Es uno de esos nombres casi desconocidos en España, pero que vende cientos de miles de ejemplares en otros muchos países. "El lado oscuro del amor", una novela de ochocientas páginas, supuso su consagración y le valió todo tipo de reconocimientos.Yo llego tarde, como siempre, pero me considero afortunado por haber tenido acceso a ella. Schami es cristiano, por tanto perteneciente a una de esas minorías que durante siglos han convivido sin problemas en las sociedades mayoritariamente musulmanas de los países árabes. Pertenecía a la minoría cristiana asentada en Siria, que tuvo una poderosa influencia en los círculos del poder en distintos momentos de la historia de esa país. Hoy se ve sensiblemente reducida en número y poder. El que pertenezca a esa minoría no quita valor a la visión que nos ofrece de su país y que nos sirve para superar la enorme cantidad de prejuicios que muchos tenemos sobre las sociedades árabes. "El lado oscuro del amor" es un enorme fresco de la historia siria, desde la ocupación Otomana o francesa a los fallidos intentos de autogobierno o la sucesión de dictaduras. Es bueno conocer la historia contada desde dentro porque nos ayuda a conocer toda la gama de gríses de una sociedad que tendemos a bendecir o demonizar y más si es musulmana.
Es interesantísima la descripción que hace del papel de las minorías, pero también su visión de la sociedad musulmana desde dentro, el como las relaciones entre estas y la mayoritaria suelen ser mucho más fluidas de lo que creemos. El libro es apasionante tanto en su letra grande como en la pequeña para acercarnos a Siria y por extensión a otros países árabes en el día a día. Lo que menos me ha gustado es que todo ese esfuerzo se haga en torno a un eje narrativo, una larga historia de amor, en principio condenada al fracaso, que recuerda demasiado a la de Romeo y Julieta, ya que pivota sobre el enfrentamiento a muerte de dos familias, los Mushtak, católicos, y los Shahin, ortodoxos. En todo caso una buena excusa para conocer al detalle las artimañas y crueldades de ambas comunidades, el poder de los ricos sobre los que no lo son, las atrocidades en los seminarios católicos, las arbitrariedades del poder, la terrible mano de la policia política, el horror de los campos de concentración, los primeros enfrentamientos con Israel. En fin, absolutamente recomendable y muy muy facilita de leer.

miércoles, 16 de julio de 2008

EL JUEGO DEL ANGEL


Confieso que me he dejado llevar a un tiempo por el morbo y por la publicidad. Había leído en su día "La sombra del viento" y estaba a la espera, como muchos, de la nueva novela. A ver. Las primeras trescientas páginas las devoré casi de un tirón. Me reencontraba con el mejor Zafón y cada frase, salvada alguna falta de ortografía, era un auténtico placer. Pero algo empezó a ir mal desde entonces. Han pasado ya unas semanas y no sé exactamente el qué. Lo único que acierto es a recordar que en ese principio de la novela fue fácil sumergirse, entrar, creérselo. Pero los giros posteriores, ciertos personajes y el disparate final arruinaron una experiencia que prometía.
Tiene oficio. Claro que sí. Pero además de oficio hace falta alma, y la segunda parte de la novela me parece escrita desde el aburrimiento. Como intentando buscar vías llamativas, distintas, aunque se disfracen un poco de novela negra y otro poco de ciencia ficción. El problema, para mí, es que se hace , a cada página que se avanza, cada vez menos creible y tengo que decir que al final estaba pelín mosqueado.
Toda la primera parte de las vivencias de David Martín son realistas y creíbles, pero el personaje se va desmoronando. Quedan claro secundarios maravillosos como Sempere y su hijo. Personajes llenos de vida (también antes de que destroce su trayectoria) como Isabella, con toda su frescura y comicidad. En lo demás veo repeticiones de la novela anterior, personajes un tanto trasnochados y el delirante Corelli que, para mí, arruina por completo la historia, sobre todo en la parte final.
En fin, don Carlos, que, sin duda, venderá usted muchos ejemplares. No es que esté mal, pero lamento decir que esperaba bastante más. Por salvar algo, esa atmósfera de Barcelona que sabe retratar como pocos y que es a la vez amarga y entrañable. A ver si la próxima tiene más calidad y menos parafernalia. Amén.

martes, 17 de junio de 2008

ACCIÓN DE GRACIAS


Richard Ford cierra con esta "Acción de gracias" la trilogía que inició hace más de veinte años, y en la que creo que "El día de la Independencia" es la más completa. Ford nos presenta en este tocho de nuevo a Bascombe, ahora ya lleno de goteras, don un divorcio y un abandono a cuestas, unos hijos a los que no acaba de entender, instalado en una localidad costera de Nueva Jersey, y enfrentado ante el inico de la última etapa de su vida. Esa última realidad le ha estallado casi de un día para otro, o mejor el día que le diagnosticaron cáncer de próstata, lo que le empuja a un cierto ejercicio de introspección y a descubrir que empieza la cuesta abajo, imparable y sin final a la vista. Plantearse lo que ha sido su vida, ahora que está serenamente afincado como un agente inmobiliario al que le van muy bien las cosas, reconocer errores, luchar por enmendar algunos y aprender a disfrutar casi del momento porque lo que pueda venir está al llegar y no quieres que te pille en pelota picada. De ahí que incluso reflexiones sobre que deberían hacer sus hijos con sus restos cuando muera. La novela, más de setencientas páginas, describe, casi al minuto el día de Acción de Gracias y las dos jornada previstas. En tanta página, y con el lujo de detalles que caracteriza toda la obra de Ford, que es de lo que más me gusta, nos desribe esa América profunda y provinciana, llena de personajes y situaciones que a veces resultan incomprensibles para un europeo, pero que parecen reflejar la cotidianeidad de aquellos parajes. Hay algunos personajes que nos resultarían totalmentre increible, si otras tantas novelas y películas nos nos hubiesen informado ya de que existen.
Es en todo caso esta Acción de Gracias unaobra crepuscular, que no me ha sentado especialmente bvien, porque tengo muy reciente la lectura de Sale el espectro de Roth y ya se sabe que afrontar la decrepitud, el fin del ciclo vital, en definitiva la vejez, no es plato de gusto, aunque todos estemos abocadas a ella más tarde o mas temprano y de llegar, sentirnos afortunados. En fin, mgistral Ford, pero conviene vacunarse porque puede resultar un tanto deprimente.

TSUGUMI


Es esta una novela de corto recorrido. Se lee de un tirón y en un ratito. Y es una delicia. No es sorprendente, resulta en muchas cosas muy cercana, muy familiar. No plantea ningún embrollo, no hay suspense,...hay sobre todo melancolía. El recurso a ese último verano en el que somos conscientes de que se cierra una etapa, en la que dejamos atrás la adolescencia y la primera jueventud y sabemos que ya nada será igual. Banana Yoshimoto, todo un fenómeno en su país y en algunos países europeos, y no tanto en España, aunque el fenómeno Haruki Murakami ha acelerado su promoción aquí, y para bien. La prota, María, se va a Tokio, a vivir con su familia por fin reunida. Vuelve durante el verano a un pequeño pueblo costero en el que ha vivido hasta entonces con su madre. Y saboreará esos días casi al minuto, apurando un dulce que sabe irrepetible, en la pensión Yamamoto, junto a sus tios, su insoportable y enfermiza prima Tsugumi, especimen caprichoso y cruel que se ligará al único joven interesante del pueblo. Pasan pocas cosas, pero es difícil apartarse de las páginas, porque tiene un fuerte poder de evocación que nos retrotrae a momentos personales muy parecidos. Y es que el mundo de la adolescencia, de los sentimientos, del desarraigo, es universal. Lo mismo en Japón, en México, en España.
Banana Yoshimoto, cuyo nombre real es Mahoko Yoshimoto, tiene ya una larga trayectoria como novelista. De hecho Tsugumi fue publicada en 1994 y ha tardado mucho en llegar a estos pagos. Dicen que otras novelas suyas como Sueño Profunto o Amrita, son también estupendas. Bueno, esta Tsugumi merece la pena si uno quiere sumergirs en un pasado seguramente no tan lejano y constatar que las pequeñas cosas, sin tracas ni artificios, también tiene su historia, su interés. Absténganse los que consideren demasiado empalagoso dejarse mecer por vivencias emotivas e intesas propias de un tiempo en el que el cinismo todavía no había ganado el terreno suficiente para encorsetarnos.

martes, 3 de junio de 2008

NADAN DOS CHICOS

Diez años nada menos le llevó a Jamie O'Neill escribir este tocho, que en la versión castellana ocupa nada menos que 790 páginas. Todas merecidas, por cierto, para contar una historia de amor entre dos chavales en medio de la rebelión irlandesa en la Pascua de 1916. Una historia de amor que sirve de excusa para retratar la Irlanda ocupada, la Irlanda de la miseria, el hambre y el destino marcado desde Londres. Donde los curas, la iglesia católica, está en todas partes, también en la recuperación del espíritu patriótico de los sometidos irlandeses, con actitudes y modos reconocibles en los que mantenía el clero durante la dictadura franquista. Aunque centrada en la historia de iniciación entre Doyler y Jim, la novela tiene otras voces muy importantes que nos van retratando ese momento de la historia irlandesa, la división entre los que asumen la ocupación como algo natural y los que se rebelan hasta el punto de tomar las armas.
Dicen los críticos que es una de las obras mayores de la literatura irlandesa de todos los tiempos y que en ella son claramente visibles rastros de otros irlandeses universales como Joyce, O'Brien o Wilde. En todo caso es un magnífico documento sobre la realidad irlandesa de aquel tiempo y un fascinante ensayo sobre los sentimientos, todopoderosos a la hora de enfrentarse a lo que se les oponga, y un estupendo alegato en favor de la amistad. En un momento de la novela se lee que no hay más patriotismo que la amistad, y la defiende como la base de cualquier esfuerzo de superación y de liberación personal y colectiva. Más allá de los personajes centrales, no hay que perder de vista otros como el viejo Mac, el padre de Jim, héroe tragicómico al que se ve desbordado por los tiempos, o la fascinante Eva MacMurrough, de la vieja nobleza irlandesa, que pone una vela a dios y otra al diablo, y que apuesta al final por el bando de los rebeldes.
Estamos ante una novela casi de lectura obligatoria, por su calidad. O'Neill, durante muchos años celador en un psiquiátrico de Londres, ha dado lo mejor de sí en esta obra en la que, a pesar de su extensión, parece que no sobra nada....Absolutamente recomendable.

lunes, 26 de mayo de 2008

AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE BATALLA

He recuperado esta primera novela de Michel Houllebecq por la buenísima impresión y poso que me dejó sus Partículas Elementales. Es esta una novela distinta, un tanto deprimente si uno no se encuentra en el campo de los triunfadores y una reflexión, sin distancia alguna, sobre las vidas anodinas que recorren-recorremos muchos en la sociedad actual. El protagonista es un informático que, con escasa convicción, parte de gira por Francia para contar las excelencias de la nueva tecnología, contratado por el ministerio de Agricultura francés. Nada va bien desde el principio, pero no porque no se crea el trabajo que tiene que hacer, sino por que está ya herido, sumido en la apatía, el desconsuelo, la desilusión, el desinterés por las cosas públicas y por las relaciones personales. Le acompaña Tisserand, un tipo feo entre los feos, virgen a sus años, y obsesionado con dejar de serlo cuando antes, pero consciente, cada día más, de su patética situación. La novela, desde el principio, anuncia que se trata de una caída en picado, de una bajada a los infiernos, cuando a uno apenas le quedan recursos para explicarse su vida en este mundo y recurre a tremendas fábulas protagonizadas por animales. Es una novela dura, sobre todo si no te pilla en un buen momento emocional, pero necesaria porque detrás de ese rumbo hacia la depresión podemos reconocer a muchas personas que tenemos alrededor. La desgana vital gana terreno página a página y el delirio empieza a imponerse en una vida cotidiana que transcurre además en las semanas previas e inmediatas a la Navidad. En fin, algunos críticos destacaron que se trata de una obra de humor negro. Yo diría que extremadamente negro. En todo caso, en la línea de calidad que siempre ofrece Michel Houellebecq.

jueves, 22 de mayo de 2008

CORTEJO DE SOMBRAS


Julián Rios, gallego, reconocido, cómo no, mucho más en el extranjero que en España, rescata una serie de relatos que escribió entre 1966 y 1968 y, sin retocarlos, como él mismo asegura, los entregó primero a su editor francés y han aparecido este año aquí. Los agrupa bajo el título "Cortejo de sombras", y los nueve relatos conforman en realidad una novela coral sobre Tamoga, un pueblo que se asoma al mar y a Portugal en una época tan sombría como la guerra civíl y la postguerra. Cada uno de los retratos se centra en un personaje, pero a través de él nos hacemos una idea muy completa de lo que es ese pueblo, el tétrico ambiente que lo marca todo, las venganzas y querellas que se mantienen en el fondo y los atropellos que se cometieron amparándose en una guerra civíl que como bien dice Julián Rios fue la excusa para ajustar viejos resentimientos.
El libro es un ratito, se lee casi de un tirón y está muy bien escrito. Otra cosa es el interés que pueda tener ese retrato ya un tanto manido de la España de los cuarenta, tan triste, tan plomiza, tan terrible. Julian Rios retrató en lo sesenta ese clima opresor y lo trasladó muy bien a esos relatos, cuya vigencia hoy es dudosa salvo para los que quieran conocer como fueron aquellos tiempos o los que, habiéndolos conocido aunque fuera de oídas, quieran recordarlos. No acabo de entender, sin embargo, por qué Julian Rios tardó tanto tiempo en publicarlos.

miércoles, 21 de mayo de 2008

SALE EL ESPECTRO

Qué mala es la vejez. Mala de verdad. "Sale del espectro" parece el canto del cisne de Philip Roth. Esperemos que no. La última novela del escritor norteamericano me deja un extraño sabor, es como si pretendiera un ajuste de cuentas consigo mismo, cabreado por su decadencia, y con el mundillo cultural al que parece temer, no vaya a ser que se cebe con su biografía y anecdotario y olvide con el tiempo su obra.
Rescata Roth a Zuckerman para detallarnos sus inquietudes de este tiempo. Las de un escritor que ha querido dar la espalda a la sociedad contemporánea, aislarse del mundo deliberadamente, justificarlo por su desilusión ante la política y la vida social, y mostrarse luego sorprendido por lo mucho que ha cambiado el mundo, que ha seguido girando mientras él miraba para otro lado, y confirmar que no le gusta nada.
Es mala la vejez. Porque conlleva deterioro físico, pérdida de vitalidad pero también de memoria. Pero no hay resignación. De ahí que no dude en trasladarse a Nueva York para visitar a un cirujano que le abre una posibilidad de frenar su incontinencia, derivada de su cáncer de próstata. Es la misma esperanza que luego le tienta para recuperar su anterior vida neoyorquina, hasta que topa con la realidad de una chica idealizada que hoy es una anciana moribunda, un joven escritor ambicioso y sin escrúpulos que pretende arruinar la imagen de su adorado Lonoff, tirando del hilo de un turbio escándalo que él no sabe si existió, y al que intentará frenar aparentemente sin éxito, y una pareja, con la que pretende intercambiar casa, más que nada porque se ha quedado colgado de la chica, con un amor adolescente, irreflexivo e impetuoso que no tiene más destino que la constatación de su chochera.
La novela no tendría más interés si no fuera por el momento en que la escribe y los resabios que trasluce. Parecen así forzadas las excusas para arremeter contra críticos y el mundillo literario que mira al autor y no su obra. Dan cierta vergüenza ajena las recreaciones de conversaciones inexistentes con la joven de la que se enamora, ágiles pero poco imaginativas. Deja demasiado colgada la figura de Amy Belette, amante de Lonoff y toda una historia en sí misma.
En fín, para estos trajes quizá hubiera sido mejor que dejara a Zuckerman en su retiro en los Berkshires, aunque cualquier reflexión sobre la vejez, que insisto es mala, siempre debería ser bienvenida en un mundo que sigue ofuscado por lo joven. En todo caso no estamos ante el mejor Roth.

miércoles, 14 de mayo de 2008

ELEFANTA SUITE

El norteamericano Paul Theroux se marca otra novela de viajes. En realidad tres novelas cortas, con alguna interrelación, que tienen como escenario una India lejos de la imagen tópica y típica que muchos tenemos. En la primera, un matrimonio norteamericano de posibles se da la gran vida en un balneario de Agni, cerca de una ciudad donde musulmanes e hindúes se disputan el terreno sobre el que se asienta el templo de Hanuman, el de los monos. Viven ajenos a la pobreza, a la lucha soterrada y no tanto entre ambas comunidades, dejándose llevar entre clases de yoga y masajes, hasta que la pulsión sexual les lleva por territorios que pondrán fin a su estancia con un desenlace un tanto previsible. La segunda historia, La Puerta de la India, trazala peripecia vital de un abogado de Bostón que llega a Bombay, con una vida personal destrozada por un divorcio reciente, y que redescubre y encuentra otras posibilidades, aunque sea a costa de meterse en relaciones un tanto sórdidas, dejándose mecer por las ambiciones de otros. Y la tercera novela, El dios elefante, se detiene en el prototipo de joven norteamericana que va a la India buscando esa imagen idílica y se encontrará con que las bajas pasiones son un fenómenos universal y su fe en algunas de las referencias hindúes se convierte en la única vía de escape.
Las tres historias comparten un ambiente de creciente desasosiego. dan una imagen muy distinta de la India idealizada por tantos, es a veces un tanto cruel en su trabajo por desmontar esa idealización, y deja pocas expectativas en pie y pocas ganas de darse una vuelta por semejante país.
A pesar de las críticas apasionadas, me parece bastante prescindible. Y es que los libros de viajes o pseudoviajes de Theroux no acaban de convencerme, salvo la inolvidable "La Costa de los Mosquitos" o la futurista "La zona exterior". Tengo pendiente de lectura el que dicen es su mejor libro de viajes, "El gran bazar del ferrocarril" según dicen un fascinante relato del viaje entre Gran Bretaña y Japón con el que deslumbró. En fín, se puede pasar de Elefanta Suite, salvo que alguien tenga alguna experiencia personal en la India, que pueda contrastar con lo que cuenta Theroux.

miércoles, 30 de abril de 2008

UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO


















LLegué a este libro de Mijaíl Y. Lérmontov por la referencia que hay en "Las benévolas" de este autor que cautivaba al protagonista, del que hablaba cuando él tambien pasó por el Cáucaso, en su caso durante la ocupación nazi.
Ha sido una oportunidad interesante de acercarme a uno de los autores rusos de culto, al que se equipara con Pushkin o Tolstoi. Y eso, a pesar de que murió muy joven, recien cumplidos los ventiseis años, pero de la forma romántica que se moría entonces, en un duelo, y frente a un compañero de armas. Lérmontov es uno de los representantes más importantes de las letras rusas y refleja como pocos el paso del romanticismo al realismo en las primeras décadas del siglo XIX. La suya fue una vida casi paralela a la de Pushkin y fue precisamente un escrito muy crítico con los que no quisieron evitar el duelo en el que murió el gran poete el que le llevó al destierro a tierras caucásicas. Peterburgués de pro, Lérmontov abominó de muchas de las esencias de la sociedad capitalina rusa para ensalzar los valores que descubrió en el Cáucaso. "Un héroe de nuestro tiempo" es la última de sus novelas, finalizada en 1840. La escribió en su segundo destierro y a través del "héroe" Pechorin nos muestra una visión cínica de la "buena sociedad", yel desencanto ante su propia vida , al tiempo que nos ofrece un retrato inmejorable de los paísajes y gentes del Cáucaso, donde Rusia ejercía entonces ya de ocupante y donde ya luchaba contra los irreductibles chechenos. La novela, tal y como analiza en el prólogo de esta estupenda edición de Nórdica Libros, Vladimir Nabokov, nos presenta a Pechorin desde cinco planos distintos, que van desde lo que nos cuenta un viajero que regresa de Tiflis, al diario del propio Pechorin. Una curiosa estructura que nos permite conocer desde distintos ángulos al personajes. Para quien no hay leido literatura de esa época puede que en algunos momentos la novela se le haga un poco empalagosa, tirando a cursi. Pero conviene recordar el momento en que se escribió, el estilo de entonces, el afrancesamiento de las letras y de la sociedad rusa....Todo vale, sin embargo, para conocer no ya la forma de pensar y comportarse de entonces, sino el territorio que sirve de fondo y loos valores en boga en aquella época, tan distintos a los actuales, pero muy extendidos por Europa. En todo caso merece la pena echarle un vistazo. Está garantizado que estamos ante uno de los grandes de la Literatura Rusa, que nos puede ayudar a echarle el diente a otros huesos más duros, pongamos por ejemplo a Tolstoi.

domingo, 27 de abril de 2008

CHESIL BEACH

Pareciera como si a Ian McEwan, que nos dejó obras tan poderosas como "Amsterdam","Amor perdurable", "Expiación" o "Sábado", se le hubiera secado el pozo de las ideas. No da más, o al menos es lo que parece tras leer esta novelita de tres al cuarto, que más parece producción de Corin Tellado (con todos mis respetos, señora) o incluso de fotonovela adaptable para miniserie. La obrita no es más que una sucesión de tópicos: niña rica encuentra niño con menores posibles, eso sí ambos educaditos en universidades separadas, con trasfondo de bucólica campiña inglesa que poco favor le hace a lo que se pretende reflexión sobre ¿convencionalismos?, ¿engaños?, Todo un envoltorio para escena final de estrecheces, frigideces o desconocimientos. Un tonteria, vamos...En fin, si alguien no tiene nada mejor que hacer le sugiero que se compre un periódico o una revista, se de un paseo o llame a alguien por teléfono. No merece la pena ni dedicarle el ratito que se tarda en leerla. Lo que me llama la atención es el cúmulo de tonterías que escriben sesud@s comentaristas de prestigiosas revitas y periódicos acerca de esta novela. Desde luego estoy seguro que McEwan no se despeinó para escribirla. Y para esto, mejor nos dejaba esperando algo con más sustancia.
Con mis respetos, señor.

miércoles, 23 de abril de 2008

LAS BENÉVOLAS

"Hermanos hombreS, dejadme que os cuente como ocurrió. No somos hermanos tuyos, me replicaréis, y nos importa un bledo.Y es muy cierto que se trata de una teNebrosa historia, aunque también edificante, un auténtico cuento moral, os lo aseguro". Así arranca Tocata, el primer capítulo de "Las benévolas", el escritor franco-norteamericanoJonathan Littell. Suelo acercarme con mucha precaución a las novelas que se convierten de un día para otro en "el fenómeno editorial del año" o que llevan etiquetas similares. Pero esta venía con garantía: el premio Goncourt y además a un primerizo. Cuando comencé a leer el mamotreto, casi mil páginas, pensé que iba a arrepentime. Más que nada porque en las primeras doscientas páginas la lectura se hace difícil y farragosa por la proliferación de siglas, nombres de organismos y cargos del ejército, las ss, y demás cuerpos de la Alemania nazi que, en muchas ocasiones, no llevan traducción ni explicación ninguna y, como mucho, remiten a un cicatero índice al final del libro, en el que faltan muchas cosas.
Ya digo, esas primeras doscientas páginas, muchas de ellas prescindibleS, podrían hacer desistir a cualquiera. Pero tengo algo así como una cabezonería inexplicable en acabar siempre lo que empiezo a leer. Así que no había más opción que seguir. A partir de las páginas en que el protagonista, el oficial SS, doctor, en derecho, Auer, comienza a narrar la ocupación de Polonia y Ucrania, y la aplicación allí de la política de exterminio, y llega a Crimea la novela alcanza niveles máximos, en los que conjuga el horror con descripciones poéticas, históricas, reflexiones filosóficas, apuntes literarios, detalles geográficos...Un magnífico envoltorio para dar una visión aparentemente aséptica de los estragos que los alemanes cometieron en el Este.
El envoltorio es bueno porque nos permite conocer, hasta el mínimo detalle, y con cierta distancia, los horrores a los que sometían a la población judia, las ejecuciones masivas y sumarias de hombres, mujeres y niños, las torturas, las humillaciones, el nulo valor que se daba a la vida de las víctimas. Auer nos presenta esas descripciones como testigo o protagonista que actua por pura obligación, sin que ello le cause mayores problemas de conciencia, aunque sus vómitos y cagaleras pretendan darnos la imagen de que algo le queda de humano.
Quizá gracias a esas descripciones "asépticas" podamos seguir la lectura de tanto horror, que va a más a medida que se avanza en el libro. Hay muchos hechos conocidos, al menos su letra grande, pero lo que aporta Littell es un profundísimo trabajo de documentación que permite conocer detalles de las operaciones de exterminio hasta ahora sólo dominio de especialistas. Ver en detalle, pero también en conjunto, el diseño de la política global del régimen nazi e incluso sus expectativas de futuro.
Además de la parte puramente histórica, con momentos descriptivos impresionantes, como los capítulos dedicados al funcionamiento de los campos de concentración, a Stalingrado o a la lenta y terrible toma de Berlín, con los consiguientes excesos, la novela reserva muchas páginas a las obesiones porno-escatológicas del protagonista. Si encontramos a un doctor Auer cumplidor de instrucciones, oficial competente de las SS, culto, amante de la buena música francesa y de la literatura, con capacidad crítica de lo que estaba ocurrieron, sin que ello interfiriera en sus órdenes, tenemos otra imagen más personal en la que reconocemos a un psicópata incapaz de distinguir el bien del mal, obsesionado con una relación incestuosa, asesino frio de familiares y amigos....Y de todo sale impune. Terrible lección de historia, porque sabemos que el perfíl de Aue corresponde al de otros muchos alemanes, que colaboraron y se entregaron con entusiamos a la política enloquecida del régimen de Hitler. Como todo nazi de libro, Aue ofrece un argumento tras otro para justificar tamaña barbarie y a Littell (de antepasados judios) se le va un poco la olla al recoger argumentos que pretenden justificar la cobardía alemana, arguyendo que cumplían órdenes y que todo el mundo hizo lo que tenía que hacer. Le falta subrayar, aunque lo mencione de cuando en cuando, que las órdenes no eximen a nadie de su culpa y que los alemanes no debieron mirar para otro lado cuando sabían lo que estaba ocurriendo.
En todo caso este tocho merece la pensa. A veces es un poco espeso. Otras apasionante. Las más, delirante. Le sobran páginas, muchas, que lo habrían hecho más accesible e incluso recomendable como lectura obligatoria. Pero merece la pensa sumergirse en él. Quien lo haga no se arrepentirá, aunque debe prepararse para la náusea y el horror.

jueves, 17 de abril de 2008

EL JARDÍN DE LAS DUDAS

Dudar, preguntarse, proponer, tareas de un filósofo, ideas heredadas, en su conjunto de la Ilustración francesa y su poderio. Fernando Savater, filósofo y pensador, además de divulgador, publicó esta novela en 1993, fue finalista del Premio Planeta y, aunque pasado el tiempo, sigue plenamente vigente y su lectura supone toda una delicia.
La novela se estructura en un intercambio epistolar entre una condesa de origen francés, casada con hidalgo español, y aburrida de profesión, y Voltaire, tan dado él a contestar cartas. La obra le sirve al siempre combativo Savater para rescatar una de esa figuras imprescindibles del pensamiento universal, un raro del XVIII, sin el que no se entenderían ni la Enciclopedia ni la Ilustración. Savater nos lo pone muy fácil para acercarnos un hombre en constante combate contra el fanatismo religioso, el absolutismo monárquico, aunque supiera vivir bastante bien a su sombra, sus campañas contra la pena de muerte o la superstición. En fín, un estupendo resumen de las mejores ideas de Voltaire, presentadas con un cariño sólo posible en un "afrancesado" declarado como Savater.
La contra la pone el propio Savater, a través de las cartas de la condesa, presentando la cara más fea, la más defectuosa de la España de entonces. Tremenda su descripción de Madrid, "que no es capital ni nada que se le parezca sino simplón pueblo grande, lleno de moscas, de mierda, de rezos, de curas...","tiene fama de ser la ciudad más sucia, pestilente y vocinglera de Europa...". Seguramente se le fue la mano, sobre todo cuando se le ve el grandonismo con el que se refiere a su País Vasco, "estas tierras Vascongadas poco tienen que ver con el atraso y abandono de otras regiones de España. Campos bien cultivados, arbolado abundante, caminos en muy buen estado, aldeas límpias...". En fín, permitámosle a Fernando ese desliz por el terruño. Lo importante es que nos ha dejado una novela estupenda, que nos permite la impagable ocasión de acercanos a las avanzadas ideas de un Voltaire hoy todavía vigente, porque, sin duda, fue un adelantado a su tiempo. Absolutamente recomendable.

martes, 15 de abril de 2008

LA PENSIÓN EVA

Arranco este blog con esta novela de Andrea Camilleri. No tiene ninguna intención especial. Simplemente es lo último que he leído. Es una novelita corta, poco más de ciento cincuenta páginas, que se leen de un tirón, un ratito vamos, y que es una auténtica delicia. Se nota el oficio, sin abusar, y Camilleri se emplea a fondo en una obra, aparentemente menor, muy sencilla en la estructura y la trama, que apuesta sobre todo por transmitirnos sentimientos, en este caso de un chaval, en la turbulencia de su adolescencia y en tiempos revueltos, los años treinta y la Segunda Guerra Mundial. Se ve al maestro en los trazos de la ciudad provinciana y sureña, pletórica de ocultamientos y verdades a medias, en la que unos chavales lograran colarse en la Pensión Eva, lugar de desahogos para unos y descubrimientos para ellos. Camilleri retrata con cariño a las inquilinas de la pensión, probablemente en lo que son recuerdos de su propia infancia, y desvela, sin rencor, la hipocresía de políticos y gentes bien de toda la vida ante la existencia de dicha pensión, cuya suerte está echada con la guerra.
Camilleri, que pasa ya de los ochenta, es uno de los escritores italianos contemporáneos más conocidos. Muy apreciada cualquiera de las novelas que tiene como protagonista al comisario siciliano Montalbano. En todo caso yo me quedo con esta pensión Eva, llena de frescura, un balcón abierto de par en par a la adolescencia del propio Camilleri.